El Congreso de los Diputados ha aprobado definitivamente los Presupuestos Generales del Estado 2022 tras ser devueltos por el Senado con motivo de una enmienda registrada por Compromís en defensa de las lenguas minoritarias y apoyada, sorprendentemente, por el PP. La votación, que únicamente incluía la antecitada iniciativa, ha salido adelante con 281 votos a favor, 62 en contra (Vox y Ciudadanos) y una abstención. 

Las cuentas del Gobierno de coalición ya recibieron el visto bueno del Congreso tras unas duras negociaciones en las que socialistas y morados sudaron el voto de hasta 11 partidos y 188 síes (hubieran sido 189 de no ser por la retirada del acta de diputado a Alberto Rodríguez, a quien Podemos guarda luto y espera que pueda volver). El Ejecutivo logró atraer a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) tras firmar hasta tres acuerdos en el marco de la ley audiovisual, EH Bildu, PDeCat, Más País, Compromís, Nueva Canarias, Teruel Existe y el PRC. El respaldo del PNV no era necesario, pese a lo cual, mantuvieron conversaciones puntuales permitiendo a los nacionalistas vascos la aprobación de más de 40 enmiendas. Los PGE llegaron, entonces, al Senado, donde Compromís registró una enmienda para promocionar las lenguas minoritarias con un fondo dotado de 1,6 millones de euros. La iniciativa salió adelante gracias al troleo del PP, que pese a estar en plena cruzada contra el catalán, prestó sus votos para la causa.

La Cámara Alta devolvió, así, las cuentas a la Cámara Baja. El debate se ha producido este martes 28 de diciembre y el respaldo ha sido abrumador, por lo que finalmente España tendrá nuevos Presupuestos desde el 1 de enero.

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tomado la palabra para valorar, además de la aprobación de los PGE, la nueva reforma laboral y de pensiones. Presumiendo de que el nuevo articulado que regirá el mercado laboral cuenta con el ‘okey’ de la patronal y los sindicatos, ha mostrado su deseo de que sean el preludio “de muchos más” acuerdos para el curso que viene. Asimismo, Sánchez ha aprovechado la última sesión plenaria del año en el Congreso para subrayar que, para seguir creciendo, es necesario que en España se sigan fraguando "más acuerdos y cuanto más amplios, mejor”.

Un buen día para el Gobierno

A lo largo de la mañana, Moncloa ha podido celebrar dos importantes hitos: la aprobación de los Presupuestos en el Congreso y de la reforma laboral en el Consejo de Ministros. El Gobierno ha ratificado ésta última mediante un Real Decreto Ley que entrará en vigor este mismo miércoles. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, una de las principales artífices, se ha congratulado: “Es uno de los días más importantes para el Gobierno de España y de toda la legislatura”.

“No es fácil alcanzar un acuerdo en esta materia con los agentes sociales”, ha admitido, recordando que los técnicos del Ministerio han trabajado con los de la CEOE y los sindicatos durante "desde el 17 de marzo hasta hace escasas horas”. Más de nueve meses de negociaciones que han permitido que “mañana haya un marco laboral que va a cambiar la vida de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país”.

A sudar de nuevo

Sin tiempo para las celebraciones, PSOE y Unidas Podemos deberán afrontar un nuevo reto: conseguir que sus socios parlamentarios presten sus bancadas a la reforma laboral. Tarea harto complicada, pues Esquerra Republicana, EH Bildu y PNV ya han avanzado su rechazo. Pretenden introducir cambios porque contiene numerosas “carencias”. Sin embargo, el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, ya ha advertido que si el documento introduce alguna modificación, por minúscula que sea, la patronal “saldría del pacto”. Una soga y dos bloques enfrentados ejerciendo presión. En medio, el Gobierno, que deberá hacer un encomiable ejercicio de equilibrismo dado el poco margen de maniobra.