Durante la campaña electoral, Artur Mas, Josep Antoni Duran i Lleida y Xavier Trias negaron hasta la saciedad que existiera la posibilidad que CiU diera apoyo a los populares para lograr la alcaldía de Badalona. Sin embargo, la realidad es tozuda. Los hombres de Artur Mas han hecho de la necesidad virtud para garantizar la estabilidad del Gobierno de la Generalitat y para hacerse con un buen número de ayuntamientos en los que una CiU en minoría, incluso no siendo la fuerza más votada, necesita del PP para gobernar.

Los recortes los hará la derecha
Bajo el argumento que CiU dará la alcaldía a la candidatura más votada porque no puede vetar el paso a la voluntad popular, los nacionalistas catalanes apuntalan el apoyo de los populares al Gobierno de Artur Mas. El presidente de la Generalitat se sabe así seguro en un trámite parlamentario que será complejo porque los grandes números de la Generalitat consolidan el mayor recorte social en Cataluña de los últimos años. El PP está dispuesto a dar este apoyo porque se lleva a su activo la ciudad de Badalona, pero también porque el argumento de Mas para justificar los recortes es el mismo que el PP está utilizando en otras CCAA. Los recortes los hará la derecha, pero la culpa del tijeretazo será del maestro armero socialista.

Supresión del impuesto de sucesiones
El pacto oculto empezó a gestarse la pasada semana con el apoyo del PP a la supresión del impuesto de sucesiones. Se concretará en más ayuntamientos, incluido el de Castelldefels que tendrá también alcalde popular, seguirá con el apoyo a la Ley Onnibús –un paquete legislativo que pone punto y final a las grandes reformas del gobierno de Montilla y que incluye cambios sustanciales en 80 leyes- para tener la rúbrica final en los presupuestos de la Generalitat.

Bajos instintos
Los nacionalistas catalanes intentan dar una imagen de equidistancia en materia de pactos. Para ello, explican por activa y por pasiva que Tarragona con mayoría relativa del PSC tendrá alcalde socialista por ser la lista más votada. Sin embargo, el tema de Badalona va más allá porque se entrega la alcaldía a un representante del PP que no duda en agitar los más bajos instintos de los ciudadanos y en identificar a los culpables de todos los males en los diferentes.

Empieza el experimento
En CiU son conscientes de esta situación pero en la sede de la calle Córcega de Barcelona se afianza la idea de que con un Rajoy triunfador en las próximas generales es mejor tejer complicidades y enterrar la idea de acudir al notario para no pactar con el PP. También se procura olvidar la catalanofobia agitada por Rajoy contra Cataluña y su Estatuto. Rajoy está dispuesto a pasar página. Ya tiene su propia pica en Flandes en la díscola Cataluña y la FAES se frota las manos. Su experimento xenófobo cuaja entre los ciudadanos. La experiencia puede ser exportable a otros lugares de España, siempre que gobiernen los socialistas. Dónde gobiernan los populares el discurso será diferente.

Toni Bolaño es periodista y analista político