Lo que debía ser una jornada de celebración para Unidas Podemos mutó en profundas turbulencias que avivaron viejas fracturas y recrudecieron el conflicto interno. Las discrepancias por el encaje de las diferentes fuerzas en la ecuación de Yolanda Díaz, Sumar, y la fórmula para las elecciones autonómicas y municipales aún colea; pero la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado más sociales de la historia de España se atisbaba como un bálsamo sanador. Un motivo para brindar, celebrar y aparcar sus diferencias. El sello morado impregna parte de las cuentas para 2023 con varias propuestas arrancadas al PSOE como la ley de Familias o la recuperación del 60% de la base reguladora desde los seis meses de prestación por desempleo. Sí, cierto es que la ley de Vivienda se mantiene bloqueada, pero el miércoles era un día para que los dirigentes morados alardearan con el pecho inflado y copado de medallas. No fue así. La polvareda generada por el incremento del gasto en Defensa empañó todo gracias, entre otras cosas, a la gasolina en forma de tuit de Pablo Echenique.

Al alba, sobre las 06:55, el Gobierno de coalición anunció el acuerdo de unos Presupuestos fueron aprobados unas horas después en Consejo de Ministros. Fuentes socialistas aseguran que las cuentas estaban prácticamente cerradas antes del ocaso del lunes, a falta de un par de detalles; mientras los morados proyectaban una escena envuelta de epicidad según la cual presionaron hasta el último minuto, apurando al máximo. “¿Cómo es posible hacer unos Presupuestos en cuatro horas? Decidme quién puede, que le contrato”, ironizaba una ministra sobre el relato presentado por Unidas Podemos.

La polvareda generada por el incremento del gasto en Defensa empañó todo gracias, entre otras cosas, a la gasolina en forma de tuit de Pablo Echenique

Según ha podido confirmar ElPlural.com de voces conocedoras de las conversaciones, la formación morada sabía desde hacía una semana que el ala socialista del Ejecutivo no desbloquearían la ley de Vivienda, uno de los principales reclamos de los de Ione Belarra. La norma seguirá su curso al margen de los PGE. Conscientes de ello, dos eran los puntos de fricción sobre los que presionaba Podemos: la prestación por crianza de 100 euros al mes para familias con menores de entre cero y tres años y recuperar el 60% de la base reguladora desde los seis meses de prestación por desempleo. Hacienda no puso problema alguno sobre lo último. Más reticencias mostraban sobre las prestaciones de la ley de Familias, pero finalmente, el socio minoritario arrancó el compromiso al mayoritario. Aquella tarde-noche el incremento del gasto militar no fue objeto de debate. Horas después, provocó tales turbulencias en el espacio confederal que han terminado por empañarlo todo.

El truco de Hacienda y una falla comunicativa

El aumento de la inversión armamentística era un compromiso adquirido ante la OTAN por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que no estaba dispuesto a renunciar por mucho que sus socios alzaran la voz -y bien que la alzaron-. Unidas Podemos rechazó, rechaza y rechazará incrementar el presupuesto en Defensa, pero ya en agosto se rubricó un acuerdo: no integraría el techo de gasto. Hacienda diseñó un plan solo al alcance de los fontaneros presupuestarios más experimentados. El aumento del gasto en Defensa se haría a través de los créditos extraordinarios y planes de modernización. Así, los morados admitían que el Presupuesto del ministerio que encabeza Margarita Robles contara con un 6% más de financiación con respecto al año anterior porque el porcentaje en sus ministerios era mucho mayor. La sorpresa llegó al trascender que, finalmente, la partida creció casi un 26%. No figuraba en el techo de gasto, tal y como se pactó, pero sí en los PGE a través de los planes especiales.

Y es aquí donde los relatos difieren. Fuentes del PSOE aseguran que todos los miembros de la mesa negociadora conocían los detalles. El grueso de las conversaciones lo pilotó el equipo económico de Podemos, con Nacho Álvarez al frente, con el beneplácito de Josep Vendrell, jefe de Gabinete de Yolanda Díaz, y la supervisión de la propia ministra de Trabajo. Además, la argucia de Hacienda tiempo ha que fue revelada por los medios de comunicación. En concreto, se publicó en agosto que Sánchez había informado a Bruselas de un incremento que rondaría los 2.500 millones. Con todo, el diputado y portavoz parlamentario del grupo confederal, Pablo Echenique, se animó a denunciar en su cuenta oficial de Twitter que habían sido engañados: “Nosotros no vamos a romper el gobierno por una deslealtad del PSOE, porque sería muy irresponsable cuando tenemos a Feijóo y Abascal afilando los cuchillos. Pero quiero decir claramente que nos han ocultado el aumento unilateral en el gasto en Defensa y que es una vergüenza”.

Hasta la publicación del mensaje de Echenique, todo eran sonrisas y satisfacción, también en la formación morada. No todos los días se firman los Presupuestos con mayor gasto social de la historia del país. Hasta los aliados parlamentarios celebraban la melodía a falta de conocer la letra. El tuit deslució todo eso.

En sintonía con la cronología descrita, se cuentan hasta dos fallos comunicativos, uno interno y otro externo. Si es cierto que sectores de Podemos desconocían las intenciones de Hacienda, es evidente que falló la interlocución entre los que cerraron el trato y el resto de confluencias. Además, Echenique erró, porque más allá de admitir que falta comunicación en su propio partido, se cargó un día en el que Podemos tenía mucho de lo que presumir. El mensaje mediático que debían colocar era todo el listado de compromisos que arrancaron al PSOE, no lo ocurrido con Defensa. Desde el PSOE garantizan que no hubo ocultamiento alguno, e incluso, voces moradas admiten en privado que eran perfectamente conocedores, entre otras cosas porque se había publicado en prensa.

La secretaria general del partido, Belarra, remarcó en un vídeo que siempre se opusieron a la subida del presupuesto armamentístico porque España necesita más y mejores servicios públicos y menos “armas o tanques”. El núcleo duro de Podemos ha cerrado filas en torno a Echenique evitando airear qué sabían y qué no, centrándose en rechazar frontalmente el incremento del gasto en Defensa, que si bien no computará en el techo de gasto, pasará de 9.791 millones en 2022 a 12.317 millones el próximo curso. Pese a ello, la bancada morada no se plantea en ningún caso dejar caer las cuentas durante el trámite parlamentario. Los PGE se votan por capítulos y en caso de que uno de ellos no reciba la luz verde del Congreso, el proyecto en su totalidad sería devuelto al Ejecutivo y vuelta a empezar. En consecuencia, el sapo se lo tragarán.