Trabajar muchas horas no solo puede generar cansancio y estrés: podría estar modificando físicamente el cerebro. Así lo apunta un nuevo estudio publicado en la revista Occupational & Environmental Medicine, que ha encontrado asociaciones entre las largas jornadas laborales y cambios en la estructura cerebral.
¿Qué significa trabajar más de 52 horas por semana?
La investigación, llevada a cabo por un equipo de científicos en Corea del Sur, analizó datos de resonancias magnéticas y horarios laborales de más de un centenar de profesionales sanitarios entre los años 2021 y 2023. Los participantes que trabajaban 52 horas semanales o más fueron clasificados como personas con "exceso de trabajo".
Según los autores, estos individuos mostraban alteraciones estructurales en áreas del cerebro vinculadas con el procesamiento emocional y la función ejecutiva, que abarca capacidades como la planificación, la toma de decisiones y la autorregulación. “El aumento del volumen cerebral observado en personas con exceso de trabajo podría reflejar respuestas neuroadaptativas al estrés laboral crónico, aunque los mecanismos exactos siguen siendo especulativos”, señala el estudio.
Trabajar en exceso puede afectar la calidad del sueño
Una de las hipótesis que baraja el equipo es que el trabajo excesivo puede perjudicar la calidad del sueño, lo que incrementa la vulnerabilidad al estrés. Esta combinación podría, a largo plazo, elevar el riesgo de problemas como la ansiedad, la depresión y otros trastornos de salud mental relacionados con el agotamiento prolongado.
Peso físico y emocional
El estudio subraya que el exceso de trabajo no solo implica una carga física, sino también un desgaste emocional significativo, agravado por la falta de descanso. Esta situación puede afectar negativamente al cerebro y, con el tiempo, influir en el equilibrio emocional y en la capacidad de afrontar situaciones complejas.
Un estudio en evolución
Los investigadores también advierten que sus conclusiones son preliminares y que se necesita seguir estudiando si estos cambios cerebrales podrían afectar funciones cognitivas a medida que las personas envejecen. “Las investigaciones futuras deberían explorar las implicaciones a largo plazo de estos cambios estructurales en el cerebro y si conducen al deterioro cognitivo o a trastornos de salud mental”, concluyen.
A la espera de nuevos estudios, los expertos recomiendan tomar medidas básicas de autocuidado, como garantizar un descanso adecuado —al menos siete horas por noche—, limitar el uso de pantallas fuera del horario laboral y realizar pausas breves durante el trabajo. Estas acciones, aunque simples, podrían contribuir a mitigar el impacto del estrés laboral sobre la salud cerebral y emocional.