Enclavado en la Serranía de Ronda se encuentra Benaoján, uno de los pueblos blancos más antiguos de la provincia de Málaga que cuenta con un entorno natural incomparable. Este pintoresco municipio es conocido por su arquitectura tradicional andaluza, su legado histórico, los yacimientos arqueológicos que esconde a su alrededor, los cuales datan de la prehistoria, y la impresionante laguna de aguas cristalinas que se presenta como un destino perfecto para escapar del asfixiante calor en los meses de verano.

De origen prehistórico y repoblado tras la Reconquista

La historia de este pueblo blanco de interior se remonta a la prehistoria, así lo demuestran las diferentes evidencias de ocupación humana que se han encontrado y que datan de hace aproximadamente 250.000 años. Los primeros en participar en esta lucha del hombre prehistórico por la supervivencia fueron los Homo heidelbergensis y posteriormente los neandertales.

Finalmente, la llegada del Homo sapiens a la región, hace unos 27.000 años, trajo consigo la creación de pinturas rupestres en la famosa Cueva de la Pileta, las cuales están consideradas la muestra más importante de todo el arte rupestre andaluz. 

Durante la época romana, Benaoján formaba parte de la vía que conectaba Ronda con Oba, la actual Jimena de la Frontera, lo que muestra su importancia estratégica y comercial. Aunque el actual asentamiento de la villa es de origen árabe, así lo demuestra su nombre, que se cree que significa "casa de panaderos".

Durante la Reconquista, el lugar fue escenario de numerosos conflictos entre moros y cristianos, que conllevó la destrucción de los castillos de Benaoján, Montecorto y Audita por parte de los Reyes Católicos. Tras la caída del Reino de Granada, los moriscos abandonaron poco a poco sus tierras hasta ser expulsados definitivamente en el siglo XVI.

Para repoblar la villa, unas 60 familias de cristianos procedentes de Castilla se asentaron en el lugar unos años después. En la actualidad, el municipio está dividido en dos núcleos principales: Benaoján y la Estación de Benaoján, siendo el primero el más antiguo y principal.

La Cueva del Gato y su impresionante laguna

El paisaje de Benaoján se caracteriza por sus formaciones kársticas y las numerosas cuevas que esconde. Entre ellas destacan la Cueva de la Pileta y la Cueva del Gato por su belleza y su valor histórico y arqueológico. Siendo la segunda un auténtico monumento natural que forma parte del complejo espeleológico Hundidero-Gato, un sistema subterráneo de más de cuatro kilómetros que atrae a espeleólogos y amantes de la naturaleza de todo el mundo​.

Vista aérea de la Cueva del Gato, ubicada en los alrededores del pueblo de Benaoján. Diputación de Málaga

Vista aérea de la Cueva del Gato, ubicada en los alrededores del pueblo de Benaoján. Diputación de Málaga

Se dice que, en tiempos antiguos, esta cueva era habitada por un misterioso ser mitad hombre, mitad gato. Esta criatura guardaba celosamente un tesoro escondido en las profundidades de la cueva y los habitantes del pueblo creían que aquellos que se acercaban demasiado al hogar de este ser mitológico podían perderse para siempre o ser transformados en estatuas de piedra. 

El principal atractivo de la Cueva del Gato es la piscina natural de aguas cristalinas que se forma en la entrada, que resulta un lugar de una belleza incomparable donde bañarse en los meses más calurosos. Conocida como el Charco Frío o Laguna del Gato, esta piscina es alimentada por un manantial, lo que hace que su agua sea excepcionalmente refrescante.

Laguna del Gato, a los pies de la cueva de nombre homónimo, de aguas cristalinas. Diputación de Málaga

Laguna del Gato, a los pies de la cueva de nombre homónimo, de aguas cristalinas. Diputación de Málaga

El acceso a la Cueva del Gato es sencillo desde Benaoján, siguiendo la carretera MA-7401. Desde el aparcamiento, un corto paseo de 150 metros te lleva hasta la cueva. Es recomendable llegar temprano en los meses de verano para evitar la multitud y ten en cuenta que en temporada alta acceder a la zona tendrá un costo simbólico que contribuye al mantenimiento del sitio.

Además, el precioso entorno de la Cueva del Gato es ideal para hacer picnics y pasar el día en plena naturaleza, tan solo tienes que elegir un buen sitio en su amplia explanada de hierba. Asimismo, el área es perfecta para los amantes del senderismo, ya que cuenta con varias rutas que permiten explorar el Parque Natural de la Sierra de Grazalema​.

¿Qué ver en Benaoján?

Después de visitar la Cueva del Gato, sigue tu visita en la Cueva de la Pileta, donde encontrarás las pinturas rupestres mencionadas en párrafos anteriores que datan del Paleolítico superior. Esta cueva, descubierta en 1905, fue un lugar sagrado para antiguas tribus que realizaban allí distintos rituales con el fin de comunicarse con los espíritus de sus ancestros. Por eso, se cree que aquellos que entren ahora en la cueva pueden llegar a experimentar visiones y recibir mensajes de sus antepasados.

Pinturas rupestres descubiertas en el interior de la Cueva de la Pileta. Diputación de Málaga

Pinturas rupestres descubiertas en el interior de la Cueva de la Pileta. Diputación de Málaga

Tampoco puedes dejar de visitar la Torre del Moro, una antigua estructura defensiva situada en el Monte de las Viñas. Esta torre ofrece una vista panorámica del pueblo y sus alrededores y también cuenta con su propia leyenda: la de un amor prohibido. Durante la Reconquista un joven moro de enamoró de una cristiana local, con quien se veía en la torre en secreto hasta que fueron descubiertos.

Ante la persecución, los dos amantes decidieron saltar juntos desde la torre, ya que era mejor la muerte juntos que una vida separados. Se dice que la luz de la luna llena es capaz de iluminar los espíritus de los amantes abrazados en lo alto de la torre.

En cuanto a la arquitectura de Benaoján, destacan sus calles estrechas y sus casas encaladas. En el centro del pueblo se puede encontrar la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, originalmente construida sobre una antigua mezquita árabe, que cuenta con una mezcla de diferentes estilos arquitectónicos, incluyendo una bóveda gótica y techumbres de armadura mudéjar. 

Para los amantes de la escalada, este pueblo malagueño ofrece una vía ferrata de 90 metros de recorrido y 70 metros de desnivel. No obstante, si prefieres las actividades acuáticas, puedes realizar una ruta en piragua por el río Guadiaro, comenzando en la Estación de Benaoján, atravesando rápidos y obstáculos naturales, y terminando en la Estación de Jimera de Líbar, rodeado todo el camino de exuberante vegetación ribereña.

Los mejores embutidos de la región

La gastronomía de Benaoján es famosa por sus productos derivados del cerdo, especialmente las chacinas. Estos embutidos, como chorizos, salchichones, morcillas y jamones, se elaboran siguiendo métodos tradicionales que se han transmitido de generación en generación, lo que les confiere un sabor único y auténtico.

Uno de los eventos más destacados en Benaoján es la Feria de la Chacina, que se celebra anualmente. Allí, los asistentes pueden degustar y comprar una amplia variedad de embutidos y productos artesanales, y conocer de cerca el proceso de elaboración de estos productos, que incluye técnicas de curación natural en secaderos y bodegas locales​.

La gastronomía benaojana también incluye una variedad de productos de repostería realmente exquisitos, especialmente los dulces elaborados con almendras, otro producto típico de la región. Los cuales se preparan siguiendo recetas tradicionales que realzan el sabor natural de este fruto seco.

Síguenos en Whatsapp y recibe las noticias destacadas y las historias más interesantes