Hubo un tiempo en el que la Iglesia Católica en España tenía muchas preocupaciones más allá de la religión. Era una época en la que el independentismo catalán copaba titulares y portadas de periódicos, y parecía que los cardenales Antonio Cañizares y Rouco Varela, tenían mucho que aportar a la cuestión catalana.

Aprovechaban sus sermones y homilías por toda España para velar por la unidad de nuestro país, preocupados por una situación política en la que la religión y la fe cristiana parecían ser la solución. 

Este viernes se conocía la noticia de que en Cataluña, donde más de 300 curas y diáconos de diez arzobispados y congregaciones religiosas han hecho público un comunicado en el que llaman abiertamente “a votar” en el referéndum ilegal del 1 de octubre. Este hecho se contradice con la postura oficial que mantuvo la Iglesia hace unos años, en los que escuchábamos cosas como estas:

Rouco rezaba por la unidad de la nación

Corría el año 2006 con el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando Rouco Varela fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad San Pablo-CEU en una jornada con invitados tan ilustres como José María Aznar y el entonces líder de la oposición, Mariano Rajoy. Fue allí cuando Rouco afirmó que solo si España  "vuelve a sus raíces cristianas" y renuncia a la "dictadura del relativismo ético" el Estado de derecho dejará de estar en "máximo riesgo".

Quedaba claro que por aquel entonces la Iglesia y la plana mayor en el PP estaban intranquilos por lo que denominaban "la semilla de la destrucción de los nacionalismos". Fue entonces cuando, ante tal peligro, la asamblea de la Conferencia Episcopal recogió en un borrador a petición de sus fieles, que recen por la unidad de la nación.

Ese fue el detonante que generó conflicto dentro de la entidad, entre su entonces presidente, Antonio Cañizares, y el obispo de Bilbao en aquella época, Ricardo Blázquez que se opuso a la publicación del documento. Gran parte de la comunidad católica -incluidos una treintena de obispos catalanes, vascos y andaluces, e incluso algunos políticos conservadores apoyaban al obispo de Bilbao porque creían que si la Conferencia aprobaba ese escrito, la Iglesia se metía en temas que no la incumbían.

Las personalidades que firmaban esa petición, tal vez nos resulten familiares más de diez años después: Artur Mas, Josep Antoni Duran, el obispo emérito de Gerona, Jaume Camprodon; el exabad de Montserrat Sebasti  Bardolet; y la expresidenta de Cáritas, Núria de Gispert.

Cañizares: “Dios quiere esto. Unidad”

Más cerca en el tiempo, cuando Cañizares se puso al frente de la archidiócesis de Valencia en 2015, quedó constancia de cuál sería su gran desafío: la unión del país y de su Iglesia.

Fue en esta homilía en la catedral de la ciudad del Turia, cuando Cañizares presidió una vigilia de oración "Por España y su unidad".  “¿Quién se atrevería a decir que a la Iglesia le es ajena, la situación tan delicada que atravesamos?”, dice Cañizares en su sermón. “Verdaderamente son situaciones muy humanas, y con tantísimas repercusiones y graves consecuencias humanas, que afectan tan directamente a lo más serio del hombre que son las relaciones con los otros, la convivencia o como es la historia de un pueblo común de hace siglos. Esto no puede olvidarlo nuestra Madre”

Cañizares continuaba su discurso preocupado por la situación de España: “No es un acto político en el que estamos participando. Es un acto estrictamente de fe en dios. Acto profundamente cristiano, acto religioso de adoración a Dios, en quien confiamos plenamente, y de quien esperamos la salvación”.

Todo por la unidad de España

El por aquel entonces presidente de la Conferencia Espiscopal, Antonio María Roucco Varela también consideró importante que la religión se posicionara frente el conflicto catalán.“La unidad de la nación española es una parte principal del bien común de nuestra sociedad que ha de ser tratada con responsabilidad moral”. "Esta responsabilidad pertenece necesariamente al respeto de las normas básicas de la convivencia, como es la Constitución Española, por parte de quienes llevan adelante la acción política”