Periodismo y cine han protagonizado una sólida alianza generando películas míticas como Ciudadano Kane’, ‘Good morning Vietnam’, ‘Historias de Filadelfia’ o la recienteSpotlight’, la impactante recreación cinematográfica de la investigación que destapó los abusos sexuales perpetrados por sacerdotes católicos de Boston y que fueron tapados por la jerarquía eclesiástica.

En estos días de confinamiento puedes hacer una maratón de cine con las mejores películas de la historia sobre periodismo, muchas de ellas basadas en hechos reales y protagonizadas por personajes inolvidables.

El periodista y escritor David Arran ha escrito 'Las cien mejores películas sobre periodismo', editado por Cacitel

Puedes elegir entre la selección hecha por el periodista y escritor vallisoletano David Felipe Arranz, que ha publicado Las cien mejores películas sobre periodismo (Cacitel), un repaso por los grandes nombres del oficio en el celuloide. Además de un centenar de filmes emblemáticos, recoge más de doscientos largometrajes en el anexo final.

Arranz rinde de esta manera homenaje a los investigadores más destacados de la historia del periodismo, tras un lustro de visionado de filmes y recopilación de información, ya que prácticamente todos los casos se basan en historias reales, desde el caso Watergate, destapado por Bob Woodward y Carl Bernstein, a la lucha titánica que mantuvo el mítico informador de la CBS, Edward R. Murrow, contra el senador Joseph McCarthy a mediados de los años cincuenta, en el marco de la caza de brujas contra el comunismo en plena guerra fría.

Varios cineastas han ejercido incluso como periodistas antes de dedicarse al campo cinematográfico, y gracias a su pasado profesional rodaron grandes películas. Es el caso de Billy Wilder, Sam Fuller, Richard Brooks o el propio Orson Welles, adicto a los programas de radio y en 1945 columnista del New York Post, donde escribía el “Almanaque de Orson Welles”.

Frank Capra ha sido el cineasta que ha prestado más atención a esta profesión, con títulos como ‘El poder de una lágrima’, ‘La jaula de oro, Sucedió una noche, El secreto de vivir y Juan Nadie.

El del séptimo arte y el periodismo “un maridaje muy bien avenido”, en palabras de David Felipe Arranz, cuyo programa radiofónico “El Marcapáginas”, que ahora emite Capital Radio, obtuvo la Antena de Plata en 2018.

PREGUNTA.- ¿Cómo estás viviendo el confinamiento?
RESPUESTA.- Estos días dan para mucho: suponen un frenazo en la actividad profesional, pero una oportunidad de oro para revisar a título individual hacia dónde queremos caminar como sociedad, qué relación existe entre el estado de bienestar y los sistemas sanitarios y de dependencia, el lugar que verdaderamente ocupamos en el mundo, ya sin la gran mascarada del tan cacareado progreso. ¿Dónde están las conquistas sociales? ¿Qué hemos hecho con nuestros mayores? Nos hacía falta reflexión y una mirada ética, sí, pero el precio que vamos a pagar por ello es demasiado caro. El maldito coronavirus nos ha puesto ante el espejo como sociedad.

P.- ¿Qué 10 películas sobre periodismo nos recomendarías para hacer una maraton cinematográfica en estos días?
R.- Son magistrales muestras del quehacer periodístico Buenas noches y buena suerte, El cuarto poder, El dilema, Matar al mensajero, Nada más que la verdad, Primera plana, Rojos, La sombra del poder, Spotlight y Todos los hombres del presidente.

P.- ¿Qué te llevó a escribir el libro?
R.- Creo que el del periodista junto con el del escritor o incluso el detective privado es uno de los últimos oficios románticos que nos quedan. El oficio del periodista sobrevive a duras penas en nuestro país, en una sociedad cada vez más acrítica con los poderes. Necesita una inyección urgente de esperanza y cerciorarse de que es más necesario que nunca.

P.- Denos algunos periodistas reales que hayan sido bien retratados en el cine
R.- Aparte de los nombres clásicos –Edward R. Murrow, Truman Capote, Woodward y Bernstein–, decenas de cineastas han profundizado en los problemas y las presiones a las que nos vemos sometidos los que trabajamos en esto. Por ejemplo, El dilema (1999), de Michael Mann, es un retrato fidedigno de cómo trabajaban en el emblemático “60 minutos” de la CBS Mike Wallace y Lowell Bergman, espacio que trató de destruir una de las principales tabacaleras del mundo; en Los archivos del Pentágono (1971), Spielberg nos narra el enfrentamiento entre el presidente Nixon y el diario The Washington Post Kay –Graham y Ben Bradlee–, a raíz de la publicación de documentos que demostraban que la Administración no decía la verdad sobre la guerra del Vietnam; y en La verdad (2015), el director James Vanderbilt narra cómo George W. Bush presiona y desprestigia a los periodistas de “60 minutos” que lo estaban investigando, Mary Mapes y Dan Rather: este dimite y aquella es despedida por la CBS.

Portada libro 'Las cien mejores películas sobre periodismo', editado por Cacitel y obra del periodista David Arranz

P.- ¿Se podría hablar de subgénero en el caso del periodismo en el cine?
R.- Sin duda. Son tantas y han marcado e influido tanto en las vocaciones de generaciones de espectadores que podríamos hablar de subgénero. En los Estados Unidos ya se habla incluso de “noir journalism” para referirse al cruce entre el género negro y la crónica periodística, que tan buenos frutos ha dado en el cine como Yo creo en ti (1948), de Henry Hathaway; Historia del hampa (1950), de Cy Endfield; Trágica información (1952), de Phil Karlson; La ciudad cautiva (1952), de Robert Wise; o Más dura será la caída (1956), de Mark Robson, en las que predomina el carácter documental. Estas películas se basan en reportajes de investigación reales que algunos casos, como el apasionante del Chicago Daily Times y los reporteros James P. McGuire y Jack McPhaul (a los que dan vida James Stewart y Lee J. Cobb) sirvieron para enmendar errores jurídicos.

P.- ¿Cómo ha sido la representación de la mujer periodista en el cine?
R.- Tenemos varios ejemplos de mujeres periodistas en el celuloide que son ejemplo de tenacidad, valentía, determinación y contrapoder. En orden cronológico destacan La que apostó su amor (1935), de Michael Curtiz, con Bette Davis en un papel fabuloso e inspirado en Adela Rogers St. Johns, luchadora por los derechos de la mujer periodista en la redacciones y por la conciliación laboral: logró que los editores de Los Ángeles concedieran los primeros permisos por maternidad de la profesión. Cate Blanchett sobresale en Veronica Guerin (2003), de Joel Schumacher, que vivió una terrible encrucijada, amenazada de muerte, agredida y finalmente tiroteada por los capos de la droga a las afueras de Dublín en 1996. Y en Nada más que la verdad (2008), de Rod Lurie, Kate Beckinsale interpreta el caso real de la heroica periodista de The New York Times Judith Miller, que en julio de 2005 fue encarcelada por desacato al tribunal que la juzgaba, al negarse a revelar ante el FBI la fuente que identificó a Valerie Plame como una agente encubierta de la CIA. Son todas paradigmas de la excelencia en el oficio.

P.- ¿Qué fortuna ha tenido en el cine el reporterismo de guerra y en tierra de conflicto?
R.- Excelente. A la trama propia del reportaje y del quehacer en circunstancias extremas, le añadimos el ingrediente del cine de acción. Así, podemos destacar títulos como El año que vivimos peligrosamente (1983), de Peter Weir; Bajo el fuego (1983), de Roger Spottiswoode; 5 días de guerra (2011), de Renny Harlin; Las flores de Harrison (2000), de Elie Chouraqui; Los gritos del silencio (1984), de Roland Joffé; Salvador (1986), de Oliver Stone; o Welcome to Sarajevo (1997), de Michael Winterbottom. El último ejemplo ha sido la magnífica La corresponsal (2019), de Matthew Heineman, sobre la reportera de guerra Marie Colvin, que volvió al frente una y otra vez porque creía que el periodismo era la única vía para contar la verdad. Cubrió los conflictos de Sierra Leona, Timor Oriental, Kosovo, Zimbabue, Chechenia y la Primavera Árabe para rotativos como The Sunday Times, y fue asesinada el 22 de febrero de 2012 por la artillería siria en Homs. Rosamund Pike la encarna con fidelidad y convicción y el director, Heineman, ya había sido nominado al Óscar por su largometraje Cartel Land (2015).

P.- ¿Es el cine fuente de inspiración para el ejercicio de la profesión?
R.- Sin duda, en la medida en que equipos y actores aprenden realmente el oficio: Humphrey Bogart dormía en The New York Daily News durante el rodaje de El cuarto poder, Robert Redford y Dustin Hoffman participaban en los comités de redacción de The Washington Post para sus papeles en Todos los hombres del presidente y el reparto de Spotlight aprendió los métodos de investigación de los verdaderos periodistas de The Boston Globe. El periodismo y el cinematógrafo se encuentran necesariamente en el audiovisual: no solo saltan chispas en la gran pantalla, sino que verdaderamente inspiran y despiertan vocaciones. ¡Son adictivas!