De todos es bien conocido, o de casi todos, que la memoria de las redes sociales, por mucho que uno quiera hacerla desaparecer, siempre está ahí, bien porque se puede recuperar con algún programa informático, bien porque la contradicción con uno mismo, con sus ideas y con lo que dice, en ocasiones se vuelve en contra. Ahora a esto hay quien le llama Karma. 

Algo así es lo que le ha ocurrido al nuevo Director de Comunicaciones de Donald Trump. Se trata de Anthony Scaramucci, un hombre de negocios que, por aquello de no echar más leña al fuego, que, desde que accedió a la Casa Blanca el presidente no para de avivarse, admitió en las últimas horas que ha borrado algunos tuits antiguos en los que expresaba opiniones distintas a su actual jefe en materia de inmigración, armas o cambio climático, o en los que, simplemente, criticaba Trump.

Su anuncio también se hizo en Twitter, donde aclaró que "para ser completamente transparente: Estoy borrando tuits antiguos. He evolucionado respecto a mis ideas del pasado y eso no debería ser una distracción. Estoy al servicio de los objetivos de @POTUS (el presidente Donald Trump) y eso es todo lo que importa".

El motivo de publicar un mensaje como éste no es menor y tiene que ver con sus reticencias, por lo menos en redes sociales, a estar de acuerdo con muchas de las políticas del que ahora es su jefe, y eso que su republicanismo nadie lo puede poner en duda. En su momento apoyó a otros aspirantes del partido, Jeb Bush y Scott Walker.

"El espectáculo de Trump"

Así, su contraste con el presidente queda claro en varios de los tuits que ha borrado, como uno de 2011 en el que alababa al entonces aspirante presidencial republicano Mitt Romney por "no meterse en el espectáculo de Trump", en aparente referencia a las críticas que éste hacía al anterior mandatario, Barack Obama.

En otro de sus mensajes eliminados, reproducidos por usuarios de Twitter y por varios medios de comunicación, Scaramucci elogiaba en 2012 a la que se convertiría en la rival demócrata de Trump en las elecciones del año pasado, Hillary Clinton, llamándola "increíblemente competente".

En 2015, cuando Trump ya aspiraba a la presidencia y había anunciado su intención de construir un muro en la frontera con México, Scaramucci criticó esa idea: "Los muros no funcionan. Nunca lo han hecho, y nunca lo harán. El muro de Berlín (duró entre) 1961-1989. No caigan en eso", escribió el empresario.

Cambio climático

En 2016, Scaramucci consideró "desalentador" que "mucha gente aún crea que el cambio climático es una farsa", la misma palabra con la que Trump se refirió a ese fenómeno en uno de sus tuits.

En otro mensaje de enero de 2016, el empresario mostró una imagen más conciliadora del Islam que la que suele expresar su nuevo jefe, al asegurar que "una abrumadora mayoría" de los musulmanes la consideran "una religión de paz y quieren vivir en democracias multirraciales, con varias etnias y varias fes". Del mismo modo, también se mostró "favorable al matrimonio gay, contrario a la pena de muerte y a favor del derecho de las mujeres a abortar", ideas que encajan más con las del Partido Demócrata que con las de Trump, y abogó por un mayor control de armas.

"Nosotros (EEUU) tenemos el 5 % de la población mundial pero el 50 % de las armas del mundo. Basta ya. Es de sentido común tener más controles", escribió en junio de 2012 Scaramucci, que ahora trabaja para un presidente que nunca ha pedido controlar las armas y se ha alineado con la postura de la Asociación Nacional del Rifle (NRA).

Nombramiento y dmisión

Scaramucci, cuyo nombramiento generó una tormenta en la Casa Blanca y provocó la dimisión del portavoz presidencial, Sean Spicer, afirmó hoy en Twitter que no le importan las críticas y quiere centrarse en trabajar para Trump "y el pueblo estadounidense".

El financiero se disculpó el pasado viernes desde la sala de prensa de la Casa Blanca por haber llamado al que ahora es presidente "farsante de político" en una entrevista televisiva en 2015. Aseguró que el presidente se lo recuerda "cada 15 segundos" y que quería pedirle perdón "por quincuagésima vez por haber dicho eso". 

Hay apuestas para saber cuánto tiempo durará en el cargo y si se irá él o será Trump el que lo eche.