En ‘España al revés.  Los mitos del pensamiento progresista (1790-1840)', el escritor y catedrático Jesús Torrecilla lleva a cabo un trabajo tan riguroso en sus planteamientos como narrativo a la hora de exponer su tesis. Torrecilla estructura su libro, tras una larga e ilustrativa introducción, en base a cinco bloques a partir de los cuales se introduce en cinco de los temas bases del progresismo español que, aunque naciendo en el siglo XIX, prevalecen de un modo u otro en las décadas siguientes, incluso de alguna manera en la actualidad, trasnformándose e integrándose en otros discursos. Es, por tanto, el libro de Torrecilla un libro de historia que busca no solo la contextualización de los temas, también persigue el hablar del presente -y lo consigue en muchos momentos de manera harto elocuente- y arrojar algo de luz sobre ciertas problemáticas indagando en la base de dichas ideas del progresismo.

Las líneas maestras del pensamiento progresista español se forjan en las primeras décadas del siglo XIX, en una época caracterizada por guerras, persecuciones y exilios masivos. Convencidos de que necesitaban disociar sus ideas de Francia, los progresistas ensayaron diversas estrategias para arraigar su proyecto en la tradición nacional. Comuneros fueros medievales representan para ellos una idea pactada de la monarquía, pero también el respeto a una diversidad regional intrínseca que las dinastías extranjeras de los Austrias y los Borbones, con el apoyo decisivo de Castilla, habían intentado erradicar. Asimismo, al-Andalus, el enemigo por antonomasia de lo español tal y como se había entendido hasta entonces, pasa a simbolizar una España alternativa que, según los liberales, nunca habría debido desaparecer. Una España que era significativamente similar a la que ellos pretendían construir.

Así, la relación entre los liberales y el pueblo, el mito de los comuneros y los fueros medievales, el al-Andalus y las figuras de Blanco White y Larra, conforman las cinco bases de un ensayo que analiza el contexto y las circunstancias en los que se gestaron los mitos del progresismo español no solo mediante documentos de carácter historiográfico sino que también, y ahí reside gran parte de la fuerza del libro, mediante trabajos literarios de ficción, mostrando cómo la Historia, va escribiéndose no solo en la realidad, sino que sus coetáneos la recogen y, en sus textos, desarrollan dichas ideas, las materializan, convirtiéndose en su vehículo de transmisión. Torrecilla maneja toda la documentación para ejemplificar sus tesis, todo ello expuesto con tanta rigurosidad como elocuencia pero rehuyendo el peso de la académico. Un libro que muestra a la perfección como puede ser un ensayo serio y didáctico.