En los tiempos de vino y rosas de la Comunidad de Madrid, cuando Esperanza Aguirre gobernaba con mano de hierro, en la sede de la Puerta del Sol sólo había un conato de división. La guerra interna entre Francisco Granados e Ignacio González. Éste último ganó la batalla interna cuando Granados dejó la política al descubrírsele una cuenta bancaria en Suiza y González fue ascendido a mano derecha definitiva de la lideresa en el Gobierno y en el PP de Madrid.

La batalla ha vuelto a vivir una reedición ahora, con la fianza que se le ha puesto a Ignacio González para abandonar la prisión, donde estaba encarcelado por la Operación Lezo desde abril. 400.000 euros, la misma cantidad que tuvo que pagar Granados para obtener la libertad de la que le había privado la Púnica.

Sin embargo, la diferencia es que Granados tuvo que jugar al Monopoly durante un mes, ofreciendo hipotecas sobre bienes de su familia: la casa de su madre en la “plaza” de Valdemoro y un terreno rústico, incluidos. Hasta pidió que se le desbloqueara una cuenta bancaria con un saldo de 630.000 euros. Finalmente, tras ser avalado por los terrenos de sus familiares, salió de prisión el 16 de junio, cuando el juez le había impuesto la fianza el 17 de mayo.

En cambio, a Ignacio González le han bastado menos de 24 horas. A última hora de la tarde se conocía que el juez instructor de la Operación Lezo, Manuel García Castellón, aceptaba la petición de la Fiscalía Anticorrupción para dejar en libertad a González. Y esta mañana, se conocía que el expresidente madrileño ya había reunido los 400.000 euros.

Al parecer, Ignacio González habría conseguido hasta 10 fiadores que tendrán que acudir a la Audiencia Nacional para asegurar que ellos son los pagadores y entregar el dinero metálico para dejarle la libertad.

Resulta llamativa esta capacidad de encontrar cash, cuando hace unos meses Ignacio González reconocía: “Estoy tieso”. Era en una conversación intervenida al expresidente y mantenida con su hermano, Pablo González, quien también fue encarcelado por la Lezo pero consiguió salir tras pagar 200.000 euros.

"Necesito 15.000 y pico. Dinero B, bueno… Lo que hago es lo mismo, te doy el dinero y lo pongo en la cuenta, macho, porque estoy tieso", decía González a su hermano. La idea era “hacer alguna operación como la de la otra vez", usando a "un préstamo de papá",-el padre es Pablo González, histórico cargo del PP-, para aflorar dinero negro.

Según los investigadores, González esconde hasta tres millones de dinero negro, y estaría buscando cómo conseguir los peajes para sacarlos de sus cuentas: "He tenido que pagar determinadas gestiones. Estoy hasta los huevos. He pagado 50.000 euros de mis cuentas". Ante la sorpresa de su hermano, contestaba: "Ya macho, pero como este país es una puta mierda…".

La Fiscalía aseguraba ayer que la investigación había señalado que González “podría tener un significativo patrimonio oculto tras entramados societarios radicados en paraísos fiscales". Sin embargo, la hermana del expresidente, Isabel González, que también es portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, decía esta mañana que se estaban empleando “con toda el alma” para reunir el dinero.

Y es que la familia es importante para Ignacio González. No sólo porque su hermana consiga seguir de diputada del PP o porque su padre siguiera cobrando como asesor en el Senado con 86 años a sus espaldas. Su hermano también ha tenido negocios con la Comunidad -se le adjudicó el campo de golf urbano de Chamberí, ahora bajo investigación- y su mujer, Lourdes Cavero, también está imputada en la Operación Lezo.

De hecho, la mujer de González ha demostrado una dilatada experiencia a la hora de conseguir dinero rápido. En otra conversación grabada por la policía, el hermano, la madre y el padre de González discutían sobre la falta de discreción de Cavero, que había abierto un negocio de guarderías gracias a 500.000 euros que aparecieron de golpe.

Según un informe de la UCO, el origen real era de inversores ligados a Ignacio González, quienes pondrían el dinero para marcharse después de un año y dejar todo en manos de la esposa del expresidente. La Guardia Civil, de hecho, se sorprendió de que González se esforzara para “lavar 13.000 euros” mientras lamentaba que "no tiene dinero en sus cuentas", y su mujer consiguiera tan rápido medio millón para sus guarderías. Pero cada desafío monetario para los González es sólo un nuevo récord que batir.