Alizzz se encuentra desayunando en un hotel a orillas del río Manzanares. En la mesa café, pan, tomate, aceite y jamón. A simple vista solo se ve eso. Alguien comiendo algo en la cafetería de un hotel. Pero ese alguien es una figura imprescindible en la historia reciente de la cultura popular española. No solo por estar detrás de Antes de morirme, de C. Tangana y Rosalía, un tema que significó un antes y un después en la industria por conseguir transmutar lo urbano en pop. Ni tan siquiera por ser parte imprescindible en el sonido de El Madrileño, un trabajo que permanecerá en la memoria de la civilización hispanoamericana. Su música se sentirá para siempre porque su música dejará de poseerle y será propiedad del pueblo. Alizzz ha hecho brillar a mucha gente desde las sombras. Pero desde hace un tiempo, es la hora de brillar por sí mismo. Ya lo hizo en Tiene que haber algo más. Tres años después, lanza Conducción Temeraria. Un álbum cinematográfico con tintes de David Lyinch. Como las películas del cineasta norteamericano, Alizzz bucea en lo onírico. Entre la fina línea de la oscuridad y la luz.

Pregunta: Has estado bastante tiempo fuera de los focos.

Respuesta: Lo que más he hecho últimamente es girar. Tiro para atrás y los momentos más importantes tienen que ver con los directos. Se puede decir que hago música por deporte. No pienso en discos sino en canciones. Las voy haciendo cuando me pilla bien o cuando tengo un momento de iluminación. Y esto es lo que me ha llevado hasta donde estoy ahora.

Pregunta: 'Conducción Temeraria' es tu segundo álbum en solitario.

R: Más allá de mi trabajo como productor y compositor, he ido encontrado mis momentos. Me pasa que las mejoras creaciones me salen muy rápido y muy de repente. Quizás, en una semana, cuando tengo la pluma afilada, hago tres canciones.

P: Empezar con Despertar sirve para introducirte en la filosofía del trabajo. De moverte entre lo real y los sueños.

R: Hay varias canciones en el disco que tienen un punto onírico. Se trata un trabajo más metafórico que en el disco anterior, que era más costumbrista. Ahora me he retorcido más en las letras. El mundo de los sueños es algo que me obsesiona un poco y que vivo de una manera particular. Hay sueños recurrentes que me persiguen.

Me aburro rápido de las cosas

P: ¿Por ejemplo?

R: Intentar encontrar algo por todos tus medios, que parezca que lo vas a conseguir, y que, finalmente, pasa algo y fracasas. Puede ser una persona, una chica o una misión. Yo tengo que seguir y termina en convertirse en algo pesadillesco.

P: Has defendido que una de tus características es hablar con claridad para que te entienda todo el mundo. Sin embargo, ahora optas por lo onírico. Esto requiere una mayor labor para comprender lo que expresas. ¿Por qué este cambio?

R: Me aburro rápido de las cosas. Cuando encuentro una manera de expresarme a través de un sonido, un instrumento o una forma de escribir diferente, me engancho a ello. Ahora me he sentido identificado escribiendo de una manera más enrevesada. Me parece una forma de proponer algo nuevo que todavía no se había escuchado en mi carrera. Y eso es lo que me tira. 

P: Hablando de lo onírico, ¿tienes la sensación, a veces, de sentir dificultad a la hora de diferenciar entre lo real y lo imaginario?

R: Me sucede a veces. Sobre todo, con las cosas que me pasan en momentos nocturnos. Hay veces que me pregunto de cómo pudo pasar algo a pesar de ser consciente de que no lo he soñado. En la noche, todo se vuelve más confuso. Y como soy una persona que ha vivido de noche prácticamente toda mi vida, a veces tengo esa sensación. De ahí viene la canción de Carretera Perdida, que es un título de una película de David Lynch, que es así. Nunca sabes si lo que está pasando es real o no. Me mola esa sensación de confusión.

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P: En esta película, los celos juegan un papel muy importante. De hecho, existe un personaje que materializa ese sentimiento. ¿Qué te dicen los celos?

R: No me considero una persona celosa ni posesiva. Puedo tener algún comportamiento tóxico alguna vez, pero no en ese sentido. Sin embargo, me gusta ver los celos en la pantalla. Las cosas y emociones extremas. Prefiero verlas que vivirlas.

P: En la primera parte de la película, el actor principal acaba matando a su mujer. Posteriormente, se reencarna en un nuevo personaje totalmente diferente. Existe un concepto psicológico que se llama fuga psicogénica, que consiste en que, tras una experiencia muy traumática, eliminas ese recuerdo y vives una nueva vida. ¿Qué relación tienes con tus errores? ¿Te sabes perdonar? ¿Te quitan el sueño?

R: Me culpo bastante de las cosas y, a la vez, me perdono y vivo con ellos. Pero no me olvido de mis errores. Soy de darme latigazos ante los errores. No llego a perdonarme en sí. Lo que hago es entenderme. La vida que has tenido te ha llevado a ser de una manera y actuar de una manera. Educación, familia, amistades... Está bien decir 'lo has hecho lo mejor posible, la has cagado y ya está'. Todo el mundo la caga.

P: La narrativa cinematográfica tiene mucho que ver en todo el disco. También en los cortes audiovisuales que has ido sacando.

R: Lo cinematográfico no es tan buscado, sino que me gusta escribir escenas. No me gusta contar una historia muy larga. Prefiero plasmar una escena que puede ser que dure 10 segundos en la vida real, pero yo te lo explico en 4 minutos. Al ser tan descriptivo y utilizar un lenguaje cercano y costumbrista, cuando lo estás escuchando, se consigue proyectar la imagen de una forma muy clara en tu cabeza. Disfruto cuando lo hacen otros artistas y, por eso, me sale así también. El concepto del disco bascula entre los temas oníricos, que hablan de una realidad confusa y la velocidad de vivir sin miedo a las consecuencias.

A veces siento que la vida se me escapa de las manos

P: Justo en Carretera Perdida, conduces un Corvette. También sales conduciendo en Qué pasa Nen. Tengo la sensación de que en Cataluña y el Mediterráneo existe una gran cultura al motor.

R: Hay muchas carreteras también. De media montaña, con muchas curvas. En mi pueblo hay una que va desde Castelldefels hasta Sitges y tiene unas curvas preciosas. Y hacerlas conduciendo es una gozada. A mí me encanta conducir. Me he hecho miles y miles de kilómetros. De hecho, me iba en coche a Berlín cuando vivía allí. Viajes de 24 horas conduciendo con amigos. Los viajes y los coches han tenido una gran importancia en mi vida. En cuanto tuve el primero, un Citroen ZX de mi abuelo, me fui al FIB. No es tanto el coche, sino tener algo que te permita sentir la libertad de ir a cualquier sitio cuando quieras. También es un lugar en el que he tenido momentos de inspiración. En el caso de Que pasa Nen y Carretera Perdida, el coche es un elemento narrativo que juega diferentes roles. En el primero es un cochazo para vacilar que ayuda a explicar el concepto del tema y en el segundo es un elemento de escape. De huir solo por el desierto. 

P: ¿Qué te hace pisar el freno en la vida?

R: Estar en mi pueblo con mi gente de siempre me hace parar un poco. No siento que tenga que vivir emociones locas constantemente, pero trabajo mucho y hago muchas cosas a la vez. A veces siento que la vida se me escapa de las manos. Es un sentimiento bastante generalizado en la sociedad. 

P: En muchos aspectos, somos adictos a la dopamina.

R: Estoy metido en eso también.

P: ¿Te preocupa el paso del tiempo?

R: Sobre el paso del tiempo hablo en Ya no vales. Me ha costado tanto llegar al sitio en el que estoy que pienso mucho en el día en el que tenga que hacer música. ¿Qué voy a hacer? No quiero llegar a ese punto en el que dejas de hacer cosas interesantes. Como veo que a todo el mundo le pasa, reflexiono sobre ello. Sin embargo, también ironizo y me río. Es un sentimiento que me gusta porque provoca que me surjan ideas. Cuando llegue el momento, encontraré otro camino. O quizás hago música toda mi vida.

P: ¿Qué sientes al escuchar 'Qué pasa Nen' en un pleno del Congreso de los Diputados?

R: Qué pasa Nen fue una bola de nieve que cada vez se iba haciendo más grande. Al final es solo una canción. Fue muy loco. Que si Lluis Llach por un lado, que si artículos por otro... Lo del Congreso fue gracioso. Me dije 'ya lo he hecho todo'. Se lo envíe a mi madre también. Me hizo gracia también cómo todos los colores políticos se fueron apropiando de la idea. Algunos me parecían más acertados que otros. A nivel exposición, fue un momento muy interesante a nivel personal y artístico. Me sirvió para entender quién era yo en ese momento y surfear la ola de la opinión pública. 

Me gusta el halago

P: ¿Cómo te llevas con el halago?

R: Siempre me costó recibir halagos, pero ahora los llevo mucho mejor. En este aspecto he aprendido mucho. Me gusta el halago, la verdad. De siempre, además. El gran cambio ha sido aprender a aceptarlo y agradecerlo. 

P: Cuando se eleva a alguien muy alto y muy rápido, se crean ciertas expectativas que, quizás, sean difíciles de mantener.

R: Como artista debes lidiar con eso. Y como productor, también. También decides tú quién eres. Si quieres vivir del éxito o si quieres hacer algo artístico sin tener en cuenta la relevancia popular. Si quieres el éxito, estás expuesto a las expectativas de los números. Es una navaja de doble filo, al final. Todos los artistas se enfrentan a saber estar arriba y saber remontar cuando estás abajo. He visto a compañeros llegar a ese punto de no saber cómo volver a la cima. Sobre todo, a gente que está entre los 50 y los 60 años. Artistas consagrados que ves que ya no son capaces de volver a ser los mismos. Ya tienen vidas que no les permite hacer las canciones que hacían antes. Ellos quieren seguir ahí pero no pueden. Lidiar con las expectativas es un reto para todos los que nos dedicamos a esto.

P: ¿Qué te produce más satisfacción, brillar o hacer brillar?

R: Uno siempre disfruta más con su ego. Me encanta hacer brillar a otros y ver su éxito. Pero cuando lo consigues tú, es más satisfactorio. 

P: ¿Dónde tienes los Grammys?

R: Uno lo tengo en la mesita donde escucho música y me relajo. Los otros dos están escondidos en un altillo. Me parece ostentoso tener los tres juntos. Tener uno visible sí mola.

P: ¿Qué piensas al verlos?

R: Ahora los tengo olvidados. Durante un tiempo sí fueron importantes. El Grammy es un premio del que tenía ganas de estar nominado porque llevábamos mucho tiempo haciendo cosas interesantes y trabajando mucho. Al principio los valoraba porque son premios a todo el trabajo increíble que hemos hecho. Ahora son un elemento de decoración. Recuerdo también que me compré un coche que me encantaba y cada vez que lo veía decía 'vaya cochazo'. Luego, esas cosas dejan de tener importancia. Es una sensación que te pasa siempre cuando tienes algo nuevo. 

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P: ¿Pensabas que El Madrileño iba a convertirse en uno de los trabajos artísticos más importantes de la historia de España?

R: Cuando lo estábamos haciendo, no era consciente de que fuera a convertirse en algo tan importante para la cultura. Si sabía de su valor, pero me parecía un disco de autor. Que iba a ser importante a nivel de respeto artístico y no tanto éxito comercial. Pero fueron las dos cosas. 

P: ¿Qué sientes cuando lo escuchas?

R: Creo que hay cosas que podrían estar mejor. 

P: ¿Ves fallos propios?

R: Sí. Con el tiempo he ido aprendiendo muchas cosas. Siempre que echo para atrás veo mis errores. Sin embargo, el arranque del disco es mortal. Los cuatro primeros temas son obras maestras (Demasiadas mujeres, Tú me dejaste de querer, Comerte entera y Nunca estoy). De hecho, Nunca estoy me parece el mejor de todos, a pesar de no haber tenido tanto éxito. Demasiadas Mujeres me pareció una locura en el momento y ahora le encuentro el sentido. Cuando el público lo acepta, también lo legitima. 

P: Me parece un trabajo absolutamente transversal. Ha dado, además, con el corazón del folklore hispanoamericano. Y esas obras van a trascender en el tiempo y las personas.

R: Siempre intento no hacer tanta música de tendencia, sino aquella que pienso que va a perdurar. No sé si lo consigo siempre, pero busco cosas que no tengan fecha de caducidad. Pienso que mis canciones van a aguantar en el tiempo.

P: En el documental, anuncias tu paternidad. ¿Qué ha significado?

R: Cambia tu vida por completo. Pero es algo que no forma parte de mi vida artística. Hay gente que introduce su vida personal en lo artístico, pero yo prefiero mantener segura mi vida privada.

P: Está a punto de salir Conducción Temeraria. ¿Qué esperas?

R: He hecho una campaña corta a propósito porque lo que tiene valor es el disco en sí, más que las canciones sueltas. Quiero que salga para que la gente pueda escucharlo y tenga una visión clara. Creo que es más solido, que Tiene que haber algo más, a nivel de discurso y sonido. Tengo muchas ganas de llevarlo al directo, también. Vamos a hacer tres conciertos este verano y la gira grande viene en 2025.