Toronto es la ciudad más grande de Canadá y hace honor a su nombre: lugar de encuentro en la lengua de los indios hurones. Allí conviven en plena armonía más de 100 etnias diferentes. “Es un modelo de convivencia, nunca había visto una ciudad en la que todos, al poco tiempo de estar allí vengan de donde vengan se convierten en ciudadanos encantadores”, nos cuenta Miguel Aguiló, catedrático de Ingeniería Civil y director de Política Estratégica del Grupo ACS, que acaba de publicar ‘La construcción de Canadá en Toronto’, el séptimo libro de Ciudades, una colección editada por ACS dedicada a grandes urbes del mundo como Madrid, Nueva York, Berlín, Sídney, Londres o San Francisco.

En esta ocasión, Miguel Aguiló aborda la construcción de Canadá a través de Toronto, emplazada estratégicamente en uno de los extremos del río San Lorenzo. Para ello, ha dividido el libro en cuatro capítulos que resumen cuatro características fundamentales de esta ciudad: su posición estratégica; la importancia del río como vía de comunicación, tanto en el desarrollo de la ciudad como el del país; la relación de la ciudad con el lago; y su habitabilidad.

"La sensación de Toronto es primero de despiste, la segunda qué bien se vive aquí y la tercera, yo me quedaría a vivir aquí"

“La clave de su atractivo está en cómo viven y se comportan sus ciudadanos, algo que no es fácil de apreciar como visitante”, argumenta Miguel Aguiló, que ha quedado atrapado por el singular encanto de esta ciudad, de la que apenas se tienen referencias, más allá de la CN Tower, la torre de Telecomunicaciones.

Vista nocturna de Toronto, con la CN Tower dominando el skyline

“La sensación de Toronto es primero de despiste, la segunda qué bien se vive aquí y la tercera, yo me quedaría a vivir aquí. No es que no sea interesante, es que no hay instrumentos desarrollados para conocerla y cuando la recorres y la descubres, el placer es enorme”, asegura. Aunque su libro no es exactamente una guía turística, es uno de los poco monográficos dedicados a esta atractiva, pero escasamente conocida ciudad.

En su opinión, uno de los aspectos más destacables de Toronto como una urbe modelo es su planificación: “Aunque algunas cosas han salido mal, han intentado de todo y han dado con muy buenas soluciones”.

Vista de Toronto desde la CN Tower

 

Toronto se erige al lado del lago Ontario, en el extremo oeste del río San Lorenzo, que juega un papel clave en la construcción del país. Hasta la llegada del ferrocarril, el río era la única vía de transporte hasta el mar y todos los asentamientos se concentraron en torno al mismo. El resto del país es un territorio virgen inaccesible. “Como no se puede llegar al mar, no tenía ningún sentido colonizar todo aquello que no te llevaba más que a los hielos del Ártico. Canadá es un país muy grande pero muy poco poblado. Esta es la clave del título del libro: Toronto es lo que empuja al resto del país”, explica Aguiló.

El río San Lorenzo y un sinfín de canales conforman el llamado Seaway, el camino al mar

El río era también la frontera natural con EEUU y, ante el temor de ser invadidos, fundaron Ottawa, la capital, más al norte, separada del río. Al mismo tiempo, construyeron toda una red de canales para comunicar las principales ciudades entre sí, emulando a los americanos, que habían construido un inmenso canal de 585 kilómetros para conectar Albany con Búfalo, Chicago y Nueva York.

Canadá, por su parte, diseñó un desvío navegable desde Montreal hasta los Grandes Lagos, lejos de la frontera, y que conectaba también con Ottawa. “Todo este sistema es lo que ellos llaman el Seaway, el camino al mar. Es el San Lorenzo y lo que da vida a todos los Grandes Lagos y Toronto estaba en un camino indio estratégico que unía precisamente los lagos con el Seaway”, asegura Aguiló.

Los escritores Thoreu y Whitman quedaron fascinados por la majestuosidad e importancia del río San Lorenzo

Para que nos hagamos una idea de la magnitud de Canadá, Aguiló se sirve del libro de viajes de Henry David Thoreau, quien se desplazó de Montreal a Quebec en 1853, y el ‘Diario de Canadá’, de Walt Whitman (1880). Ambos se desplazaron por el país a través del río San Lorenzo y los canales. Whitman describe la fascinación que sintió al contemplar desde su mirador privilegiado en la proa del barco un país con “días perfectos” y en el que “todo brota de manera natural, sobre todo las plantas perennes”.

Para Thoreau el río San Lorenzo es lo más interesante de Canada y recuerda en su libro cómo “los salvajes le dijeron que era el chemin du Canadá… que va tan lejos que ningún hombre ha estado jamás en su final, que se sepa”.

El autor también describe cómo esa importante vía de comunicación era intransitable durante los hielos del invierno: “La llegada del primer navío desde Inglaterra cuando se rompe el hielo es, por lo tanto, un gran acontecimiento, como cuando el salmón sube el río en primavera para aliviar a los hambrientos habitantes de sus orillas”.

“Quizá no exista mejor forma de aproximarse a este inmenso continente en toda su extensión que por el río San Lorenzo… Desde el primer momento se le introduce a uno en un paisaje majestuoso, donde todo es enorme, como a gran escala: montañas, bosques, lagos, ríos, precipicios, cascadas”, concluye este escritor que acabó seducido por la majestuosidad y amplitud de un río que casi parece un mar.

El río San Lorenzo es la vía navegable más larga del mundo

El San Lorenzo y los Grandes Lagos constituyen la mayor reserva de agua dulce del mundo y fuente de enorme riqueza. Es, además, la vía navegable más larga del mundo y en sus riberas se encuentran las ciudades más importantes de Canadá, como Montreal. Desde el río se pude contemplar uno de los símbolos más reconocibles de Canadá, la enorme esfera geodésica de Richard Buchminster Fuller, construida con motivo de la Exposición Universal de Montreal en 1967 y que alberga hoy en día un museo sobre el medio ambiente.

El puente de Champlain, que une Canadá con EEUU, es una espectacular obra de ingeniería, con un gran vano atirantado y accesos en vigas rectas de hormigón prensado
El puente de Champlain, que une Canadá con EEUU, es una espectacular obra de ingeniería, con un gran vano atirantado y accesos en vigas rectas de hormigón prensado

Canadá es uno de los países en los que ACS centra su expansión internacional. El pasado mes de junio inauguró el puente Champlain, que se erige precisamente sobre el río San Lorenzo a su paso por Montreal. Se trata de una espectacular obra de ingeniería de 3,4 km de longitud que conecta Canadá con EEUU.

La multinacional presidida por Florentino Pérez está también construyendo otro importante puente, el Gordie Howe, que une la ciudad canadiense de Windsor con Detroit (EEUU) y que será el puente atirantado más largo de Norteamérica.

Con la llegada del ferrocarril, todo cambió: una barrera industrial y de vías se impuso entre Toronto y el río

Uno de los capítulos del libro está dedicado a cómo la llegada del ferrocarril cambió el uso del territorio y dejó en un segundo plano la influencia del río. De hecho, las vías del tren se convirtieron en una muralla insalvable entre Toronto y el San Lorenzo y que se ha empezado a recuperar a partir de los años 70.

“El ferrocarril se convirtió en el protagonista absoluto y en la actualidad todavía se notan los restos. Encontramos, por ejemplo, una ciudad completamente cuadriculada, con la estación del tren con origen y destino la estación, que es el centro de comunicaciones. En su momento, el puente del ferrocarril más largo del mundo fue el que se construyó para salvar las cataratas del Niágara”.

Las líneas de ferrocarril separaron la ciudad del río y el lago

A partir de 1970, Toronto decidió recuperar su relación con el lago y el río y se empezó a reconstruir su maltrecho Waterfront, en una larga operación que continúa hoy en día y que transformó radicalmente la ciudad.

Toronto recibe cada año 30 millones de turistas que viajan hasta allí para contemplar las cataratas del Niágara

El mayor atractivo turístico de Canadá lo constituyen las cataratas del Niágara, que se ven mejor desde este país que desde la orilla de EEUU. Toronto recibe cada año 30 millones de turistas que viajan hasta allí solo para contemplar esta espectacular cascada.

Cataratas del Niágara desde el lado canadiense

Una red subterránea permite a los torontianos desplazarse en mangas de camisa por el Downtown a pesar del frío polar

Una de las particularidades de Toronto es su Path, la red subterránea construida en el Downtown en la que encuentras todo tipo de establecimientos comerciales y restaurantes. “Puedes salir a comer desde la oficina en mangas de camisa con 20 grados bajo cero en el exterior. La ciudad está muy bien resuelta y es muy transitable, salvo para los coches”, explica Miguel Aguiló.

En Toronto es prácticamente imposible aparcar en la calle y se modifican señales de circulación o la dirección de las vías en función del tráfico. “Son inflexibles en el aparcamiento y suavizan el tráfico para que la ciudad sea más transitable”, añade.

A diferencia de otras grandes ciudades, no hay un centro financiero dedicado exclusivamente a oficinas. Allí conviven viviendas particulares y negocios, incluso dentro del mismo bloque: “Llegaron a la conclusión de que, de esta manera, el número de trayectos son más cortos y muchos se pueden hacer a pie”.

Una de las singularidades de Toronto ha sido integrar antiguas edificaciones en enormes torres. Además, se ha impuesto un sistema de construcción de torres en podio, con cinco o seis plantas de uso mixto

El Path se amplía cada año a medida que se van haciendo nuevos bloques y se ha impuesto un sistema de construcción de torres en podio: cinco o seis plantas comunes que albergan aparcamientos y servicios (tiendas, centros educativos, guarderías, restaurantes, blibliotecas, etc.) y, por encima, viviendas.

"Toronto es una ciudad muy friendly"

Otra de las singularidades de Toronto, según nos explica Miguel Aguiló, es que han conservado edificaciones antiguas que se integran dentro de enormes torres. "Hay una hibridación entre antiguo, nuevo, uso mixto, uso particular… Los usos se mezclan y la vida se vuelve muy próxima, muy friendly”, concluye.

G76584 Royal Ontario Museum baja

Miguel Aguiló ha recibido en 2019 el Premio Nacional de Ingeniería Civil del Ministerio de Fomento

Miguel Aguiló, que cuenta con una dilatada carrera profesional en el campo de la ingeniería civil, ha recibido en 2019 el Premio Nacional de Ingeniería Civil del Ministerio de Fomento, que se suma a otros reconocimientos previos, entre ellos el Premio Nacional de Urbanismo y la Medalla de Honor del Colegio de Ingenieros de Caminos. Es presidente de la Fundación Miguel Aguiló, constituida en diciembre de 2009. Vinculada a la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid tiene carácter estatal y sus fines incluyen la promoción de la investigación científica, el desarrollo tecnológico, la innovación, la formación y la divulgación en el ámbito de la ingeniería civil, la arquitectura y disciplinas afines, especialmente en lo relacionado con su estética, historia y paisaje.

Además de la colección Ciudades, Aguiló es autor o coautor de más de 60 libros, de 38 capítulos en publicaciones conjuntas y más de 65 artículos en revistas nacionales e internacionales del sector de la construcción e ingeniería civil desde 1974.