La jubilación es una etapa que supone el fin de la actividad laboral y, al mismo tiempo, el comienzo de una nueva vida en la que disfrutar como nunca de la vida. Decía Richard Burton que "el instante más feliz en la vida humana, me parece, es la partida hacia tierras desconocidas” y, probablemente tenga razón, porque no hay duda de que uno de los planes más interesantes que puedes hacer en tu jubilación es viajar.
De hecho, destinos como Tailanda, México, Australia o Marruecos pueden ser unos destinos muy interesantes y seguros pero ciertamente no es necesario irse muy lejos para tener un viaje inolvidable. De hecho, hacer un road trip por España puede ser también muy enriquecedor, especialmente porque recorrer nuestro país en coche es una forma ideal para conocer aún más de cerca su diversidad cultural, gastronómica y cultural.
En efecto, España cuenta con una red muy completa de carreteras con los que puedes llegar fácilmente a cualquier sitio. En cualquier caso, si no tienes coche en propiedad, existe una numerosa red de empresas de alquiler con los que podrás alquilar un turismo a buen precio, además de que en muchos casos no necesitarás devolver el vehículo en el mismo punto sino en cualquiera de las otras localizaciones que haya en el centro del país.
No obstante, España es muy grande y, aunque cuando uno está jubilado tiene todo el tiempo del mundo, lo cierto es que es mejor ir por partes. Por este motivo, te proponemos a continuación diez rutas perfectas para disfrutar tras la jubilación, con tiempo para parar donde apetezca y descubrir rincones únicos, seleccionados por Turismo de España.
1. Ruta Vía de la Plata
Esta ruta parte de Sevilla a Gijón siguiendo en la mayor parte de su recorrido la Vía de la Plata, una antigua calzada romana que conectaba Amerita Agusta (la actual Mérida) con Gijón; sin embargo, en lugar de partir desde la localidad extremeña, esta propuesta comienza un poco más al sur, en la capital hispalense. Así, desde la capital andaluza se sigue para el norte atravesando Andalucía, para luego llegar a Extremadura, Castilla y León y acabar el recorrido en Asturias.
En el camino de este road trip ideal para cuando ya estás jubilado, además de visitar la ya mencionada Mérida, donde se hayan unos exquisitos restos arqueológicos romanos en muy buen estado de conservación, también es recomendable acercarse a Cáceres (especialmente interesante si eres seguidor de Juego de Tronos, ya que se rodó allí), Salamanca y León.
Además, esta ruta, que se puede hacer tanto en coche como en moto, es ideal para quienes difrutan de los grandes paisajes, pero también para aquellos que les gusta mucho la gastronomía: de hecho, si ese es el caso, no te puedes perder los jamones ibéricos de Extremadura y Guijuelo (Salamanca), además del cocido maragato y, como no podía ser de otra manera, la fabada asturiana y el queso cabrales.
2. La España Verde: el destino ideal para jubilados
Hay personas a las que le gusta más la playa y a otros más la montaña. ¿Pero qué ocurre con aquellas personas a las que le gustan exactamente las dos cosas? Para estos casos tan viajeros tienen este recorrido ideal para personas mayores que han llamado "la España verde" y en el que puedes disfrutar de un baño en el mar (con agua un poco más fresquita que en el Mediterráneo, eso sí) y más tarde caminar por la montaña.
El punto de partida es uno de los destinos turísticos más bonitos del País Vasco, San Sebastián, para luego partir al oeste y dirigirte a la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Desde allí podrás disfrutar de todo tipo de planes: por ejemplo, es un buen lugar para observar aves, e igualmente puedes visitar el árbol de Guernica o bien pasear en barco desde el puerto de Berneo.
El recorrido continúa en la cueva de Altamira, en Cantabria, donde se encuentra en museo con las pinturas rupestres más famosas de España. Seguidamente es una visita ineludible pasarse con la capital de la comunidad Cántabra, Santander, donde encuentras muchos planes diversos tanto como culturales como de playa.
Se continúa hacia Asturias, donde se recomienda pasar por Llanes, especialmente si eres aficionado al cine ya que en esta ciudad se rodaron grandes películas como El orfanato, de Juan Antonio Bayona.
Por último, la ruta de unos 863 kilómetros en total finaliza en la costa gallega en la que se puede disfrutar de sus impresionantes paisajes y playas como la de las Catedrales o el Cabo Finisterre, una localización espectacular que no te puedes perder.
3. Pirineos, del Mediterráneo al Cantábrico
Los Pirineos es la frontera natural de España con Francia y a lo largo de sus 480 kilómetros se puede disfrutar de una preciosa ruta ideal para cuando estás jubilados que atraviesa parques naturales, pueblos medievales y bosques de ensueño. Además, el recorrido se complemente con una visita a la capital de Navarra, Pamplona, que es donde termina el recorrido, además de una visita a los pueblos del Valle del Baztán.
La ruta comienza en Cap de Creus (Girona) donde podrás disfrutar de unas vistas espectadulares dede el faro de la localidad, que es el punto más al este de la Península Ibérica. Por supuesto, si tienes tiempo, antes de llegar a esta localidad es recomendable aprovechar para acercarte a Cadaqués, el pueblo donde vivió Salvador Dalí, y Figueres, en el que se encuentra su Teatro-Museo.
Desde esta zona hay que partir al oeste por la N-260. En esta parte del recorrido es imprescindible pasar por el parque natural de La Garrotxa, el precioso pueblo medieval de Bealy y también por Castelfollit de la Roca, que está considerado como el pueblo más pequeño de España.Así mismo, si tienes tiempo, puedes conducir por la N-230 y recorrer el Vall d'Arán en Lleida.
Cuando se llega al pirineo aragonés se debe pasar por el Pico Aneto, el más elevado de todo el Pirineo. De vuelva a la N-260, hay que pasar por Benasque, Aínsa, Sallent de Gallego o Ansó hasta relacar en el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, que podrás recorrer a pie hasta llegar a alguno de sus espectaculares miradores.
El tramo final de la ruta atraviesa el Pirineo navarro, con paradas Ochagavía y subir el puerto de Tapla para descubrir la Selva de Irati, uno de los bosques más extensos de hayas y abetos en Europa, pata luego llegar a Pamplona, famosa por los Sanfermines y por su gastronomía. Muy cerca de Pamplona se encuentra Roncesvalles, punto clave del Camino de Santiago, y el valle del Baztán, con pueblos como Amaiur y Zugarramurdi, este último célebre por su cueva vinculada a antiguas leyendas de brujas, y donde finaliza este viaje.
4. Ruta del vino de Rioja Alavesa: un buen lugar para pasar las vacaciones tras tu jubilación
Esta itinerario perfecto para hacer cuando te jubilas es más corto, de unos 95 kilómetros, que recorre los viñedos de la Rioja Alavesa, una comarca que se encuentra al sur de la provincia de Álaba, en el País Vasco, y en el que se produce una parte de los vinos de la D.O. La Rioja. La particularidad de esta zona, cuya ciudad más importante es La Guardia, es que en este territorio ubicado entre el río Ebro y la Sierra de Cantabria hay un microclima que lo hace muy propicio para el cultivo de la vid, que es de indudable calidad.
El inicio del recorrido de esta ruta comienza por la capital de Álava, Vitoria-Gasteiz, como no podría ser de otra manera. Sin duda, es una oportunidad excelente de conocer la capital de Euskadi, una localidad que puedes recorrer fácilmente a pie o incluso en bici sin ningún tipo de problema. Recorrer el anillo verde ciclista o bien pasear por algunos de sus muchos parques es una manera muy interesante de disfrutar del pulmón verde que es esta ciudad.
Y para los más culturetas, el casco histórico está lleno de edificios que muestran la historia de la ciudad, como puede ser la catedral o también el Museo de Naipes, ya que en esta ciudad es donde se crearon las clásicas cartas Fournier de la baraja española.
De Vitoria-Gasteiz hay que tomar la A-2124 para visitar el Puerto Herrera para contemplar unas vistas espectaculares de toda la Rioja Alavesa (siempre y cuando el cielo está despejado, claro está). Seguidamente, y a través de la N-232 hacia Laguardia, que se considera la capital de la comarca. Su trazado medieval hace que pasear por sus calles estrechas sea una delicia y, además, sus restos de murallas te permitirán hacer un viaje en el tiempo.
No hay que perderse la iglesia de Santa María de los Reyes, merece la pena por su pórticulo policromado, y la de San Juan Bautista. Laguardia es también una ciudad de vinos; por ello, también es una visita ineludible a algunas de sus muchas bodegas, como las Bodegas Ysios, que fueron diseñadas por Santiago Calatrava, y la bodega Viña Real, obra del arquitecto francés Philippe Mazières.
La siguiente parada debería ser en la localidad de Elciego, donde se encuentra la conocida como la Ciudad del Vino: un complejo hotelero con restaurante, spa de vinoterapia, centro de reuniones y museo ubicado en un edificio muy singular, pues parece que surge de la tierra como si fuera una vida, y que es obra del arquitecto Frank O. Gehry.
Tu viaje puede terminar en Logroño, dentro de la comunidad de La Rioja. Allí podrás descubrir su patrimonio histórico visitando iglesias y palacios, con la concatedral de Santa María como uno de sus principales referentes. No te pierdas la animada calle Laurel, un lugar ideal para probar vinos locales y acompañarlos con tapas tradicionales.
5. De Barcelona a Alicante por la costa mediterránea
Descubrir lo mejor de la costa mediterránea es el objetivo de este recorrido de unos 538 kilómetros que comienza en la preciosa ciudad de Barcelona, la capital de Cataluña, una ciudad a la que es fácil acceder desde coche, avión, tren o autobús y que es, sin duda, una de las ciudades más visitadas de España y del mundo.
Su principal atractivo es la genial arquitectua de Gaudí, especialmente por la Sagrada Familia y el parque Güell, pero también merece la pena visitar Montjuïc y las principales arterias de la ciudad como son las Ramblas o el Paseo de Gracia; además, si se tiene tiempo, merece la pena ir a Montserrat.
La primera parada tras Barcelona en este road trip para jubilados debe ser el castillo de Fels en Casteldefells, para luego recalar en la localidad de Sitges, sede del Festival de Cine Fantástico de Cataluña y, además, un destino turístico muy gay-friendly. Bañarse en sus tranquilas playas y pasear por su casco histórico es una delicia para los sentidos.
Además, te recomendamos visitar un chiringuito de playa de la ciudad en las que sirven unas patatas bravas muy especiales. De esta ciudad se sigue a la provincia de Tarragona, donde lo primero que hay que hacer es ir al parque natural Punta de la Mora. Por la zona también puedes disfrutar de aguas cristalinas como la de l’Arboçar, cala Fonda o Waikiki, además de visitar el castillo de Tamarit y la torre de los Escipiones.
De ahí se puede ir a Salou por la C-31, un conocido destino de playa donde descansar o incluso también puedes visitar el que es uno de los mejores parques temáticos de España, el Port Aventura. Desde Salou también puedes llegar fácilmente a la que es una de las ciudades de España con playa más subestimadas, pero que es un lugar que combina historia, cultura y diversión.
Hablamos de Tarragona, una ciudad en la que hallamos restos arqueológicos romanos que son Patrimonio de la Humanidad, edificios modernistas de arquitectos como Antoni Gaudí y Josep Maria Jujol, además de playas exquisitas y buena gastronomía. Finalmente, antes de partir de la provincia de Tarragona, si buscas visitar la naturaleza no te puedes perder la isla de Buda, situada en el extremo oriental del Delta del Ebro, que es un paraíso para el avistamiento de aves.
Dejamos Tarragona para llegar a la provincia de Castellón y la primera parada dentro de la Comunidad Valenciana es en el considerado como uno de los pueblos más bonitos de la Costa del Azahar, Peñíscola, donde se encuentra el castello del Papa Luna, de origen templario, que fue un escenario además de Juego de Tronos. Por otro lado, visitar el parque natural de la Sierra de Irta también es muy recomendable al pasat por esta zona. Continuando hacia el sur por la provincia, también puedes visitar Oropesa del Mar y Benicàssim.
Seguimos al sur por la A-7 para llegar a Valencia. En la capital del Turia podrás tomarse una deliciosa paella y una horchata en la Malvarrosa, perderte por las calles de Ciutat Vella donde se encuentra, entre otras atracciones turísticas, la lonja de la deda, que está considerada como Patrimonio de la Humanidad. Por supuesto, una visita a Valencia no está completada si no se visita, aunque sea por fuera, la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
El viaje finaliza en la Costa Blanca, en la provincia de Alicante. Aquí puedes encontrar el pintoresco pueblo de Altea, en el que pasear por su casco histórico de preciosas fachadas blancas va a ser toda una experiencia, así como las espectaculares vistas que tiene el Mirador de los Cronistas. También es imprescindible caminar por el Paseo del Mediterráneo y entrar a la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo (aunque Altea ofrece muchas atracciones turísticas más, esto es solo un resumen). Así mismo, cerca de la zona también hay otras localidades que merece la pena visitar: Denia, Jávea y Calpe.
6. Ruta de Don Quijote
Inspirada en el espíritu la obra de Cervantes, ese road trip para jubilados recorre lugares de Castilla-La Mancha a lo largo de unos 600 kilómetros en el que se combinan molinos, castillos, pueblos históricos y paisajes manchegos. El inicio es en la ciudad de Toledo, capital de Castilla-La Mancha y ciudad reconocida por la Unesco como Patrimonio Mundial. Su principal atractivo son las principales vistas del conjunto monumental rodeado por el Tajo, además de la catedral.
Toledo era conocida como la ciudad de las tres culturas -la árabe, cristiana y judía- y, por suerte, en el casco histórico aún podemos vislumbrar restos de esa concordia cultural de la que deberíamos seguir aprendiendo. Por otro lado, si te gusta la pintura, en Toledo se puede visitar el famoso cuadro de El Greco titulado El entierro del Conde de Orgaz.
Una vez que hayas visitado Toledo se debe partir hacia el sur, concretamente hacia la provincia de Ciudad Real. En el recorrido se puede recalar en algunos pueblos toledanos como es el caso de Orgaz, por ejemplo, que se caracteriza por tener un imponente castillo en el centro de la localidad, su iglesia de Santo Tomás Apóstolol diseñada por un discípulo de Churriguera,y por supuesto la ermita del Socorro, a la que se llega mediante un apacible paseo desde el centro.
Tomando la CM-42 se llega a uno de los pueblos más bonitos de Ciudad Real, Campo de Criptana, cuya seña de identidad es, sin duda, sus célebres molinos de viento en lo alto de una montaña y del que se dice que son los que confundió Don Quijote con gigantes. Actualmente hay diez, tres de los cuales siguen con el mecanismo original del siglo XVI. En este conjunto declarado Bien de Interés Histórico también se han creado museos como es el caso del Museo Molino Sara Montiel, que se haya en el Molino Culebro. En Campo de Criptana también se puede visitar el Barrio del Albaicín, las Casas Cuevas y la Fuente del Caño.
A unos 18 kilómetros de allí se encuentra El Toboso, en Toledo, localidad conocida sobre todo por ser el lugar donde vivía Dulcinea, el amor literario del hidalgo manchego. De hecho, aquí los seguidores de la obra de Cervantes podrán disfrutar de la Casa-museo de Dulcinea, el Museo Cervantino y el Museo del Humor Gráfico Dulcinea, que recogen la esencia de la insigne obra maestra de la literatura universal. Pero la localidad es mucho más que ello: también son muy interesantes el Museo-convento de Trinitarias, que es de estilo herreriano y que cuenta con un patio e iglesia barroca.
Muy cerca de esta localidad, Belmonte (Cuenca) es una parada obligatoria en esta ruta quijotesca por su castillo medieval del siglo XV, el palacio-alcázar de don Juan Manuel y el convento de los jesuitas. Tampoco hay que perderse Alcázar de San Juan (Ciudad Real), que rivaliza con Alcalá de Henares por ser el lugar de nacimiento de Cervantes. En esta localidad podemos visitar la Plaza de Santa María, en la que te puedes hacer una foto con estatua de Miguel de Cervantes, y visitar la iglesia de Santa María la Mayor. También se pueden contemplar casonas de piedra rcomo la Posada de Santo Domingo o el Palacio del Gran Prior.
Continuando hacia el sur se llega a Ossa de Montiel, en Albacete, dond se hallan dos escenarios quijotescos: la cueva de Montesinos y el castillo de Rochafrida. Otro lugar imprescindible es Villanueva de los Infantes, que sobresale por su Plaza Mayor de principios del siglo XVII en el que se halla la iglesia de San Andrés y la Casa Rectoral. Además, el patrimonio local reúne otras joyas como el Hospital de Santiago, de raíces medievales y aspecto del siglo XVII; la antigua alhóndiga con su encantador patio; la Casa del Arco, destacada por su portada única; además de la Casa de los Estudios, el palacio del Marqués de Entrambasaguas y el edificio que albergó al Tribunal de la Inquisición.
La ruta lleva hasta el castillo de Montizón, en Villamanrique (Ciudad Real), y a Valdepeñas, localidad famosa por sus viñedos y por su vino con Denominación de Origen. Siguiendo el curso del río Jabalón se llega al Campo de Calatrava, donde sobresale Almagro, célebre por su Plaza Mayor y por el Corral de Comedias del siglo XVII, que es el mejor conservado del mundo. En este mismo entorno se encuentran Puertollano y Calzada de Calatrava, con las ruinas del castillo de Salvatierra todavía en pie. El road trip finaliza en Argamasilla de Alba, también en la provincia de Ciudad Real, donde se conserva la cueva de la Casa de Medrano, donde se dice que Miguel de Cervantes comenzó a escribir su obra más reconocida durante su cautiverio, además del Canal del Gran Prior y la iglesia de San Juan Bautista.
7. Valle del Jerte: un buen lugar en el que pasar tu jubilación
La mejor época para efectuar este esta corta ruta perfecta para jubilados, de unos treinta kilómetros, es en primavera ya que es en este momento cuando los visitantes pueden disfrutar del florecimiento de los cerezos de este valle cacereño. En este sentido, conviene informarse bien de en qué fecha cae cada año para no perderse este auténtico espacio de la naturaleza en el Valle del Jerte. Sin embargo, la espectacularidad de los paisajes de esta zona hace que, igualmente, aunque no sea el mejor momento, también sea muy interesante de conocer.
El recorrido se comienza en Navaconcejo, conocido sobre todo por ser un gran productor de picotas. En la visita a esta localidad es recomendable pasear la calle Real, con casas entramadas adornadas con solanas y flores, y la Fábrica de Sayales (1625), hoy convertida en Casa de Cultura. La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, con una torre del siglo XVI y un retablo barroco, es el principal atractivo del patrimonio religioso del pueblo, además de dos ermitas barrocas: la del Cristo del Valle y la de San Jorge. También merece mención La Casería, antigua finca con convento franciscano reconvertido en casa rural.
La siguiente parada es Cabezuela del Valle, cuyo casco histórico conserva un trazado medieval muy curioso y de calles empinadas así como pasadizos que recuerdan la antigua juderia y que fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1998. Entre su patrimonio sobresale la iglesia de San Miguel Arcángel, levantada sobre la antigua sinagoga, con un magnífico retablo barroco dorado del siglo XVII y varias ermitas barrocas del XVIII, como la de la Virgen de Peñas Albas. Además, cuenta con espacios culturales como el Museo de la Cereza, el Museo Escolar y el Centro de Interpretación del Agua. Además, durante el verano merece la pena acecarse a sus piscinas naturales del Jerte, La Pesquerona, La Picaza, El Vao y El Simón.
Tras esta visita hay que continuar hacia la reserva natural de la Garganta de los Infiernos, cuyo principal atractivo son con sus saltos y cascadas, además de sus bosques caducifolios y de Rivera, sus pastizales alpinos y piornales serranos, sin olvidar de su variada fauna de mariposas, coleópteros, peces y anfibios. Finalmente, en Tornavacas, la localidad situada más al norte del Valle del Jerte, se encuentra el nacimiento del río que le da nombre.
El tramo de carretera que llega hasta allí resulta especialmente atractivo, pues discurre entre los macizos de Gredos y la sierra de Béjar. Además, en la cima del puerto de Tornavacas se abre un mirador natural que ofrece una espectacular panorámica de todo el valle. Sin duda, es un broche final estupendo para dar por finalizada esta deliciosa ruta extremeña.
8. Alpujarra de Granada
La ciudad de Granada es el punto de partida de este road trip perfecto para jubilados de una distancia aproximada de 109 kilómetros. La capital granadida es, sin duda, el mejor comienzo que uno puede tener en un viaje ya que en ella se puede disrutar del precioso barrio del Albaicín, así como la imponente Alhambra de Granada, uno de los edificios más bonitos de España y herencia de la época andalusí. Además, se puede visitar la Casa Museo de Federico García Lorca y disfrutar de un delicioso tapeo granadino.
Desde la bella ciudad de Granada, tu punto de partida, tendrás que tomar la A-44 y desviarte hacia Lanjarón, que está considerada como la puerta de entrada a la Alpujarra granadina, y cuyo nombre te sonará probablemente por la marca de agua mineral embotellada. Y no es de extrañar que así sea, porque precisamente este pueblo está muy vinculado al agua: principalmente porque hay muchas fuentes y pilones, además de su romántico balneario del siglo XVII, que es el lugar ideal para relajarte.
Una carretera sinuosa lleva hasta Órgiva, capital de la Alpujarra baja, situada junto al río Guadalfeo. Entre sus monumentos destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Expectación, fácilmente reconocible por sus dos grandes torres gemelas con remates de pizarra y que se pueden vislumbrar desde lejos. Tampoco hay que perdereste en esta localidad el Castillo de Olías (declarado Bien de Interés Cultural en 1985), la Casa palacio de los Condes de Sástago, que actualmente es el ayuntamiento de la localidad, Molino de Benizalte, la ermita de San Sebastián y los templos de San Marcos de Tablones y San Sebastián de Bayacas.
A tan solo 10 kilómetros de allí, a través de la A-4132, recalamos en Soportújar, el pueblo más mágico de la Alpujarra de Granada. Todo ello viene porque está considerado como el pueblo de las brujas, ya que de hecho, tras la Reconquista, se instalaron aquí muchas personas provenientes del norte, de Galicia, personas con una fuerte tradición celta. Es por ello que, quizás, por ese aura de misterio celta, y a pesar de que la gente era muy cauta por temor a la inquisición, lo cierto es que en las localidades de al lado comenzaron a a asegurar que aquí se hacían aquelarrejes.
Precisamente por eso el ayuntamiento de la localidad, conocedor de esta historia y sabiendo lo atractivo que puede ser para el turismo, creó en la localidad una suerte de parque temático de brujas en las que mayores y pequeños pueden disfrutar con, por ejemplo, la casa de Hansel y Gretel, el mirador del Embrujo, en la plaza principal, adornado con dos figuras de brujas y un caldero convertido en fuente, el mirador de La Era de los Aquelarres, desde el que se contemplan el valle de Órgiva y el mar Mediterráneo y la estatua de Baba Yaga, que se halla nada más entrar a la localidad. Desde esta localidad parte también una pequeña vía que conduce a un lugar singular: un centro budista llamado O Sel Ling, que significa “lugar de luz clara”, y que es ideal para quienes buscan calma, meditación y recogimiento.
Explora el barranco de Poqueira para adentrarte en la Alpujarra alta. En este entorno se encuentran Pampaneira, Bubión y Capileira, tres encantadores pueblos que conservan la arquitectura tradicional alpujarreña y desde los cuales se puede hacer senderismo. En ese último, por cierto, el más alto del barranco, es interesante destacar con el Museo de Artes y Costumbres populares Pedro Antonio de Alarcón (Calle Mentidero, s/n), que alberga multitud de objetos que ayudan a comprender la cultura del lugar.
Más adelante, el camino te llevará a Trevélez, uno de los pueblos situados a mayor altitud en España, famoso por sus espectaculares vistas de Sierra Nevada. Siguiendo la carretera A-4132, atravesarás localidades como Juviles, Mecina Bombarón, Yegen, Válor o Puerto de la Ragua. Y para finalizar nada mejor que pasa rpor pueblos como Yátor, Cádiar o Torvizcón antes del regreso a casa.
9. Playas de Cádiz: la mejor opción para el turismo senior
La Costa de la Luz ofrece un recorrido de unos 200 kilómetros en este road trip para jubilados desde Jerez de la Frontera hasta Tarifa y que permite conocer en profundidad la costa española del Golfo de Cádiz.
La aventura comienza en Jerez de la Frontera, capital del vino que le da nombre, y que es bien conocida por su Feria del Caballo, declarada de interés turístico nacional. Además en esta localidad puedes visitar los museos de La Atalaya, el Centro Andaluz de Flamenco Junta de Andalucía, el Alcázar, la Catedral, la Cartuja y el Palacio Domecq.
Continuamos hacia el sur para llegar a Sanlúcar de Barrameda donde contemplar su atarceder en alguno de sus 6 kilómetros de playa es un placer. Es, además, una localidad bien conocida por sus carretas de caballos sobre la arena, que es una de las tradiciones ecuestres más antiguas de nuestro país y que cada año atrae a muchos turistas. Cabe destacar que desde aquí también se puede visitar Doñana.
Seguidamente hay que ir hacia Cádiz, una localidad con playas espectaculares y un encanto sin igual que es conocida como la Cuba de Europa y ha sido escenario de muchas películas de Hollywood. Con más de tres milenios de historia, Cádiz presume de ser una de las urbes más antiguas de Europa, fundada por los fenicios.
Su casco histórico es un auténtico museo al aire libre, donde destacan la imponente Catedral y la Torre Tavira, famosa por su cámara oscura que permite contemplar la ciudad desde una perspectiva única. El litoral gaditano es otro de sus grandes tesoros. La playa de La Caleta, escenario de varias películas, es un lugar mágico para ver el atardecer, mientras que la playa de la Victoria, con su extensa franja de arena dorada y aguas serenas, invita a pasar una jornada relajada junto al mar.
A continuación, llega Conil de la Frontera, hogar de la extensa playa de El Palmar. Con sus aguas cristalinas, arena dorada y ambiente poco urbanizado, esta playa es uno de los tesoros mejor conservados de la Costa de la Luz, muy apreciada tanto por familias como por surfistas por su tranquilidad y belleza.
También son muy interesantes de ver y disfrutar los acantilados de Roche, que cuentan cob hermosas calas unidas por senderos y que solo se pueden acceder con la marea baja gracias a escaleras talladas en la roca.
En Zahara de los Atunes, podrás saborear auténtico “pescaíto frito” y el famoso atún de almadraba, mientras disrutas entre sus variadas playas y planes para todos los gustos en este preciso enclave turístico.
Siguiendo hacia Tarifa, pasea por la kilométrica playa de Bolonia, situada a 15 minutos de la localidad y que se encuentra rodeada de pinos y dunas de arena blanca. Muy cerca se encuentra el yacimiento romano de Baelo Claudia, un fascinante vestigio arqueológico junto al mar.
Para complementar la ruta, puedes adentrarte en la sierra de Cádiz y pasear por Arcos de la Frontera, Algodonales, Torre Alháquime, Grazalema y Benamahoma, en la que podrás disfrutar de su herencia árabe.
10. Isla de Mallorca: de los mejores destinos para jubilados en España
Un trayecto de unos 90 kilómetros por la carretera Ma-10 recorre la sierra de Tramuntana y la costa occidental de la isla. El punto de partida es Palma, la capital de Mallorca, en la que podrás visitar la Catedral de Santa María, el Palacio Real de la Almudaina, el S’Hort del Rei y pasear por el centro histórico, visitando por supuesto la plaza Mayor, los baños árabes, el barrio judío o el Parc de la Mar, entre otros.
Desde Palma hay que partir rumbo a Puigpunyent, un pintoresco pueblo situado en las montañas de la Serra de Tramuntana y al que llegan turistas que desean disfrutar de su tranquilidad a la par que unas vistas únicas a la naturaleza. Tras esta parada se puede ir a Banyalbufar, un pueblo enclavado en las montañas, pero con vistas al mar. Seguidamente se puede visitar Valldemossa, que destaca por sus preciosas calles empedradas y por la famosa Real Cartuja, antiguo convento en el que Frédéric Chopin, el compositor polaco, se alojó y compuso alguno de sus más famosos preludios. De hecho, se puede visitar la celda en la que se alojó.
La siguiente parada es Andratx, una de las ciudades más antiguas de Mallorca y que se caracteriza por sus calles estrechas y por sus galerías de arte moderno y contemporáneo. No hay que confundir esta localidad con el Puerto de Andratx, que es un pintoresco pueblo marinero que sí que tiene playa, a diferencia del anterior, que se encuentra a tan solo 5 kilómetros. Se trata de una localidad que conserva su ambiente pesquero y en el que se pueden disfrutar de hoteles y alojamientos.
Siguiendo la Ma-10, la carretera se asoma al Mediterráneo con miradores espectaculares como el de Sa Foradada, perfecto para contemplar el horizonte azul y que es un a excursión perfecta para los amantes del senderismo. La siguiente parada es Deià, una pequeña localidad cuyo paisaje que forma parte del Patrimonio de la Humanidad protegido por UNESCO y que ha sido refugio de artistas e intelectuales como el compositor Manuel de Falla. Seguidamente hay que ir Sóller, con su monumental iglesia de Sant Bartomeu y el histórico tranvía que conecta el pueblo con el puerto de Sóller, otro enclave imprescindible.
Avanzando hacia el norte se llega a Pollença, un municipio con muchos años de historia, en el que podrás descubrir el puente romano, Montision, que es antiguo monasterio y universidad, y la cala San Vinçens, entre otros. Antes de alcanzar la localidad, se puede tomar el desvío hacia Sa Calobra, un conjunto de dos playas que están divididas por el Torrent de Pareis (garganta de un río), un auténtico monumento natural.
Otro lugar de visita obligada es el monasterio de Lluc, un santuanrio en el se encuentra la imagen de la Virgen de Lluc, patrona de Mallorca y que es conocida como La Moreneta. El recorrido finaliza en el Cabo de Formentor, donde podrças asomarte al mirador de Es Colomer o llegar hasta el faro de Formentor, desde donde disfrutar de unas hermosas vistas. Sin duda, es la mejor forma de disfrutar de un road trip del Mediterráneo.