Con una tristeza que recorre todos los rincones del cine canadiense e internacional, ha fallecido Graham Greene, uno de los actores más emblemáticos de las Primeras Naciones de Canadá. Greene, de origen oneida y nacido en la Reserva de las Seis Naciones, en Ontario, perdió la vida ayer en un hospital de Toronto tras una larga enfermedad, dejando atrás una carrera artística profundamente significativa y una herencia imborrable para la representación indígena en la cultura popular.
De la reserva al estrellato internacional
Nacido el 22 de junio de 1952 en la comunidad de Ohsweken, en la Reserva de las Seis Naciones, Greene fue criado en el seno de una familia oneida modesta. Antes de adentrarse en la actuación, trabajó en oficios muy distintos: fue dibujante técnico, soldador e incluso técnico de sonido para bandas de rock en Canadá. Ese contacto con la música le abrió el camino a las artes escénicas. A mediados de los setenta, y tras una temporada en el Reino Unido, decidió probar suerte en el teatro. Aquella elección marcaría el inicio de un recorrido que lo llevaría de los escenarios británicos y canadienses hasta la gran pantalla.
Su debut televisivo se produjo en 1979, en un episodio de The Great Detective, y su primera participación cinematográfica llegó en 1983 con Running Brave (El corredor valiente), un biopic sobre el atleta sioux Billy Mills. Durante los años ochenta, Greene forjó una sólida trayectoria teatral y televisiva que lo preparó para el gran salto que cambiaría su vida en la década siguiente.
El parteaguas: Bailando con lobos
El reconocimiento internacional de Graham Greene llegó en 1990, cuando fue elegido por Kevin Costner para interpretar al jefe sioux “Kicking Bird” (Ave que patea) en la multipremiada Bailando con lobos. Su papel como el sabio aliado del teniente John J. Dunbar supuso un punto de inflexión en su carrera y en la visibilidad de los actores indígenas en Hollywood. La interpretación le valió una nominación al Oscar como Mejor Actor de Reparto, convirtiéndose en uno de los pocos artistas de origen nativo americano en alcanzar tal distinción. La película, por su parte, conquistó siete estatuillas de la Academia y consolidó la imagen de Greene como un intérprete capaz de transmitir serenidad, profundidad y carisma en la gran pantalla.
Una carrera diversa y representativa
Tras ese éxito, Greene se convirtió en un rostro habitual del cine y la televisión. Participó en películas como Thunderheart (Corazón trueno, 1992), Maverick (1994), Die Hard with a Vengeance (La jungla de cristal 3, 1995), The Green Mile (La milla verde, 1999), además de sumarse años más tarde a la saga Twilight y a thrillers como Wind River (Viento salvaje, 2017) o Molly’s Game (2017).
En televisión dejó su huella en producciones tan variadas como Northern Exposure, Longmire, Reservation Dogs, Goliath, 1883 o Tulsa King, además de participar en la aclamada adaptación de HBO de The Last of Us. Incluso se adentró en el universo Marvel con un papel en la serie Echo (2024).
Su talento también se extendió a otros ámbitos. Fue narrador de audiolibros, labor con la que ganó un Grammy en el año 2000, y puso su voz en el exitoso videojuego Red Dead Redemption 2, interpretando al anciano Chief Rains Fall. Esta versatilidad le permitió acercarse a nuevas generaciones y demostrar que su registro no se limitaba únicamente a los roles tradicionales asociados a su origen indígena.
Distinciones y reconocimiento
La carrera de Greene estuvo marcada por el reconocimiento tanto del público como de las instituciones. A lo largo de su vida ganó un Grammy, varios premios Gemini y el Governor General’s Performing Arts Award en 2025, uno de los galardones más prestigiosos de Canadá. Además, fue distinguido con diversas medallas otorgadas por el Gobierno canadiense y, en 2015, fue nombrado Miembro de la Orden de Canadá, un honor reservado a las personalidades más influyentes del país. También cuenta con una estrella en el Paseo de la Fama de Canadá, símbolo de su estatus como auténtica celebridad nacional.
El hombre detrás del artista
Más allá de los premios y de sus más de cuatro décadas de trabajo, Graham Greene era recordado por su carácter cercano, su humor ingenioso y su firme compromiso con la representación indígena. Su agente, Gerry Jordan, comunicó la noticia de su fallecimiento con un mensaje cargado de emotividad: “Es con profunda tristeza que anunciamos el tranquilo deceso del premiado y legendario actor canadiense Graham Greene”. Su representante en Estados Unidos, Michael Greene, lo describió como “un hombre de profunda moral y carácter, eternamente extrañado”.
Las redes sociales se llenaron de homenajes de colegas y amigos. Lou Diamond Phillips, con quien compartió reparto en Longmire, aseguró sentirse “con el corazón roto” y lo definió como “uno de los más ingeniosos, astutos y cálidos actores” que había conocido. Gil Birmingham, otro referente indígena en Hollywood, destacó su papel como “una influencia positiva para los actores nativos”, mientras que Robert Patrick lo recordó como “una leyenda”.
Graham Greene deja a su esposa, la actriz Hilary Blackmore, con quien compartió 35 años de matrimonio, a su hija Lilly Lazare-Greene y a su nieto Tarlo. Su legado, sin embargo, no termina aquí. Entre los proyectos en los que participó en los últimos años se encuentra la película Ice Fall, cuyo estreno está previsto de manera póstuma.
Con más de un centenar de créditos en cine y televisión, Greene demostró que un actor indígena podía trascender los estereotipos y convertirse en un intérprete versátil, capaz de brillar tanto en dramas históricos como en producciones de acción, comedia o ciencia ficción.