Es una extraña canción.  Como extraño es el éxito global que ha alcanzado. Una especie de ópera, una rapsodia, rock. Ahora un estudio expone lo que puede ser una explicación para ese dominio que ejerce Bohemian Rhapsody de Queen. Al parecer nos gusta desde que somos fetos.


Chasquear la lengua

Es la conclusión de un estudio realizado por el Institut Marquès, una entidad especializada en reproducción asistida de Barcelona, España, con sedes en varias capitales europeas.

Este instituto ha analizado los efectos de la música en los fetos. En concreto, ha estudiado cómo se comportan ante los estímulos sonoros armónicos 300 fetos entre las semanas 18 y 38 de gestación. Para ello, utilizaron un aparato denominado “altavoz intravaginal”, que no necesita mucha explicación con ese nombre. 

La forma en la que los fetos expresaban su opinión es através de su boca. Abriéndola y sacando la lengua, es interpretado por los científicos como una reacción positiva. 

Así, la popular canción de Queen generó esa reacción en el 90 por ciento de los fetos del estudio. Muy cerca estuvo otro famoso tema, Y.M.C.A., de Village People.


No les gusta Shakira

Curiosamente los resultados de la música clásica estuvieron muy lejos de esos datos. Aunque la creencia popular es que este tipo de sonidos son beneficiosos para los bebes en el vientre materno, el estudio no dice lo mismo. El número de niños que reaccionó positivamente también fue elevado, pero muy lejos de la canción pop de la banda británica. 

También es notable la reacción ante otras canciones. Así, temas de Adele, Shakira y los Bee Gees no tuvieron tanta aceptación. De hecho, en algunas de ellas un buen número de los fetos reaccionó de forma negativa y comenzaron a lanzar patadas desde dentro. 

Todo este estudio se enmarca en la iniciativa del centro de mejorar las posibilidades de concepción a través de la música. Y ahora saben qué canción poner.