Desde sus humildes comienzos tocando la gaita hasta convertirse en una sensación de la escena urbana española, este joven prodigio de la música ha trazado un viaje fascinante y lleno de energía. Su historia es una fusión de pasión, determinación y una habilidad innata para mezclar ritmos que lo ha llevado desde las calles de su pueblo natal hasta los escenarios más importantes del país. De pinchar en las fiestas de su pueblo siendo un adolescente a llenar salas y festivales. Con una dedicación inquebrantable y un talento excepcional, LI4M está redefiniendo los límites de la música electrónica, cautivando audiencias y dejando una marca indeleble en la industria. Un joven DJ que no pone límite a sus sueños. 

En una conversación con ElPlural.com LI4M cuenta su historia:

Pregunta: ¿Cómo empezaste en la música?

Respuesta: Estoy conectado con ella desde muy chiquitito. A mis padres les flipa la música. De hecho, mi padre siempre me inculcó estudiar música desde pequeño. Empecé tocando la gaita.

P: Qué dices.

R: La puta gaita, macho. En una escuela de música en Meco, mi pueblo. Es que mi padre me ponía Carlos Núñez, que es uno de mis mayores referentes de la historia. Me creía celta. 

P: ¿Sigues tocándola?

R: Claro. Hace poco saqué una en la sala Pelícano de A Coruña en un concierto de Natos y Waor y me puse a tocarla. La gente flipó. 

P: ¿Cómo pasas de la gaita a la mesa de mezclas?

R: Me tiré bastante tiempo desconectado de la música. Acabé bastante mal por culpa de los profesores. Era gente que solo estaba ahí por dinero y sin tener ni idea de tratar con alumnos. Pero con 10 años, descubrí a David Guetta en YouTube y me di cuenta de que quería hacer eso. Fue una decisión inmediata. Tengo un colega cuyo padre trabajaba en Microsoft y me regaló una mesa de mezclas. Y empecé a trastear. Con el tiempo, quise hacer mis canciones y descubrí el mundo de la producción. Me volví loco (ríe). Llevo produciendo desde los 10 años y empecé haciendo mucho EDM (Electro Dance Music). Me creía Martin Garrix. Mis primeros bolos fueron en las fiestas de Meco. Un año, fui con mis amigos donde la concejala de festejos e hicimos la propuesta de poder pinchar desde el balcón del ayuntamiento. 

Toqué siendo menor en muchas discotecas. Me decían, 'si viene la policía, te escondes'

P: ¿Con qué edad?

R: Unos 14. Fue una locura. Alrededor de 2.000 personas y yo pinchando para todo el pueblo. 

P: Me imagino que no sea del todo fácil gestionar ese hecho. El ser menor y hacer una música tan asociada a la fiesta, la noche y el desfase.

R: He pinchado muchísimas veces siendo menor en discotecas marroneras y los dueños haciendo la vista gorda. Me decían, 'si viene la policía, te escondes'. 

P: ¿Te pagaban?

R: 20 euros por pinchar seis horas, a veces. Pero bueno, yo iba con toda la ilusión del mundo. 

P: ¿Cómo lo llevaban tus padres?

R: Muy bien. Me acompañaban, me dejaban ahí y luego me recogían. Nunca tuve un problema y todo el mundo me trató muy bien. Yo solo pensaba en pinchar. Ni bebía ni nada. Recuerdo que un año mi padre me llevó a pinchar a Fabrik.

P: ¿Estudiabas algo?

R: La ESO, fatal. Pero después hice un grado medio de Video DJ y sonido, que englobaba todo. Lo técnico y visual. Lo hice muy bien y después pasé al superior de Sonido, que es más rollo ingeniería. Entonces, llegó la pandemia. A mí, sinceramente, me vino muy bien. Empecé prácticas en la escuela en la que estudiaba y me busqué las habichuelas. Un amigo de Torrejón conocía a Pablo Gareta, productor de Natos y Waor. Le habló de mí, le gusté y empecé a trabajar con él en su estudio. Y desde el primer día estuve currando con gente potente. Una de las primeras cosas que hice fue Inmortales de Funko y Baby Loud. Acabó siendo doble platino. 

P: No te salieron mal las prácticas.

R: Muy fuerte. Lo tengo hasta tatuado. Lo he escuchado en festivales como Boombastic o Arenal y no puedo creerme que eso lo haya hecho yo. 30.000 personas bailando. Una locura. La sensación acojona y da euforia. Después de tanto tiempo invertido, sin salir por ahí, sin ver a amigos, ves que todo tiene sentido. Sigo trabajando para tener 15 platinos si hace falta y actuar en grandes festivales del mundo.

P: ¿Cómo continuó tu trayectoria?

R: Ahora soy artista en La Santa, donde están Natos y Waor o Jaime Lorente, entre otros. Soy residente en la fiesta Boom Boom de Madrid, que es una locura. También en los festivales Boombastic que hay por toda España. 

Sueño con colaborar con Post Malone

P: ¿Qué pinchas?

R: Estoy tratando de llevar mi movida a los directos. He creado mi propio nicho y estoy tratando de levantarlo. Mezclar música urbana con electrónica. Todo creado por mí. Hace poco hice un remix Hard Techno con Reproches de Ajax y Prok, por ejemplo. 

P: ¿Tienes la sensación de que la figura del productor está teniendo cada vez un espacio más importante en la industria?

R: Antes salías en los créditos y gracias. Ahora el productor, en muchos casos, es el artista principal. Los raperos también lo aceptan y les enorgullece la colaboración. Mira Bizarrap, por ejemplo. Se lo ha montado de lujo. Yo ahora quiero sacar mi música con gente que me mola lo que hace. Hacerme mi mercado, ser visible y me reconozcan. Que digan, este día y en este sitio, pincha el LI4M. 

P: ¿Con qué artistas te ha hecho más ilusión trabajar?

R: Sule B, Natos y Waor, J. Dose, Raggio... Son muchos.

P: ¿Has probado lo de cantar?

R: Sí, y me mola. Tengo algún tema grabado ya. Me hecho una versión de Rockstar cantando la parte de Post Malone. Y no ha quedado mal. En el próximo álbum quiero meter temas míos. También quiero grabar un videoclip con mi actuación en el Boombastic y hacer algo relacionado con Dune, que soy súper friki. Y la música de Hans Zimmer... He llorado escuchándolo. Otro de mis proyectos futuros es hacer una banda sonora. Pero eso cuando esté quemado del trap. 

P: ¿Con quién sueñas con colaborar?

R: Ya lo sabes. Post Malone. Luego DJ Snake y Skrillex.

P: ¿Lo ves factible?

R: Sí. Con calma, pero sí. No es una idea loca.