Inés Martínez García (Madrid, 1994) es mujer, joven, poeta y editora. Como ella misma dice, “ingredientes para ser ignorada por el olimpo literario”. Sin embargo, ella tiene claro que su idea de trabajo es abrir espacios, vencer paradigmas. En lo absoluto parece importarle los juicios de los grupos que generan parámetros. Frente a Libero editorial ha creado un concepto nada frecuente en el mercado literario. Publica, principalmente, poemarios escritos por mujeres hispanohablantes que dialogan entre sí. Feminismos, relatos poéticos de violencia, deseo, cuerpo y paisaje son algunos de los temas que van tejiendo las autoras, como si cada libro fuera un capitulo de una historia que inunda de poesía el entramado de la dureza social.

Edgar Borges: En un medio basado en las tendencias y la producción de muchas novedades, la fugacidad determina. En este cuadro, ¿qué es una editorial independiente? 

Inés Martínez García: Tal y como yo lo entiendo, una editorial independiente es aquella que no está atada ni a tendencias ni a exigencias de la industria convencional del libro. Es decir, es un medio de publicación indie que no solo se caracteriza por tener una plantilla reducida, sino por publicar libros diferentes, arriesgados, no comerciales (o no tanto); libros de fondo, que no pasan de moda ni deben estar al servicio de las mesas de novedades de las librerías. Ante todo, una editorial independiente es aquella que vive al margen del centro del sistema y que tiene que luchar para ser tenida en cuenta como a las grandes.

Libero, como idea, nombre y concepto, surge de un verso propio (me libero a mí misma) y de la necesidad de sentirse libre y cómoda en un mundo repleto de constricciones, tanto sociales como laborales

E.B: ¿Cómo surge la idea de Libero Editorial?

I.M.G: Libero, como idea, nombre y concepto, surge de un verso propio (me libero a mí misma) y de la necesidad de sentirse libre y cómoda en un mundo repleto de constricciones, tanto sociales como laborales. Aquellas relativas a la industria del libro. También nace con el fin de reunir voces diversas y, al mismo tiempo, similares, cuyo discurso poético pueda no solo gustarnos sino reeducarnos a partir de los diálogos que se entrelazan entre las autoras.

E.B:  Los libros que publicas dialogan entre sí. ¿El contenido del sello va creando una historia en común? 

I.M.G: Sí, algo que tuve muy claro es que quería mantener, siempre que me fuera posible, una línea e imaginario común. En el caso de Libero, esta línea supone la experiencia, tanto ficcional como real, de autoras, en su mayoría, que proceden de diferentes partes del continente americano y de España.

E.B: ¿Por qué escogiste la poesía para dejar testimonio de las realidades de la mujer? 

I.M.G: La poesía, por su brevedad, es certera. Busca crear emociones y conciencia desde lo mínimo. Es un género que goza de infinitas posibilidades en cuanto forma y estilo, por lo que decantarme por él (y por publicar mujeres hispanohablantes) suponía una apuesta, no tanto en lo personal sino en el mercado.

'En mi boca se abrirá la noche', de la escritora venezolana Oriette D’Ángelo, narra de forma poética un caso real de violencia de género

Cubierta Oriette enmiboca

E.B: ¿La editorial está relacionada con tu propia realidad dentro del periodismo y la poesía? 

I.M.G: No siempre. Si las diferentes poéticas que se ofrecen desde Libero fueran una ramificación de mi propia escritura, acabaría aburriéndome. Sí que son, como decía antes, parte de un discurso que o bien no alcanzo a comprender o que observo de otras formas. De este modo no solo aumenta mi imaginario, sino que consigo ver lo que antes no veía. Esto sí que me lleva al periodismo. Editar en Libero es una forma de investigar, de hacer archivo. Uno de los libros que, por ejemplo, está muy relacionado con el periodismo es En mi boca se abrirá la noche, de la escritora venezolana Oriette D’Ángelo. Su libro narra de forma poética un caso real de violencia de género. Otro que también tiene mucho de periodismo, y que me anima a continuar con esta línea de diálogo y de conocimiento entre obra y obra, es Maleza, de la periodista y poeta cubana Yenys Laura Prieto.

E.B:  En buena medida publicas autoras latinoamericanas. ¿Por qué esa dirección? 

I.M.G: Porque quiero ver lo que no veo a diario, escuchar lo que no percibo en mi día a día. Publicar mujeres latinoamericanas conlleva una amplitud de miras muy grande. Además, pienso que sus discursos y estilos nos llevan la delantera. Tratan temas y técnicas que no llego a encontrar entre la mayor parte de las obras que se publican de autores y autoras españolas. Y eso me encanta.

La figura del editor o de la editora está algo proscrita. Lo “importante” es la obra y quien la escribe

E.B:  Cada vez conocemos más casos de escritoras que fueron ignoradas en su momento vital. ¿Conoces casos de editoras?

I.M.G: Para empezar, la figura del editor o de la editora está algo proscrita. Lo “importante” es la obra y quien la escribe. Muy pocos editores quedan en el recuerdo, yo no veo calles con nombres de editores, por lo que menos aún vería placas con nombres de editoras. ¿Me gustaría que se diera más reconocimiento a la labor que hacemos? Sí. Al final es una extensión de la autora o del autor, en muchos casos. Esto da para mucha charla, porque también hay casos de editores y editoras que únicamente firman un contrato (si acaso lo hay) y mandan el libro a imprenta… ¿Eso es editar?

E.B:  En el presente, ¿cuál es la realidad de una mujer editora?

I.M.G: Solo puedo hablar de mi realidad. Y es que no sólo entra en juego que sea mujer sino también la edad. Todavía no tengo 30 años. Comencé en el mundo editorial con 21, pero en Libero a los 25. Y si juntamos la edad y el género tenemos un combo perfecto para que se te tenga menos en cuenta, o para que la labor no sea tomada tan en serio como la de personas “con carrera”. Ser joven (y por supuesto ser mujer) no debe ser un indicativo para que nos obstaculicen el camino o nuestras metas.

Devoro algo mmmuerto lorena cubiertaLIBERO

E.B: ¿Cuáles son los nuevos libros de Libero y los que vienen en camino? 

I.M.G: Como dijo Lorca: ¡Libros! ¡Libros! He aquí una palabra mágica que equivale a decir “amor, amor”, y que debían los pueblos pedir como piden pan. Pues este año, tras una época un tanto incierta, viene repleto de poemarios bellos e interesantes: desde el primer libro de Celia Sanjuan, autora gironesa, titulado Lejos, hasta la publicación del Premio Nacional de Poesía de Brasil de 2022: También guardamos piedras aquí (edición bilingüe), de Luiza Romão. Entre estos libros podremos leer Devoro algo mmmuerto, de Lorena Aviña (México) que trata la disfemia y la gordofobia; a la escritora onubense Violeta Vaca y a la chilena Emiliana Pereira Salazar.

E.B:  'Yo soy la luz del bosque', tu poemario de 2022. ¿Qué es el bosque para ti?

I.M.G: El bosque en este libro es un lugar seguro generado a partir de una técnica psicológica de EMDR. Todo el poemario está escrito desde la aplicación de dicha herramienta que sirve para desentrañar el trauma. A su vez, el bosque es un lugar de luz y de oscuridad, de escondites y de sorpresas. El paisaje perfecto para bailar y orar, mientras que la naturaleza responde, con sus sonidos y crujidos. 

E.B: ¿En qué anda ahora la Inés poeta?

I.M.G: Estoy cerrando mi próximo poemario, que se diferencia de lo publicado anteriormente porque trata, desde una poética más tradicional, el pueblo y la infancia. Me alejo un poco más de la mística, pero no del paisaje. Esta vez cambio el bosque por el campo y la montaña, y el trauma por el recuerdo y el duelo, ya que es un libro que nace tras el fallecimiento de mi abuela Inés.

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