Decía Faulkner en una entrevista en The Paris Review que “un artista es una criatura impulsada por demonios”. El posible vínculo entre la creatividad artística y los problemas psiquiátricos se ha estudiado profusamente. La neurociencia ha buscado el talento de mitos como Kandinsky, Larra o Dostoyevski en los túneles de sus dolencias mentales, que les habrían permitido trasladarnos a los impagables lugares que crearon en sus obras.


Camisas de fuerza recorre el camino inverso. Se sirve del arte, y en concreto del teatro, para analizar una mente psiquiátricamente afectada. En esta original pieza, que se ha repuesto ya varias veces en cartelera gracias a su buena acogida, nada es lo que parece. Gravita sobre un texto rápido y premeditadamente deslavazado, que nos empapa así del caos que puede vivir en su mente una persona con algún problema mental. Un texto, no obstante, muy divertido y hasta con un punto gamberro, que no solo ironiza con los fantasmas de sus protagonistas, con caracteres que chocan, sino que, de paso, se ríe de la actualidad de nuestro país, de las aguas que hace nuestro sistema político y laboral, y de los puntos más absurdos de nuestras costumbres.


Un austero escenario y solo dos actores (estupendos, eso sí), sustentan esta inteligente pieza programada a la hora del vermut en la sala off del Teatro Lara de Madrid. Algo especialmente loable siendo la primera producción de la compañía Tresbalas, creada por el director del montaje, Manuel Gancedo, su productor Juan Antonio Molina y uno de los intérpretes, Noé Denia. El otro, Nacho del Valle, es quien firma el texto.


Camisas de fuerza. Teatro Lara de Madrid. Desde el 27 de septiembre. www.teatrolara.com