Cocido gallego.

¿Con qué?

Medio kilo de lacón, cuarto de tocino, tres chorizos, dos morcillas o chorizos negros, un cuarto de gallina, medio kilo de falda de ternera, cuarto de judías blancas, dos manojos de grelos, seis patatas medianas, dos hojas de laurel, aceite de oliva virgen y sal.

¿Cómo?

El día anterior ponemos en agua el lacón y el tocino por si están muy salados y las judías blancas a remojo. En la olla exprés colocamos el lacón, el tocino, la falda de ternera, la gallina y las judías en una bolsa o red de legumbres, cubrimos de agua y damos fuego fuerte hasta que empiece a hervir, desespumamos, cerramos la olla, bajamos un poco el fuego cuando empiece a salir el vapor y esperamos quince o veinte minutos –dependerá de la ternura de las carnes y las judías-; dejamos que enfríe, abrimos la olla, salamos y ponemos un poco al fuego. Entretanto hemos escaldado los grelos cortados y limpios en agua con unas gotas de vinagre, apagamos cuando empiezan a hervir, escurrimos y, en la misma cazuela ponemos caldo de la olla exprés, el laurel, añadimos las patatas peladas y enteras, los chorizos y morcillas –o chorizos negros, que son más fuertes y parecidos a las morcillas- y dejamos cocer a fuego medio durante veinte minutos.

Apagamos todo y dejamos reposar unos minutos, desgrasamos ambos caldos y podemos hacer una sopa de fideos –si es del gusto de los comensales, antes no se solía hacer, pero sí se servía un poco de caldo como consomé-. En una bandeja colocamos los grelos y las patatas, en un plato grande y hondo las judías blancas –fabas en gallego- y en otra fuente la carne partida en trozos y los chorizos para que cada comensal se sirva a su gusto. Se coloca todo en el centro de la mesa y las fuentes van pasando de un comensal a otro.

Queso gallego, tierno y más curado.