Cuando todas las miradas están puestas en el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y en la respuesta que dará al Gobierno sobre su declaración o no de independencia, el ejecutivo hace frente a una lluvia de críticas de quienes consideran que ya debería haberse aplicado el artículo 155. 

Uno de los últimos en cargar contra Mariano Rajoy por su gestón de la crisis catalana ha sido Hermann Tertsch. El periodista ha insistido en un artículo de opinión que lleva por título 'La Catarsis' que "urge la enmienda. La catarsis que será dolorosa".

"España está ante su prueba más dura desde su Guerra Civil", escribe Tertsch, que progigue: "Pero menos que si se posterga una vez más por falta de coraje u otros cálculos interesados que puedan estar haciendo quienes en ese gobierno con tan poco éxito se han dedicado hasta ahora a solucionar la cuestión catalana".

Dado que no ha habido "dimisiones" ni "ejemplaridad", toca corrgir los errores, insiste: 

"Cierto que deberían haber dimitido por su espantoso fracaso, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría la primera. Pero a estas alturas no se espera de este gobierno ejemplaridad de ningún tipo. Sino esa corrección de sus errores que tanto daño han hecho al no intervenir antes la autonomía catalana".

Tertsch pide al Gobierno que "cumpla de una vez por todas con sus obligación de defender la unidad de España y proteger a la mayoría de los catalanes del peligro de gentes como Manuel Delgado Ruiz, Anna Gabriel, Oriol Junqueras y Carlos Puigdemont. Estos enemigos de España están enajenados. El Estado ha de imponer el orden antes de que ellos nos impongan su pesadilla y el caos". 

Y deja claro que nunca confió en el Gobierno de Rajoy para la resolución del coflicto. "Nunca he tenido la menor esperanza de que el golpismo secesionista catalán del Govern fuera yugulado por el Gobierno. No por éste, desde luego, y probablemente por ningún otro. Tendremos procés para rato. O sea, para lo poco que duremos. La nación española, que empezaba a salir del coma tras el valiente discurso del Rey, volverá a sumirse en el sopor preagónico, y de nada servirá recordar que esto fue España, don Sopas Traidor".