Madrid cuenta con bellos pueblos medievales, situados a medio centenar de kilómetros de la capital e ideales para las escapadas de madrileños y foráneos, que podrán disfrutar de sus cascos antiguos, una rica arquitectura en la que destacan los soportales y balcones antiquísimos y un entorno natural imponente. La web Escapada Rural ofrece una interesante propuesta por algunas de estas villas centenarias.

1. Chinchón, residencia de Goya y lugar de culto para el cine

Chinchón

Uno de los pueblos que más aprecian los viajeros es Chinchón, ubicado entre olivos y viñedos, con su característica plaza Mayor, redonda a semejanza de los cosos taurinos, rodeada de soportales, bares y con alegres balcones turquesas del siglo XV.

La plaza era el centro de ejecuciones y donde se organizaban las corridas de toros. La primera de ellas se celebró en el siglo XVI en honor a Felipe el Hermoso. Pero era, también el sitio donde se ubicaba el mercado vacuno.

La plaza Mayor de Chinchón sigue siendo el centro neurálgico de la villa. y sus terrazas son perfectas para degustar el anís, los típicos torreznos o las migas.

La belleza de su casco antiguo le ha valido la declaración de Conjunto Histórico Artístico, en 1974. De historia va sobrada, se tiene constancia de su existencia desde el Neolítico, y por ella han pasado los romanos, íberos, árabes y castellanos. Su primera gran construcción data del siglo VIII, es la iglesia de San Andrés.

En la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción se encuentra la obra de Francisco de Goya: La Asunción de Nuestra Señora. La condesa de Chinchón (que corresponde a la imagen de María Teresa de Borbón y Vallabriga) también fue pintada mientras el artista residía en la villa.

Chinchón ha sido escenario de películas como La vuelta al mundo en 80 días, Campanadas a medianoche o El fabuloso mundo del circo y han pasado figuras de la talla de Rita Hayworth, John Wayne, Orson Welles, Pedro Almodóvar y Cantinflas.

2. Buitrago de Lozoya y su muralla

Buitrago

En la ribera del río Lozoya, Buitrago está sobre un promontorio rocoso, una barrera natural que los musulmanes reforzaron levantando a su alrededor una muralla, que data del siglo XI, para defenderse de los cristianos durante la Reconquista.

El casco antiguo medieval fue declarado Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural en 1993 y cuenta con la iglesia de Santa María del Castillo (s. XIV), la única de la época medieval que se cree que fue levantada sobre una antigua mezquita.

Esta fortaleza de arquitectura mudéjar fue propiedad de la familia Mendoza, a quien les debe su nombre. Tiene forma cuadrada y estaba compuesto por siete torres. Su aspecto cambió al convertirse en el palacio del marqués de Santillana. En él también residieron Juana de Portugal y su hija Juana la Beltraneja; y han pernoctado los reyes Juan II y Felipe III.

En la plaza Picasso está el museo del pintor, con obras cedidas por Eugenio Arias, peluquero y amigo del artista que nació en esta villa medieval. En septiembre se celebra la Feria Medieval de Buitrago del Lozoya, para la que algunos habitantes se visten de la época.

3. Torrelaguna

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Torrelaguna está en el valle del Jarama, un pueblo del que se tiene constancia desde la época romana y que aún hoy guarda la esencia de su pasado medieval. Un ejemplo son los restos de su antigua muralla, que data de los siglos VIII y XI.

Torrelaguna es la villa natal del Cardenal Cisneros, quien fue regente de España a la muerte de Fernando el Católico. Una cruz en el medio de la plaza Mayor marca donde estaba su antigua casa.

Los monumentos más importantes están en la plaza Mayor. Uno de ellos es la iglesia de Santa María Magdalena, en cuya fachada se encuentran los escudos de los cardenales Cisneros, Mendoza, Fonseca y Martínez de Contreras. En su interior están enterrados el padre del cardenal, Alfonso Jiménez de Cisneros; y el poeta Juan de Mena, que murió en Torrelaguna a mediados del siglo XV.

4. Patones de Arriba

Patones

A menos de 50 kilómetros de Madrid, siguiendo por la M-102 desde Torrelaguna, puede llegarse a Patones de Arriba. Una pequeña aldea de la Sierra Norte de Madrid construida con piedra, teja y pizarra cuyo patrimonio ha sido declarado Bien de Interés Cultural en 1999.

Con angostas calles en pendiente, en la parte superior del pueblo aún se conservan algunos tinados, donde antiguamente se cobijaba y se ordeñaba al ganado; y arrenes, donde se refugiaban los pastores.

Sus orígenes datan del Paleolítico, tal y como demuestra la cueva Reguerillo, Monumento Histórico Artístico desde 1944. También se conservan los restos prerrománicos, como el yacimiento de la Dehesa de la Oliva, y estructuras medievales. Hasta el siglo XVIII, el pueblo perteneció a la villa de Uceda.

5. Rascafría, de donde salió papel para El Quijote

Rascafría

A 100 kilómetros de Madrid, en la sierra de Guadarrama, se ubica Rascafría. Un pueblo de origen medieval que, como otras localidades de la sierra, perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia. No fue hasta principios del siglo XIX cuando Rascafría formó parte de Madrid.

En sus inmediaciones está el antiguo molino de los Batanes, donde se fabricó el papel que luego se vendería en la lonja de las Cuatro calles (Madrid) y sobre el que se imprimiría la primera edición de El Quijote. Las aguas del río Lozoya, donde se asienta, propiciaron la creación de un sistema hidráulico para los molinos, fraguas y batanes.

De la época medieval, en Rascafría podemos visitar el monasterio de Santa María de Paular, construido en el siglo XIV y que destaca por encima de la naturaleza del valle. Las mejores vistas las puedes obtener desde el puente del Perdón.

6. Manzanares el Real y su imponente castillo

Manzanares el Real

Manzanares el Real tiene uno de los castillos más imponentes y mejor conservados de la Comunidad de Madrid, el de los Mendoza, uno de los últimos ejemplares de la arquitectura militar castellana del siglo XV.

La fortaleza está abierta al público y tiene visitas teatralizadas en las que se explica cómo era la vida de los Mendoza en el castillo y las costumbres de aquella época. En su interior hay una exposición de tapices.

Justo al lado está el embalse de Santillana, donde hay dos torres que sobresalen del agua y que pertenecían a un embalse anterior. El arquitecto del castillo se inspiró en el estilo de una de ellas. 

En su plaza Mayor podemos ver otro edificio medieval, la  iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, fundada en el siglo XIV por el primer marqués de Santillana.

7. Talamanca de Jarama 

Talamanca del Jarama

Situada junto al río Jarama, que le da su segundo nombre, Talamanca guarda un ejemplar románico único en toda la región madrileña, el ábside de Milagros, conocido como El morabito. También se conserva el de la iglesia de San Juan Bautista, una reliquia del siglo XIII.

Su muralla, proclamada Monumento Histórico-Artístico, fue levantada entre los siglos XII y XIII. De ella aún se conserva un tramo y alguna de sus entradas, como la puerta de la Tostonera y la de Uceda. Del sistema defensivo también se pueden ver varias torres y vigías, que servían para controlar la frontera del Jarama. Así como cuatro atalayas: El Vellón, Torrelaguna, El Berrueco y Venturada.