Es uno de los activistas mejor valorados por la izquierda de este país. De hecho, no han sido pocas las ocasiones que le han animado a ‘dar el salto’ a la política y concurrir a las elecciones bajo las siglas de Podemos o de Izquierda Unida. Pero Rubén Sánchez siempre ha rechazado la ‘tentación’. Le tiene enamorado FACUA, la organización en la que se deja la piel para defender a los consumidores. Aunque en ocasiones, esta no resulte una tarea fácil.

De hecho, es plenamente consciente de que si eres el portavoz de una organización dedicada a denunciar fraudes, es difícil que los directivos de las empresas tengan una foto tuya pegada en el frigorífico. “Salvo que sea para lanzarte dardos”, añade con sorna antes de realizar esta entrevista en la que entre otras muchas cuestiones, Rubén Sánchez explica la campaña de acoso y derribo que sufrió por parte del dueño de Ausbanc, el condenado a prisión Luis Pineda, y la demanda que recientemente ha interpuesto al director de ‘OK Diario’, Eduardo Inda.

Recientemente ha demandado a Eduardo Inda por publicar informaciones “falsas, injuriosas y calumniosas” hacía su persona. ¿De qué acusa al director de ‘OK Diario’?

Lamentablemente, las personas y organizaciones que tenemos una proyección publica nos vemos expuestos a campañas de difamaciones que solo buscan minar nuestra reputación. Lo que Inda publicó fue un bulo que no contrastó en absoluto. Él afirmó que existía contra nosotros una denuncia que ni siquiera existía. Fue más allá de de lo que es la publicación de un montaje periodístico. Inda ni siquiera fabricó el montaje. Lo copió y lo pegó de un blog anónimo en internet y luego lo engordó multiplicando la magnitud de las acusaciones. Lo que hemos hecho con Inda es lo mismo que antes hicimos con otros medios de comunicación que han publicado reportajes difamatorios: llevarlo a los tribunales. Hemos interpuesto una demanda por intromisión ilegítima al derecho al honor.

Inda dijo que usted era un “jefe Podemita y chavista” y FACUA una “organización controlada por Podemos”. ¿Qué opinión le merece al respecto?

Estas afirmaciones están en la línea de los mensajes difamatorios que Inda suele lanzar contra todo aquel  al que quiere ‘poner a tiro’ porque le molesta su ideología o porque considera incómodo. ¡Ya le gustaría a Inda que todas las organizaciones ciudadanas que hay en este país estuvieran controladas por determinados partidos políticos! Pero afortunadamente, FACUA, al igual que  otros muchos movimientos sociales, es una organización independiente. Cada uno de los miembros de la dirección de FACUA ejercen libremente su derecho de militar o no en un partido político, o de votar a uno u otro partido político. Lo cual no quita que nuestra organización critique a los partidos políticos que haya que criticar. Obviamente, a los partidos que gobiernan siempre se les critica más porque hay más cuestiones que recriminarles. Pero cuando Podemos gobierne, si es que algún día gobierna, seguramente tengamos que lanzar un conjunto de críticas sobre su gestión.

Usted nunca ha ocultado su cercanía a Podemos, su descontento hacía el PSOE, su desconcierto ante Ciudadanos, o su oposición al PP. ¿No considera que haber mantenido públicamente un posicionamiento político tan concreto ha podido sembrar dudas sobre la independencia de FACUA como organización?

Hasta hace poco nunca había manifestado públicamente mis filias políticas. No había entendido necesario decir a quién apoyaba políticamente. Por ejemplo, no dije que en 2004 voté a Zapatero porque no lo entendí necesario. Por el contrario, el momento político que vivimos en la actualidad me hizo reflexionar. Así que me posicioné  políticamente en relación a las formaciones políticas apoyo. He votado tanto a Podemos como a Izquierda Unida en distintas convocatorias electorales. Pero este posicionamiento es fruto del momento político, porque entiendo que no me puedo quedar callado. Es cierto que hubo quien dijo que mis opiniones políticas podían afectar negativamente a FACUA. Curiosamente, nunca dijeron lo mismo respecto a otras organizaciones ciudadanas que están vinculadas al Partido Popular. Tampoco, y a diferencia de mi caso, nunca se ha criticado que los líderes de la UGT sean todos del PSOE. Aunque a mi no me parece mal que lo sean.

FACUA ya cuenta con más de 190.000 socios en todo el territorio nacional. ¿Quién le teme más: la banca, las telefónicas o las empresas energéticas?

Posiblemente los lacayos de esas empresas. Aquellos que están posicionados en determinados puestos políticos al servicio de esas grandes empresas y que piensan que es peligroso que organizaciones de la sociedad civil podamos provocar unidad de acción contra sus abusos. Son políticos que están muy mal acostumbrados, que piensan que es muy fácil comprar organizaciones. Son aquellos que plantean a determinadas entidades de la sociedad civil que si están calladas recibirán más subvenciones, o que si no se callan perderán las subvenciones.

Nosotros durante muchos años hemos sufrido en los despachos esas amenazas. Llegó al extremo que al inicio de la primera legislatura de Mariano Rajoy, el Gobierno directamente nos amenazó con ilegalizarlos si seguíamos criticando la subida del IVA o cargando contra los recortes en sanidad o educación. A esa amenaza respondimos elevando el tono y dejando claro que no se puede cometer un atentado contra la libertad de expresión.

 

El PP pensaba que nos daba miedo que FACUA se quedara sin subvenciones. Pero no nos dio ningún miedo. En nuestra mente no está obtener cada año más subvenciones públicas, sino poder batallar con la mayor fuerza posible por los derechos de los consumidores. Nuestra prioridad absoluta a nivel de financiación es crecer en numero de socios, que es el principal soporte económico que tiene nuestra organización. De hecho, no nos vamos a hundir si algún dejamos de recibir subvenciones.

Su organización es de las pocas que reconoce que además de las cuotas de sus socios, recibe subvenciones de las administraciones públicas. ¿Por qué cuesta tanto decir que no se rechazan subvenciones que luego revierten en beneficio a la ciudadanía?

Porque hay muchos movimientos ciudadanos en este país que están acomplejados. Les da miedo decir que el dinero publico hay que distribuirlo entre la ciudadanía para que luego redunde en beneficio en la sociedad. Nosotros ahí no tenemos ningún complejo, como tampoco lo tienen las grandes empresas de este país que reciben subvenciones. También es cierto que hay determinados ‘lobbies’ y fundaciones de partidos políticos que se han dedicado sistemáticamente a demonizar las subvenciones que otros recibían. Era uno de los ‘leitmotiv’ de la FAES de Aznar: criticar las subvenciones que recibía la sociedad civil organizada, al tiempo que ellos recibían millones de euros. Al igual que la gran patronal o las grandes empresas de este país, beneficiarias de subvenciones millonarias.

“Si eres el portavoz de una organización dedicada a denunciar fraudes, es difícil que los directivos de las empresas tengan una foto tuya pegada en el frigorífico", llegó a afirmar en su día. ¿Tan difícil es defender los derechos de los consumidores en un país como España?

Más que difícil, puede resultar una tarea muy frustrante. Sabemos que nos estamos enfrentando a los gigantes. Es muy difícil ‘vencer’, aunque ganemos batallas a los de arriba, a los grandes empresarios multimillonarios.

Hay siempre muchas tentaciones. Es fácil que se nos intente comprar. También hay campañas de difamación orquestadas por algún obseso como Luis Pineda, o por el poder empresarial. Hay empresas que les pagan a los medios de comunicación para que te monten campañas de difamación, para que desacrediten a líderes ciudadanos con mentiras con el objetivo de trasladar una imagen distinta a lo que realmente son.

En lo qué va de 2017, ¿qué sectores lideran las reclamaciones efectuadas por los consumidores de FACUA?

El gran tema de 2017 es el fraude hipotecario, aunque en paralelo también estamos inmersos en batallas contra las multinacionales de las telecomunicaciones -por ejemplo, destaca la campaña que hemos iniciado contra las líneas 902-, y las grandes empresas energéticas -ante las que promovemos unidad de acción en torno al movimiento ‘No más cortes del luz’-.

El Tribunal Supremo obligó al dueño de Ausbanc, Luis Pineda, a tuitear durante 30 días que le había insultado. Más recientemente, la Audiencia de Sevilla le condenó a abonarle 90.000 euros por lesionar su fama y dignidad. Parece que afortunadamente se cierra un capítulo en el que supongo que no lo habrá pasado nada bien.

Las cosas que no acaban contigo te hacen más fuerte. Él se dedicó de manera obsesiva a intentar destruir mi reputación y la de FACUA. Lo hizo utilizando todos los medios que estaban a su alcance (…) Incluso se obsesionó con que yo era homosexual, llegando a contratar a un detective para intentar demostrarlo. Hizo absolutamente de todo y me atribuyó todos los delitos que se le ocurrió. Conforme le fui ganando sentencias, su imagen fue quedando desacreditada. Finalmente, la operación del juez Pedraz que provocó su entrada en prisión, acabó con su reputación. Pero lo cierto es que a lo largo de esos años hubo periodistas y políticos que me acusaron de los delitos que Pineda inventó.

¿Dará el salto Rubén Sánchez a la política?¿Quizás bajo las siglas de Unidos Podemos?

No me apetece nada presentarme a unas elecciones, aunque me lo han propuesto en alguna ocasión. Siempre he dicho que no. Creo que mi papel en FACUA puede ser mucho más útil en la sociedad. He renunciado a esa opción, optando por quedarme en mi organización, que me tiene mucho más enamorado.