Los pactos con Vox entre bambalinas, la estrategia antisanchista y de genuflexión al Partido Popular y la ruptura con su condición centrista para erigirse como partido de derechas, son los motivos que han llevado a Toni Roldán a abandonar Ciudadanos. Albert Rivera ha dado un vuelco total a un partido que se autocalifica como de “centro, moderado y reformista”.

Sin embargo, esta autodefinición que ejerce el sector oficialista de la formación naranja no se corresponde con la realidad. Al menos así lo creen desde el sector opuesto al líder del partido. Es el ala más progresista y socioliberal, que ya no siente ningún apego por esta nueva versión de Ciudadanos, decidida a mirar a la derecha y no de frente.

Roldán ha comparecido en el Congreso de los Diputados para anunciar su dimisión del partido y su renuncia al escaño en el Hemiciclo, donde ejercía de portavoz económico del Grupo Parlamentario de Ciudadanos. Se ha mostrado extremadamente duro contra el líder del partido y el cambio de rumbo de la fuerza liberal. "¿Cómo vamos a luchar contra la dinámica de rojos y azules si nos convertimos en azules?", sentenciaba. 

Roldán, discípulo de Luis Garicano – otra de las voces críticas contra este giro improvisado de guion -, podría sentar precedente en el seno del partido, avivando la llama del sector que diverge de los postulados que ha adoptado Ciudadanos tras su reciente reconversión al espacio de la derecha.

Tormenta Rivera

La directiva de Ciudadanos, tras la moción de censura, cerró la puerta de una posible colaboración – como en 2016 - a Pedro Sánchez. La cúpula del partido considera al presidente del Gobierno en funciones un “traidor” por sus pactos con los independentistas para llegar a La Moncloa.

Este fue el detonante de una larga lista de desencuentros entre el sector ‘conservador’ de la formación y los progresistas. Rivera puede provocar que el “partido fuerte” del que alardeaban se convierta en un incesante goteo de salidas de quienes se han mostrado discrepantes con, por ejemplo, la ruptura con Valls después de impedir que el independentismo se hiciera con Barcelona, como Luis Garicano.