¿Alguna vez te has preguntado de dónde vienen las barajas de los muchos casinos que hay por el mundo? Pocos conocen que muchas de ellas proceden de la localidad alavesa de Vitoria-Gasteiz, donde se encuentra la histórica empresa Fournier. Fundada en el siglo XIX, esta fábrica alavesa se ha convertido en todo un referente internacional y en uno de los grandes emblemas industriales de la capital vasca.
Fue precisamente en Fournier donde nació el diseño actual de la baraja española —sí, ese cuyo as de oros lleva inscrito el nombre de Vitoria—, y en 2025 se cumplen nada menos que 155 años desde su creación de este juego de mesa. Un legado que sigue marcando historia en cada partida de mus, de la escoba y de tantos otros juegos que se han ido transmitiendo de generación en generación.
Por este motivo, para conmemorar una fecha tan especial, Fournier ha sacado al mercado un nuevo diseño especial de la baraja para conmemorar el aniversario y que quiere rendir un homenaje muy especial a las mujeres por su papel histórico en la empresa. Pero este cumpleaños viene acompañado por una efeméride muy importante para la empresa vasca, que es el 250 aniversario de la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria-Gasteiz, la institución que en 1877 fue diseñada originalmente la Baraja Española por primera vez tal y como la conocemos hoy en día de la mano del pintor Díaz de Olano y el dibujante Emilio Soubrier, docentes de esta institución.

La historia de la baraja española de Fournier, muy ligada a las naiperas
Ambas entidades no han querido perderse esta coincidencia de efemérides para lanzar al mercado una nueva edición de la baraja que los coleccionistas no se la van a poder perder. “Es una baraja muy especial que pone en valor el papel de la mujer en ambas instituciones, y las diferentes técnicas artísticas y oficios que han sido parte de la historia pasada y actual”, explica Diego Ruiz de Gauna, Director de marketing de Fournier.
Y dentro de este homenaje a las mujeres, la baraja quiere rendir cuentas por todas las mujeres que trabajaron en la fábrica durante años, las naiperas: “En tiempos en los que la mujer aún tenía que luchar por su visibilidad y reconocimiento, las naiperas ya sostenían con trabajo y dignidad, buena parte de la producción de la fábrica, sobre todo desde uno de nuestros pilares, que es la calidad”, asegura Ruiz de Gauna.
“Ellas encarnan los valores de constancia, habilidad y compromiso. Gracias a ellas, Fournier no solo imprime cartas, repartiendo juegos por todo el mundo, imprime también una historia de lucha, de feminismo silencioso pero profundo, que hoy merece todo nuestro reconocimiento”, añade.

Un nuevo diseño de la baraja española
En el nuevo diseño de Fournier no encontrarás las clásicas espadas, copas, bastos y oros sino que cada uno de los palos se han transformado, si bien se han conservado los colores en cada uno de los palos para hacerlos reconocibles al espectador. En todo caso, si bien esta baraja se puede utilizar perfectamente, lo cierto es que también está pensada como objeto de coleccionista, ya que el aspecto que tiene el resultado de las ilustraciones creadas por Nuria Pérez-Cárcamo Samaniego y la dirección de arte de Blanca Garaluce Ortiz son dignas de conservar.
Así, en este nuevo diseño la escayola sustituye a los oros –aunque sigue conservando su característico color amarillo– para representar el conocimiento y el mundo clásico. Esto es así porque los personajes que se representan en este palo son las profesoras que formaron parte de la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria-Gasteiz como Daría Imbert, Laura Martínez de Marigorta y Ángela Echebarria.
En el caso de las copas, mantiene su color rojo pero las copas se han sustituido por un ovillo de lana. En este caso, en el palo aparecen las alumnas de la escuela, poniendo en valor el papel fundamental de la educación para el desarrollo de la mujer. Con el color azul de las espadas, en este palo, conocido por el del metal representado por un rodillo, es el que representa a las naiperas.
Finalmente, el color verde de los bastos se ha transformado en un palo en el que están representadas las distintas mecenas que tuvo la Escuela de Artes y Oficios; entre ellas, y haciendo el papel de Reina, se encuentra Nieves Partearroyo, al que le debemos la biblioteca Fournier.
“Tenía muy claro que el dibujo fuera el protagonista del estilo. Y luego buscaba que fueran unos dibujos que no tuvieran demasiada línea”, explica Nuria Pérez-Cárcamo Samaniego, responsable del lavado de cara de la clásica baraja. “Me gustaría que con esta mirada al pasado podamos actuar en la firme convicción nuestra de que el arte, la cultura y la educación es el medio para desarrollar la sociedad y que podamos tener así un futuro luminoso”, añade.
En definitiva, esta baraja es un sentido homenaje de un juego del que la ciudad de Vitoria está tremendamente orgulloso y una prueba más del vínculo muy estrecho que las cartas que tienen con esta ciudad. De hecho, no es la primera vez que se hace una edición especial de la baraja de cartas en un claro homenaje a la capital del País Vasco. Así, el pasado año 2020, coincidiendo también con el 150 aniversario de la baraja de cartas, Fournier creó una edición especial de la misma con el Alavés C.F., con dibujos de jugadores de todas las épocas, con motivo de su centenario.