Que Rigoberta Bandini se pregunte en su canción Ay mamá que “por qué dan tanto miedo nuestras tetas” no es casualidad. El cuerpo femenino es víctima a los ojos de la sociedad de múltiples estigmatizaciones, y más en las redes sociales, donde los pezones de las mujeres son instantáneamente censurados. Con Me falta una teta, la guionista Raquel Haro presenta otro punto de vista, el que es necesario poner sobre la mesa.

La exguionista del programa El Intermedio, y colaboradora en otros medios como Muy Historia, Pikara Magazine o eldiario.es, se estrena como escritora con su primer libro, publicado por Editorial Planeta, en el que cuenta, de principio a fin, su experiencia con el cáncer de mama.

Más allá de detallar cómo son las sesiones de quimioterapia y todo el proceso para eliminar los tumores malignos, Raquel Haro hace uso de su maestría en el humor para contar cómo compaginó los duros meses de la enfermedad con su trabajo, sus amigas o su familia con la amenaza de la covid-19 siempre de fondo y con la lucha en los juzgados por la custodia de Leo, su hijo de cuatro años. Tirando en todo momento del desparpajo y de la ternura, la autora se abre a los lectores con una historia que promete no dejar indiferente a nadie.

'Me falta una teta'. Editorial Planeta.

PREGUNTA: Me falta una teta empezó siendo un blog donde publicabas todo tu proceso con la quimioterapia pero, finalmente, te llegó la propuesta de convertirlo en un libro. ¿Cómo fue?

RESPUESTA: Desde que empecé a escribir en el blog tiene muy buena acogida. Como también hablo, tanto en el blog como en el libro, de mis fracasos amorosos, de cómo es criar a un crio pequeño de cuatro años sola en una ciudad, la maternidad, estar con tus amigas y los problemas que continúan a pesar de las enfermedades…

Al principio me escribía mucha gente que estaba enferma, muchas chicas de mi edad que se acababan de separar o que tenían dramas con los que se sentían identificadas en general. Y luego me escribió la Editorial Planeta para hacer el libro, un sueño la verdad.

P: El libro está escrito en clave de humor y siempre tiras de la emoción y el desparpajo para contar tu experiencia. ¿Cuál crees que será la respuesta de los lectores?

R: Está siendo muy buena, ya había algunos lectores que estaban acostumbrados a mi tono, de dramitas con chascarrillos. A la gente creo que le llega y espero que el libro, igual que todo lo que he ido publicando en el blog e Instagram, a la gente le llega cuando le cuentas dramitas con desparpajo.

P: ¿Te habría gustado tener un libro como este cuando comenzaste la quimioterapia?

R: Un libro lleno de consejos, como los que doy de cáncer para principiantes. Sí, me habría venido bien para no culpabilizarme, yo no tengo la culpa de tener cáncer. A veces tendemos a culparnos: “Es que es culpa mía que no me he hecho suficientes mamografías o no he llevado una dieta suficientemente sana, no he comido mucho brócoli, o no he hecho suficiente ejercicio”. Y no, no podemos averiguar lo que nos puede pasar, también te puede salir un cáncer el día después de hacerte una mamografía, no merece la pena.

También me habría venido bien para recordarme que no hay que mirar en internet, ni de tu enfermedad. Es como buscar el nombre de tu ex, si buscas en internet solo te va a hacer daño. Con el cáncer es lo mismo, internet está lleno de fake news que solo van a servir para hacerte daño.

Y sí, también me habría venido bien haber leído un libro como el mío para recordar que está bien sentirse mal y que no son ciertas cosas que te dicen todo el rato como “tienes que ser positiva, eso influye en tu curación”. No, no podemos estar siempre positivas, no podemos estar siempre sonriendo. De hecho porque es un proceso muy duro, muy complicado, ya nos sentimos muy mal como para tener todo el día aquí el temor de “oh dios mío, si no estoy súper happy todo el día el cáncer se me va a extender”. No, no somos tazas de Mr.Wonderful, no podemos estar siempre positivas.

P: Todos estos mensajes, que están muy arraigados socialmente, también afectan a la salud mental.

R: A mí, por ejemplo, me fastidiaba mucho que me dijeran “¿te has mirado a ver qué heridas tienes que sanar? Porque el cáncer tiene un origen emocional”. Otra vez la culpa, resulta que me ha salido el cáncer porque no he sabido gestionar los dramitas de mi vida. No, en mi caso es muy tentador pensar que mi cáncer tenía un origen emocional porque me vino justo después de pandemia, confinamiento, separación –no amistosa-, el sufrimiento que me provocaba la papitis de mi hijo, la cistitis de mi gata –que estuvo meándose por toda la casa y no le podía llevar al veterinaria porque estaba todo cerrado por la pandemia-. En mi caso es tentador pero no. Hay mucha gente con cáncer: unos que vienen de una situación complicada y otros que vienen del mejor momento de sus vidas. No tiene nada que ver.

Sobre los consejos, pido por favor que no se nos diga “lucha”, no nos gusta nada que nos digan “lucha”. Nosotros no luchamos, nos limitamos a ir al hospital, poner el brazo y cerrar los ojos muy fuertes para que no te duela la vía con el tratamiento. Me parece muy injusto que nos digan que es una lucha, parece que la responsabilidad de curarte la tienes tú. Qué pasa, ¿Bimba Bosé no luchó lo suficiente? ¿Pau Donés no luchó lo suficiente? Esto es una lotería, a veces el tratamiento funciona y otras no.

Hay que confiar en la Santa Ciencia y en los médicos. Ellos sí que luchan y se hacen jornadas súper largas. Eso sí que es una lucha, estar todo el día investigando para encontrar una curación para una enfermedad que, si vives en un país como España, tienes muchas posibilidades de curarte, si vives en otros no.

No, no somos tazas de Mr.Wonderful, no podemos estar siempre positivas

P: En el libro también hablas mucho de los retos y las inseguridades a la hora de ligar con cáncer. Al leerlo parece que se transforma en una guía a seguir.

R: Yo cuento mi experiencia, tenía un temor: si no me atrevo a que nadie me vea con peluca, ¿cómo me voy a atrever a que me vean sin teta? Tenía un sueño que era echar un último kiki con mis dos tetas naturales y eso me llevó, en pleno tratamiento de cáncer y porque tenía más tiempo que nunca en mi vida, a abrirme Tinder. Tuve una cita, solo una, que acabó con mi peluca en la casa del chico, que por nada del mundo quería que se enterara, pero si queréis saber más de esa historia tenéis que comprar el libro.

P: Hay una frase del libro que dice así: “La certeza de que puedo palmar en cualquier momento no me hace vivir atemorizada, me hace vivir más intensamente”. ¿Es un nuevo lema de vida?

R: Cuando tienes cáncer, o si lo has tenido aunque ahora ya no, el miedo es como un compañero de piso que no has elegido. A veces está en su habitación encerrado y otras invade todo con su mierda, pero siempre está ahí. Tienes que aprender a convivir con ese miedo y yo solo aspiro a que se quede siempre encerrado en su habitación y que no salga, pero siempre está.

Aclarado el punto de que el miedo siempre está, no soy una superwoman que haya conseguido deshacerse de él, pero sí he conseguido que la mayor parte del día el temor o la certeza de que la muerte está ahí, en general hay más horas del día que eso me hace vivir más intensamente que atemorizada. Antes había algunas cosas de la maternidad que las llevaba fatal y ahora es como “mi hijo está teniendo una rabieta y todo es maravilloso”.

Cuando tienes cáncer, el miedo es como un compañero de piso que no has elegido

P: Hay un pequeño guiño cuando hablas de Zacarías, el cómico al que le hacías los guiones, en el que haces referencia a la polémica que hubo hace meses atrás con La Chocita del Loro y las mujeres cómicas. Parece que está resurgiendo la comedia feminista con figuras como las chicas de Estirando el chicle o Inés Hernand, a la que acabamos de ver en TVE presentando el Benidorm Fest. ¿Qué te parece?

R: Me parece que es un gran momento porque por fin se está oyendo a las mujeres, todo lo que tenemos que decir y todas las gracietas que tenemos que hacer. Es nuestro momento, me parece genial que por fin tengamos una voz, que se nos escuche, que se haya dado cuenta todo el mundo que somos súper graciosas.

P: Rigoberta Bandini es tu cantante favorita y con todo el revuelo de los últimos días con el Benidorm Fest, tengo que preguntarte: ¿Por qué dan tanto miedo nuestras tetas?

R: En el caso de cómo yo interpreto la canción de “por qué dan tanto miedo nuestras tetas” –y en mi caso, mi teta, que solo tengo una- no es exactamente las tetas, es el por qué da tanto miedo el feminismo, reivindicar nuestros derechos, por qué da tanto miedo que las mujeres nos posicionemos, nos cansemos, digamos “basta”, digamos “oye tú, que has tenido un hijo conmigo también te tienes que encargar de levantarte en mitad de las noche siete veces a dar biberones”. Yo lo interpreto como el que han dado mucho miedo nuestras reivindicaciones, nuestro feminismo y nuestra petición de igualdad.