Como ya le ocurrió al partido que llevó a Adolfo Suárez a ser el primer presidente electo de la Transición española, Unión de Centro Democrático, Ciudadanos ha sucumbido al encanto de la derecha, separándoles notablemente de su posición inicial de centro. La razón de la disgregación de UCD en el año 1983 se debió a varios factores, entre los que se encuentra la desbandada de sus barones como consecuencia de su inmovilismo. Se olvidaron de aquellos votantes que les habían confiado el dialogo con todo el espectro político, sin estancarse en un lado u otro. Una historia que parece repetirse en el partido de Albert Rivera.

La intransigencia del líder de Ciudadanos que le impide sistemáticamente abstenerse o apoyar a lo que llama "las políticas de Sánchez" o "el shanchismo" le aparta cada vez más de su condición moderada y reformista y le enmarca en la derecha conservadora de nuestro país. Conllevando, inevitablemente, que muchos de sus compañeros dentro de la formación naranja se planteen seriamente hacia dónde va el partido y qué queda de aquella ideología centrada.

Toni Roldán, portavoz económico de Ciudadanos, sorprendió a todos al anunciar su dimisión este pasado lunes en el Congreso de los Diputados. Uno de los hombres fuertes de los naranjas ha evidenciado el descontento con la cúpula central, ha criticado la gestión realizada por Rivera y ha alegado que su partido había cambiado.

En una intervención de no más de 10 minutos ha dejado frases lapidarias, allanando el camino al resto de compañeros que han querido desentenderse de los naranjas en las últimas horas. "¿Cómo vamos a luchar contra la dinámica de rojos y azules si nos convertimos en azules?", se preguntaba Roldán antes de sentenciar que los costes de la estrategia adoptada por Ciudadanos “son demasiado altos para España”.

Así las cosas, tras Manuel Valls y su desencuentro público y reiterado con Albert Rivera, ha sido otro de los dirigentes capitales de la formación quien ha marcado el rumbo a los críticos, haciendo de la hoja de ruta defendida a capa y espada por Inés Arrimadas tras la reunión mantenida en su sede un punto de inflexión. "Solo tengo buenas palabras para Toni" declaró la portavoz de Ciudadanos, "pero desde luego nosotros vamos a seguir aplicando el criterio que apoyó por unanimidad la Ejecutiva, también con el voto de Toni Roldán por cierto" sentenciaba ante las palabras de Roldán.

Javier Nart, eurodiputado, también ha decidido dar un portazo a la formación que antaño defendía. El motivo, la negativa naranja a repensar su estrategia en lo que a una posible abstención en la investidura de Sánchez se refiere. La votación, demandada por Nart y Luis Garicano (otro de los críticos con el sector oficialista de la formación), ha sido favorable a los intereses de Albert Rivera. Pero, más allá de poder presumir de poder interno, las idas y venidas de sus críticos han supuesto una mancha imborrable en su gestión al frente de las crisis.

El último ha sido Juan Vázquez, candidato del partido en Asturias, quien también decidió este lunes abandonar la política. "Han cambiado orientaciones de la formación política a la que me incorporé", ha alegado el dirigente en una rueda de prensa convocada de urgencia tras comunicar a su partido la decisión. "Es evidente que no es el mismo partido del mes de diciembre. Ha cambiado en campaña y por los últimos acontecimientos", ha sentenciado. Finaliza así una efímera carrera política que evidencia el descalabro interno que vive Ciudadanos en su deriva hacia la derecha. 

Una reacción parecida a la que tuvo Inés Arrimadas, llegó la tarde del lunes desde Nacho Prendes, responsable de Justicia de Ciudadanos, quien compartió su opinión sobre la dimisión de Juan Vázquez "lamentamos la decisión de Juan Vázquez de renunciar a su acta de diputado a pesar de no compartir sus razones". Sin embargo, señaló tajantemente que "la alternativa constitucionalista, liberal y europeista que representa Ciudadanos es más necesaria que nunca, y fortalecerla es el empeño de todos los que representamos a Ciudadanos. Así lo seguiremos haciendo también desde las instituciones asturianas".

En el aire queda la posibilidad de que durante los próximos días se den nuevas dimisiones dentro del partido naranja como consecuencia directa de sus pactos en cientos de municipios y también en comunidades con los 'populares' de Pablo Casado y recibiendo el apoyo de Vox, el partido de extrema derecha liderado por Santiago Abascal.