En un contexto marcado por el estrés cotidiano, el ritmo acelerado y la constante estimulación digital, cada vez más personas buscan actividades que les ayuden a desconectar y recuperar el equilibrio. Mientras caminar o practicar deporte siguen siendo alternativas populares, una actividad tradicional ha resurgido con fuerza como herramienta de bienestar.

Coser y tejer

Un equipo de la Escuela de Terapia Ocupacional de la Universidad de Cardiff ha publicado un estudio en el Journal of Occupational Science que respalda científicamente los efectos positivos de estas actividades manuales. Según sus conclusiones, coser o tejer no solo ejercita las manos, sino también la mente. La coordinación motora, la planificación de proyectos y la elección de materiales activan diversas áreas cerebrales relacionadas con la creatividad, la memoria y la concentración.

Los investigadores subrayan que estos pasatiempos requieren atención sostenida, lo que contribuye a entrenar la concentración y reducir los niveles de estrés. Además, la repetición de movimientos suaves y rítmicos estimula la liberación de neurotransmisores vinculados al bienestar, favoreciendo un estado mental similar al que se alcanza durante la meditación.

Beneficios físicos

Más allá de los beneficios emocionales, también se han identificado efectos físicos. Centrar la atención en una tarea concreta ayuda a reducir la presión arterial y, con ello, el riesgo de afecciones cardiovasculares. Por otro lado, planificar un proyecto textil —desde el diseño hasta la ejecución— fortalece el pensamiento analítico y la organización mental.

Este fenómeno no es exclusivo de la costura. Estudios previos, como uno realizado por la Universidad Estatal de Florida, encontraron beneficios similares en tareas domésticas como lavar los platos, que pueden inducir un estado de atención plena (o mindfulness) y aumentar la capacidad de pensamiento abstracto. Incluso figuras públicas como Bill Gates han reconocido recurrir a actividades sencillas y repetitivas para gestionar el estrés diario.

Otros beneficios

Además, a diferencia de otras prácticas de relajación, coser y tejer ofrecen un resultado tangible, lo que contribuye a reforzar la autoestima. Y como valor añadido, permiten dar una segunda vida a la ropa y reducir el consumo, en línea con un estilo de vida más sostenible.

En definitiva, actividades como la costura no solo conectan con saberes tradicionales, sino que se revelan hoy como herramientas eficaces para cuidar la salud mental y emocional.

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