Hay un paraíso en España escondido y poco accesible, atravesando dificultosos laberintos que merecen mucho la pena. Buscar lugares de desconexión cerca del mar resulta imposible, pero existen íntimos rincones que todavía mantienen su belleza natural.
Recorremos diferentes puntos de la costa española para descubrir playas aisladas con demasiado encanto.
Playa de Azkorri, Getxo (Bizkaia)
El municipio de Getxo en el País Vasco tiene una de estas playas inaccesibles, y alejadas de la localidad, que merecen el esfuerzo. Abruptos acantilados y voluminosa vegetación envuelven a la playa de Azkorri.
El entorno es perfecto para practicar algunas actividades como el voleibol y el surf, ya que la arena es fina y la superficie dura. Esta playa ha conseguido la Bandera Azul y dispone de socorrista de 11:00 a 20:00 horas
Playa de Benijo, Taganana (Tenerife)
En el norte de Tenerife se encuentra esta preciosa playa de arena negra que parece de otro mundo. Para llegar hasta ella tienes que atravesar el Parque Rural de Anaga, que se encuentra a bastante altura, y recorrer numerosas curvas en una carretera un poco complicada hasta llegar al pueblo de Taganana. A partir de aquí, el segundo tramo es mucho más agradable, mientras que la brisa marina roza la piel hay que desplazarse unos kilómetros más hasta llegar a la excepcional Playa de Benijo.
Normalmente muy pocos turistas que eligen Tenerife para sus vacaciones visitan esta zona, incluso muchos de los isleños nunca han visto este lugar. Es una playa salvaje, perfecta para hacer surf, pero hay que tener cuidado por la fuerza de sus corrientes y evitar siempre el baño cuando la marea está alta.
Si se quiere rehuir de los numerosos escalones que tiene esta playa, las de alrededor, como la Playa De Almaciga, son una buena opción. Estas playas no disponen de socorrista.
Calas de Conil (Cádiz)
En las inmediaciones de Conil se encuentra las calas de Roche o calas del Poniente, formadas por la del Faro, del Pato, El Frailecillo y Encendida, que se comunican cuando la marea está baja. Las calas de Conil son de difícil acceso, aunque ya están más adaptadas que hace algunos años: cuentan con escaleras clavadas a la roca con barandillas, aunque con pendiente.
Estas calas se encuentran bajo los acantilados rojizos de la costa norte de Conil y en la playa hay grandes rocas que complican el baño.
A pesar de no tener un fácil acceso, los vendedores ambulantes se pasan por estas playas para vender bollería, algo típico en esta zona de Andalucía, y a pesar de las altas temperaturas y no siendo lo más apetecible, venden todas los productos rápidamente.
Playa Cuesta Maneli, Almonte (Huelva)
Rodeada del espectacular Parque Nacional de Doñana y entre los municipios de Mazagón y Matalascañas se halla esta kilométrica playa natural de arena fina y de aguas limpias. Es una de las playas onubenses más tranquilas con vegetación dunar, sin ruidos y con impresionantes vistas a los acantilados y a la fauna y flora del parque.
En Cuesta Maneli es fácil desconectar y mantener las distancias de seguridad dictadas a causa de la pandemia que azota ya al mundo. Llegar hasta aquí no es muy complicado y el parking es bastante amplio, aunque hay que caminar un poco. La playa cuenta con socorristas, baños de pago y un quiosco. Muy cerca se encuentra el Parador de Mazagón, una opción para comer o cenar cerca de este lugar.
Playa de la Ballota, Llanes (Asturias)
En la Costa Verde Asturiana, también conocida como Costa Oriental de Asturias, está esta pequeña playa rodeada de vegetación con aguas claras y arena dorada.
En la zona hay diferentes rutas para hacer senderismo, y esta cala puede ser un respiro para cualquier deportista. Justo arriba de la playa, hay mesas para comer tranquilamente.
Al lado del litoral se encuentra el islote del Castro y cuando hay fuerte oleaje se puede disfrutar de un potente bufón, formación geológica de un acantilado que comunica con sismas marinas y cuando la mar está en pleamar el agua sale disparado como una especie de géiser. Como curiosidad, en la Ballota se rodó el filme ‘El abuelo’ en 1998, producción dirigida por José Luis Garci.
Cala Fonda, Tarragona
Esta cala conocida también como "Waikiki" está bastante aislada y los dos caminos que hay son complicados. Para llegar hay que atravesar el bosque de La Marquesa ya sea desde la Playa Larga de Tarragona o por el camping Torre de la Mora. Es nudista y no esta equipada con servicios e instalaciones.
Playa Del Pebret, Peñíscola (Castellón)
Entre Peñíscola y Alcocéber, dentro del Parque Natural de la Sierra de Irta, está la Playa del Pebret. Sus aguas son transparentes y es adecuada para las familias con niños, ya que el mar no cubre hasta bien adentro. Es bastante tranquila al estar alejada del núcleo urbano.
Hay aparcamientos cercanos, aunque el camino para acceder a la playa es estrecho y con rocas, pero no es un problema recorrer la travesía porque sin duda es un gran descubrimiento.
Playa de El Cañuelo, Maro (Málaga)
Bajo una gran colina y enclavada en un paraje natural protegido, los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, se encuentra la Playa de El Cañuelo, muy cerca de Nerja. Para llegar a la playa hay que bajar una cuesta con bastante pendiente, por lo que hay que guardar energías para subir después la cuesta. En temporada alta, hay autobuses para este tramo y su precio es de dos euros.
El Cañuelo es perfecto para hacer buceo o snorkel porque sus aguas son totalmente cristalinas y no hay algas.
Playa del Silencio, Castañeras (Asturias)
En plena costa cantábrica se encuentra la Playa del Silencio, cerca del famoso pueblo Cudillero, y quizá sea la que tiene el acceso más difícil y salvaje, pero sus aguas cristalinas y limpian ya no son un secreto para nadie.
El aparcamiento para llegar a esta playa está bastante alejado, aproximadamente a 40-50 minutos, por un camino sin asfaltar rodeado de la naturaleza. Es muy recomendable llevar a la playa cangrejeras o escarpine porque la playa es de piedras. La playa del Silencio forma parte del Paisaje Protegido de la Costa Occidental.
Cala Macarelleta, Menorca
Todas las playas de Menorca se encuentran en un enclave excepcional y sus aguas son de ensueño, azules turquesa y de arena fina y blanca.
La playa de Macarella es una de las más frecuentadas de la isla, pero la cala vecina, Macarelleta lo es bastante menos; puedes llegar a ella a nado. En los meses de temporada alta hay que madrugar para conseguir aparcamiento en las inmediaciones o bien coger un autobús. Si el acceso está cerrado porque el aforo está completo, puedes ir andando a ambas playas desde la playa Galdana, que está a unos 4 km. El camino es difícil y las altas temperatura lo complican, pero se hace ameno con las vistas a los acantilados, miradores y aguas propias del Caribe.
En esta playa los vendedores ambulantes ofrecen fruta cortada como coco, sandía y melón. ¡Y muy poca gente se resiste a no probarla!
