Andrea Levy ha vuelto a ponerse en el candelero después de que el pasado lunes hablase de “choque de civilizaciones”, tras el atropello de varias personas por parte de un camión en un mercadillo navideño en Berlín. La vicesecretaria general de Estudios y Programas del PP ha reconocido hoy que la “armó” con sus declaraciones y ha negado que en ella se pueda buscar “ni racismo ni islamofobia”. “La armé, pero a los moderados cuando sacamos músculo se nos escucha”, ha añadido.  

Lo cierto es que Levy había encaminado muy bien la época navideña, precisamente en la Cadena SER, donde luego cometió su desliz. En concreto, con su aparición en el programa de humor La vida moderna, un espacio dirigido al público juvenil al que ya habían acudido el número dos de Podemos, Íñigo Errejón, y el humorista Facu Díaz.

Los presentadores del programa -los cómicos David Broncano, Quequé y Ignatius Farray- llevaban días lamentando que se les criticase que “se nos ve el plumero” por estar significados con la izquierda. Y lanzaron un llamamiento titulado “que venga un facha”.

A esa petición acabó accediendo Andrea Levy, que fue recibida con alborozo en el estudio y al grito de “¡fascismo del bueno!”, que es un gag recurrente del programa. Algo que Levy encajó con humor: “En la vida hay que hacer amigos y así no vamos a serlo. Empezamos mal”.

Un primer encontronazo que fue resuelto explicando que en el saco de fascismo del bueno habían metido “a Podemos y a Los Ramones”. “¿Me estás poniendo en el mismo saco que Podemos? Esto va fatal”, replicó Levy, lo que permitió a Farray subir otro escalón: “A Errejón le pregunté si le podía chupar un pezón, y a ti no te he comentado nada. Te estoy respetando”. “Bueno, gracias, sí”, contestó Levy, quizás ignorando que el gesto de chupar un pezón es también otro de los chistes recurrentes de este humorista.

La entrevista no fue nada mal. Le preguntaron, quizás sin saber cómo es el organigrama del PP, si como vicesecretaria “tenía margen para ascender a secretaria”. A lo que Levy salió bien del jardín, aclarando que el siguiente escalón era el de secretaria general, cargo que ocupa María Dolores Cospedal, aunque su continuidad está en el aire. “Hay que disfrutar, paso a paso. De vicesecretaria ya me han traído a La vida moderna, que más se puede pedir”. “Es un ascenso, o no. Tengo miedo del despido fulminante. Dejadme un rinconcito para hacer monólogos porque igual ya no vuelvo a Génova”, añadió Levy.

“Molar en el PP es difícil”, le plantearon, aunque reconocieron que se moló “en la primera época de Fraga o la de Vestrynge. Y Cascos estaba bien”. “Cascos molaba” aceptó Levy, quien también reconoció que molar en Podemos es fácil “con las camisetas apretadas y eso que llevan, mientras que en el PP van con traje y corbata. En Podemos molan hasta cuando se están dando de hostias”.