Llega el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres -conocido como 25N-, y este año el escenario es tan diferente como tan similar a los últimos de esta década. La sociedad está cada vez más concienciada al respecto de esta lacra pero en esta ocasión la presencia de la ultraderecha y el negacionismo de la violencia machista se ha hecho un hueco mayor mientras no se han frenado los asesinatos. De hecho, en lo que llevamos de 2023 el número de víctimas muertas a manos de su pareja, expareja u hombre se ha elevado hasta las 52, superando ya a estas alturas las cifras del pasado año. Una coyuntura que se puede analizar desde varios puntos de vista, con sus permanencias y sus cambios, y para la que se necesita seguir poniéndole el foco.

En el contexto social tiene especial mención la división en el movimiento feminista, que este sábado volverá a evidenciarlo con dos marchas separadas a cuenta del colectivo trans. También de la defensa o no de la hasta hace tan solo cuatro días ministra de Igualdad. De hecho, desde el punto de vista político, cabe destacar tanto a Vox como el cambio de ministerio. En el primer caso los de Santiago Abascal siguen ampliando poder en las instituciones, desde las que han modificado el concepto "violencia machista" por "intrafamiliar" o han borrado a las mujeres del mensaje con la complicidad del PP. El segundo responde a que Irene Montero ya no estará al frente del cartel, como tampoco de la cartera, cuyo puesto lo ha asumido esta misma semana la socialista Ana Redondo. Entre tanto, las mujeres siguen luchando contra el techo de cristal.

Un feminismo dividido en dos

El pasado año el feminismo mostró y abrió aún más su herida no solo en el 8 de marzo, sino también en el 25N, cuando la denuncia de la violencia de género es a nivel mundial. Lo hizo en la calle, donde caminó por separado en dos vías muy marcadas, especialmente en la capital. Allí también se separó el Gobierno de Pedro Sánchez ya que por un lado acudieron las ministras del PSOE a una marcha en la que se exigía la dimisión de Irene Montero y cargaba duramente contra la Ley Trans, mientras las de Unidas Podemos acudieron a otra, en Vallecas, en la que se incluía a las mujeres trans y se mostraba un apoyo a la ahora exministra tras las acusaciones de la ultraderecha de que "su único mérito" era "haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias".

La ley Trans es una de las principales piedras en la convivencia feminista de los últimos años, sin embargo, esta vez no figuran referencias contrarias a la misma en el manifiesto de los grupos organizadores. Pero sí va a haber, de nuevo, dos manifestaciones a horas distintas. Foro de Madrid contra la Violencia a las Mujeres y el Consejo de las Mujeres de Madrid capitanearán una bajo el lema Unidad ciudadana y respuesta institucional a las 12.00 de la mañana desde Gran Vía con Alcalá hasta Plaza España. La Comisión 8M ha impulsado la suya y lo harán a las 18.00 horas desde Atocha para culminar en Callao con Se acabó: Nuestra lucha es global como emblema. Cabe destacar que es muy similar a la campaña lanzada por el ministerio de Montero.

El Consejo de las Mujeres de Madrid asegura que el asunto trans "no se ha debatido en las asambleas" de preparación de esta jornada pero sí aseguran que han "puesto el foco en los feminicidios" y en hacer "una llamada a la unidad de toda la sociedad contra todas las formas de violencia machista y sus causas". La Comisión 8M llama a "las mujeres trans, cis y disidentes" a gritar Se acabó, denuncia la violencia tránsfoba al tiempo que sostiene en su manifiesto que las violencias "golpean con más virulencia" a las mujeres racializadas, en situación irregular o aquellas "con realidades queer". Aun así, las protestas centran sus demandas en denunciar el "incremento de todos los indicadores de la violencia machista", reclamar a los organismos públicos "que sean más eficaces y resolutivos" y mejorar la educación en las aulas.

El auge de Vox

El escenario político ha cambiado pero no tanto con respecto a los últimos años. Por un lado, se ha producido una modificación al frente de la cartera de Igualdad, que ha vuelto a manos del PSOE con el nombramiento de Ana Redondo tras una polémica salida de Montero del ministerio. Polémica por el fondo, con guerra abierta dentro de Sumar, y por la forma, con un discurso incendiario en el tradicional traspaso del maletín. Por otro, la ultraderecha de Vox ostenta más poder gracias al Partido Popular, que ha introducido a los de Santiago Abascal en las instituciones de decenas de municipios y gobiernos regionales tras las elecciones del pasado 28 de mayo. Además, la ley Trans ya lleva en vigor ocho meses.

Los sindicatos no coinciden en el primer asunto pero sí en poner en el foco los discursos negacionistas de la violencia machista que está extendiendo la extrema derecha. Precisamente esta semana, Vox ha pedido a sus concejales que boicoteen los actos oficiales por el 25N bajo el pretexto de que “asumen la ideología de género”. Entre los movimientos en este sentido la Asamblea de Extremadura no ha leído por primera vez en su historia una declaración institucional en esta conmemoración por la presión de Vox mientras que, en Guadalajara, el gobierno del PP junto a la extrema derecha, ha propuesto cambiar la iluminación de la fachada del consistorio, que siempre suele ser morada por el color del movimiento, por un naranja.

La Comisión del 8M señala este hecho como forma del sistema patriarcal para "rearmarse y reafianzarse" ante "la fuerza que ha demostrado el movimiento feminista", y les acusa de cristalizar la "violencia institucional". El Foro 25N carga contra la "frivolización" de la violencia de género ya que considera que "alienta una impunidad inaceptable que refuerza a los agresores". Redondo se estrenó en el cargo el pasado martes en un acto precisamente del 25N y organizado por el equipo de Montero. En él aseguró que España se está enfrentando "a regresiones que no pensábamos que íbamos a ver" y por ello no solo animó a salir a las calles el sábado, sino que alertó: "No vamos a dar un paso atrás". No solo en Madrid se han dividido las marchas, también en Sevilla o Mallorca se han separado.

Las víctimas aumentan: 52 este 2023

Entre tanto, siguen los asesinatos e incluso aumentan ligeramente. La Comisión 8M denuncia que los asesinatos "siguen aumentando", aunque recalca que más allá de los crímenes mortales "todas las violencias machistas son la base de la sociedad en la que vivimos", entre ellas también la infantil, la laboral, la tránsfoba o la racista. Y es que, en lo que va de año 2023, el número de mujeres asesinadas asciende a 52, dos más que los registrados el pasado 2022. ONU Mujeres recuerda que la mayor parte siempre es de la mano de parejas actuales o pasadas, que más de 640 millones de mujeres de 15 años o más han sido objeto de violencia por parte de su pareja en algún momento y el 43% de los homicidios con víctimas femeninas son violencia de género.

Con todo, en términos generales han bajado. Desde el 2003, año en que se comenzaron a registrar los datos sobre esta lacra, y hasta el pasado 2022 las cifras de asesinatos machistas en España han descendido en un 29,57%, según un estudio estadístico elaborado por los responsables del Área de Violencia de Género, Estudios y Formación del Ministerio del Interior. El Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género -conocido como Sistema VioGén- es el que se encarga de analizar de manera sistemática los datos de homicidios para conocer mejor sus factores de riesgo, patrones y desencadenantes, al objeto de diseñar estrategias que permitan mejorar la lucha contra este fenómeno delictivo.

Este análisis recoge que en el 2003 la estadística identificó un total de 71 crímenes machistas, mientras que en 2022 se registraron 50, lo que supone un descenso de casi el 30%. De hecho, dividiendo el periodo total en dos ciclos de diez años, señalan que de 2003 a 2012 se registraron 659 homicidios machistas, mientras que, en el segundo, de 2013 a 2022, se contabilizaron 526, lo que se traduce en un descenso porcentual del 20,18%, ratio que confirma una tendencia descendente sostenida durante estas dos décadas. Las muertes no han terminado, pero tampoco el techo de cristal al que se tiene que enfrentar el grupo poblacional de las mujeres. El Congreso ha organizado toda una agenda de actos para toda la semana con el objetivo de mostrar su condena y concienciación.

Las mujeres cobran menos

Equiparar el salario de hombres y mujeres, especialmente facilitando la llegada de estas a los altos cargos, es otra de las reivindicaciones. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) y tal y como recoge la Encuesta de Población Activa (EPA), el pasado año los hombres han tenido una mayor concentración en cuanto a los salarios altos que las mujeres. Así, el 32,7% ingresaron 2.373,7 euros o más en 2022, frente al 27,2% de las mujeres. Una coyuntura que, sin embargo, no ocurre en el otro lado de la tabla. De hecho, en los salarios bajos ocurrió lo contrario. El 40,0% de las mujeres tuvo un salario inferior a 1.440,1 euros, frente al 20,7% de los hombres. Todo teniendo en cuenta que el salario medio de las mujeres fue de 1.941,7 euros al mes, mientras que el de los hombres alcanzó los 2.303,5 euros.

Distribución de salario por sexo en 2022. INE

Distribución de salario por sexo en 2022. INE