Íkaro es un artista emergente, con raíces en las profundidades de la escena rap underground madrileña. Creció escuchando a Serrat, Queen y Los Beatles, y comenzó a escribir canciones con 15 años cuando su hermana le regaló un disco de rap americano. Así, su propuesta sonora ha dado un giro radical, alejándose de lo convencional para abrazar una identidad musical única y en constante transformación.

“Veo mi tristeza y qué es, frente a la tristeza mundial. Me siento un hipócrita que tiene tiempo para llorar” -Miedo a Vivir-. Sus letras, intensas y descarnadamente reflexivas, oscilan entre la desesperación y la esperanza, entre el amor y la pérdida, dibujando paisajes emocionales que golpean con fuerza lo auténtico y lo vivido. Lo que le inspira -explica entre risas- es “estar medio mal”. 

No se mueve por la música comercial, de hecho, subrayando sus palabras dice que “va en contra del mundo porque la gente ahora quiere música rápida, divertida y consumible” y es todo lo contrario al arte que desempeña. Entre sus trabajos más destacados se encuentran los álbumes: Cómo se mata una flor (2022), Los días felices (2024) e Interferencias (2025).

PREGUNTA (P): Empezaste con rap, pero tu música ha evolucionado hacia una fusión con otros géneros como el rock, pop o la electrónica, ¿qué te motivó a explorar y combinar otros estilos?

RESPUESTA (R): El no estarme quieto. En el sentido de que no soy capaz de hacer cinco canciones iguales. Me da pereza, necesito buscar otros géneros, otras maneras de expresarme. Esto es un poco hándicap porque lo que funciona a nivel comercial y de marketing es que si se te está dando bien el rap, tienes que hacer 80 canciones de rap. 

Como me gustan mucho esos géneros de música y creo que soy capaz de adaptarme a ellos, he ido fusionándolos.

P: ¿De dónde te viene la inspiración para escribir sobre temas tan profundos?¿Dirías que son todas experiencias personales?

R: Sí, todo son experiencias personales pero eso no significa que todas las letras sean literales o que todas las canciones las haya vivido. Hay partes de imaginación. Me inspira el amor, el desamor, el paso del tiempo, el agobio, la ansiedad…

P: En tu disco Los días felices hay un cambio radical en comparación con los temas de los que sueles escribir

R: Es que fue una etapa en la que estuve más contento e intenté hacer un tipo de música un poco más feliz, no tan triste como solía hacer, con un toque más ácido y sin perder la esencia. 

P: ¿Cuáles son tus canciones más sinceras y qué parte de ti hay en ellas?

R: Hangover, Buscándome y Miedo a Vivir, porque creo que son en las que más me desnudo, en las que más sincero soy. Hangover, por ejemplo, la escribí un domingo que me desperté de resaca, tanto emocional como de haber estado de fiesta. Me levanté jodido y empecé a reflexionar sobre mi vida, sobre lo dolido que estaba y esa canción era un grito de ayuda.

Miedo a Vivir, la escribí cuando estaba en plena ruptura con la que era mi ex, estando ella en casa, un poco red flag todo esto. La empecé a escribir porque me empezó a venir toda la mierda y realmente es bastante autocrítica, es una canción en la que me echo mierda a mí. Buscándome es un poco eso también, acordándome del pasado, de mi yo de niño, en el porqué soy así ahora…

P: En tu último disco, Interferencias, hemos visto una gran evolución en comparación con anteriores trabajos, ¿qué hay de nuevo en este disco?

R: Interferencias es un disco que he hecho mano a mano con un productor, Fulston. En él hay un poco de mí en las melodías y en el rap, y un poco de Fulston en ese rollo más de drum and bass y la electrónica. 

P: ¿Tienes algún proyecto futuro?

R: Tengo un proyecto nuevo que será el inicio de una nueva etapa. Voy a cambiarme el nombre a German Rid porque llevo desde los 17 años haciendo rap con el nombre de Íkaro y creo que es momento de hacer un disco más largo en el que voy a dejar un poco de lado el rap, pero estará presente. Quiero centrarme en sonidos nuevos, más modernos pero algo más minimalista y más reposado. El álbum hablará de la soledad, la agorafobia, la ansiedad social… 

P: ¿Qué quieres que las personas sientan al escuchar tus letras?

(R): A mí me gusta hacer canciones porque me desahogo, me liberan, me hacen aprender más sobre mí y si encima la gente se ve reflejada y les puedo ayudar pues me reconforta. Hay gente que me ha escrito diciéndome que se siente identificada con mis canciones y que les he ayudado a superar un momento duro de su vida.

No todo lo que he escrito es triste, a nivel ritmo hay divertimento y muchas canciones son bailables. Sin embargo, voy un poco en contra del mundo porque no apuesto por lo comercial. Siento que ahora la gente espera que la música sea rápida, divertida y consumible y eso juega en mi contra, porque siempre he hecho todo lo contrario.

(P): ¿Cómo te gustaría evolucionar a nivel musical?

(R): Quiero sacar algo que sea muy puro, sincero y conseguir desnudarme al cien por cien, más que nunca. Estoy retomando las clases de piano y me gustaría colaborar con gente del mundillo, tanto productores como artistas. 

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