Muchas veces vemos cosas que pensamos, hemos inventado ahora y que, sin embargo, ya existían hace millones de años, aunque su expresión era distinta. Asimismo, hay ciertos elementos que nuestros antepasados más lejanos idearon con la intención de hacer su vida más fácil y práctica y, ¿por qué no reseñarlo? Favorecieron que el hombre evolucionara hasta lo que conocemos en nuestros días.

Fuego

Como no podía ser de otra manera, el primer elemento en el que tenemos que detenernos es el fuego. Hoy todo el mundo lo utiliza. Además, podemos iluminarnos con bombillas; pero pasó mucho tiempo hasta que esto fue posible.

La fecha exacta de su descubrimiento es desconocida, aunque las investigaciones más certeras sostienen que fue el homo erectus quien lo descubrió hace 1,6 millones de años aproximadamente. Se descubrió, parece, al mismo tiempo en Europa, Asia y África. Con él las tribus comenzaron a poder calentar la comida o hacer frente a la oscuridad.

Punta de lanza

Hace 500.000 años en el sur de África alguien tuvo una idea que entonces supuso una gran revolución: atar una punta afilada a un palo o estaca para poder cazar y llevar a cabo otras operaciones. Desde este continente, e ideado por el homo sapiens, la punta de lanza pasó a Europa…

Flecha y arco

Y entonces el ser humano pensó: ¿Podríamos ser más certeros con este invento? Y lo fue. Tanto que ideó el arco y la flecha, lo que le permitió cazar con más facilidad y con menos peligro, ya que no estaba en contacto directo con algunos animales que le superaban en fuerza y/o velocidad. La flecha y el arco también se inventaron en África y llegó a otros lugares hace 12.000 años.

Pinturas

En España gozamos del mantenimiento de pinturas rupestres muy significativas, como las de Altamira. El objetivo de la pintura entonces no era tan diferente al de ahora: expresar algo. Aunque en ocasiones esta expresión era, más que artística, cotidiana.

Ropa

Por último, y aunque seguro que hay más, National Geographic destaca la ropa como invento clave. Al principio las prendas se hacían con tejido de animales. Después fueron llegando actividades como la costura, la creación de tintes… que dieron una mayor salida, facilidad y comodidad a la manera de hacer la ropa.

Hoy, además de protegernos, por ejemplo, del frío, la ropa tiene una connotación mucho más social; pues sirve para identificarnos dentro de un grupo o, simplemente de una forma de ser o pensar. De algún modo, nuestra ropa -a veces, no siempre- nos clasifica.