El líder del Partido Popular, Pablo Casado, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se han vuelto a ver las caras en el acto de conmemoración del 43 aniversario de la Constitución que se celebra este lunes en el Congreso de los Diputados.

Los dos dirigentes populares han aprovechado esta ocasión para escenificar una suerte de pacto de paz entre ambos en medio de la ''guerra fría'' (tal y como lo denominan algunos diputados) por el liderazgo del PP de Madrid que ya han puesto de manifiesto en sus últimas apariciones públicas.

En esta ocasión ha sido Casado quien ha ido al encuentro de lideresa madrileña, a quien se ha acercado a saludar a su llegada a la Puerta de los Leones. Con un gesto cordial y dos besos, el presidente de la formación y Ayuso han mantenido una relajada conversación justo a otros miembros del partido antes del inicio del acto institucional como muestra de su ''buena sintonía''.

Segundo encuentro en una semana

Se trata del segundo encuentro entre ambos en apenas cinco días, tras más de mes y medio sin coincidir ''por motivos de agenda'', señalaron desde la cúpula. El último fue el pasado miércoles con motivo de la presentación del libro del expresidente de la formación Mariano Rajoy, donde protagonizaron unos instantes de tensión cuando este intentó que se pusieran juntos para la foto de familia, algo que puso de manifiesto una vez más la falta de relación entre los dos dirigentes.

En las filas del PP es creciente la "preocupación por la deriva" de esta 'guerra fraticida' porque el desgaste que está sufriendo el partido ya es visible en las encuestas. Algunos cargos del partido señalan que "esto tiene que acabar ya" y coinciden en que Casado debe aprovecharse del ascenso de la presidenta regional para llegar a la Moncloa. "Ayuso se ha convertido en un fenómeno de masas y las cosas se acabarán arreglando", aseguran.

Estrategia ante las encuestas

Además, insisten en que ante el desgaste que está sufriendo el partido hay que poner una solución ya encima de la mesa, "visualizando públicamente" y con "un mensaje claro y contundente" el fin de esta lucha interna por el control del PP madrileño.

Ante el peligro de que esta situación siga afectando a la imagen de la formación, muchos señalan que este encuentro en el Congreso es la estrategia acordada para mostrar de puertas para afuera que la sangre no ha llegado al río, al menos de momento.