En Marbella, paraíso turístico de la Costa del Sol, tener hoy un techo digno es un privilegio solo al alcance de unos pocos. Los precios de la vivienda baten récords históricos y expulsan a los trabajadores de sus barrios. Pero esto no le preocupa ni a Moreno Bonilla ni a la alcaldesa de Marbella del PP. Ellos siguen favoreciendo la especulación sin plantear soluciones para facilitar el acceso a la vivienda. Así, la Junta de Andalucía ha decidido ceder al negocio hotelero la emblemática Residencia de Tiempo Libre de Marbella, en otro pelotazo urbanístico del PP. La licitación será a mediados de este mes.

Este complejo, que durante décadas garantizó vacaciones dignas y asequibles a miles de familias trabajadoras, suponía una oportunidad única para dar respuesta a la grave crisis habitacional de la ciudad. Pero lejos de apostar por su rehabilitación con fines sociales como reclamaba buena parte de la sociedad marbellí, Moreno Bonilla y Ángeles Muñoz han optado por su privatización, recalificando el suelo y allanando el camino para levantar un nuevo hotel de lujo.

Cuando el acceso a la vivienda se ha convertido en una verdadera emergencia social, esta decisión supone una afrenta a la dignidad de quienes sostienen con su trabajo el motor turístico de la ciudad: camareros, trabajadores de la hostelería, albañiles, sanitarios, docentes y miles de empleados que no encuentran alojamiento a un precio que puedan pagar. La historia reciente de la Residencia de Tiempo Libre es, en definitiva, el reflejo de la política del PP, que antepone los intereses mobiliarios a proteger los derechos de los ciudadanos.

¿Cuál es la situación de la vivienda en Marbella? Según el último informe de Tinsa, el precio de la vivienda ha crecido un 10,7% solo en el último año, alcanzando los 4.130 euros por metro cuadrado. Pero lo más alarmante, es el esfuerzo para adquirirla. Un 97% de la renta media de los hogares marbellíes debe destinarse al pago de una vivienda en propiedad. Es decir, acceder a una casa se ha vuelto tarea imposible para la inmensa mayoría.

Desde los mínimos de la crisis, el precio ha subido un 60% en Marbella, igualando los niveles de la burbuja de 2007. El panorama no puede ser más desolador para quienes trabajan en sectores esenciales: camareros que tienen que vivir a más de 40 kilómetros, sanitarios que no encuentran alquiler en la zona, profesores interinos que renuncian a destinos por no poder pagarlos.

Mientras, el parque público de vivienda en la ciudad es inexistente. Las políticas de vivienda han brillado por su ausencia durante años, y ahora que podría haberse aprovechado un recurso ya existente, como la Residencia de Tiempo Libre, la respuesta del PP ha sido la entrega del suelo al capital privado.

La Residencia de Tiempo Libre con más de 230 habitaciones dobles, zonas deportivas y jardines, se encuentra en primera línea de playa. En 2023, el gobierno de Moreno Bonilla decidió cerrar de forma definitiva las seis residencias de tiempo libre activas en Andalucía. En el caso de la de Marbella, el terreno se recalificará como suelo hotelero, con 30.000 metros cuadrados de edificabilidad añadida. A cambio, se entrega a una empresa privada por una concesión de 75 años por 4 millones de euros.

La operación ha sido denunciada por colectivos sociales, sindicatos y partidos políticos de la oposición, que critican el desprecio por el uso social del suelo público. El PP apuesta por más hoteles de lujo en una ciudad que ya rebosa de ellos, mientras sus trabajadores no pueden vivir en ella. El socialista José Bernal ha denunciado que se antepone el interés privado al bien común y la portavoz del PSOE en Marbella, Isabel Pérez, acusa al ayuntamiento de ignorar las necesidades de los vecinos.

En Marbella, el salario medio anual ronda los 24.800 euros, una cifra que contrasta con el precio medio de una vivienda, que supera los 700.000 euros; con alquileres mensuales que oscilan entre los 1.400 y los 3.000 euros para pisos de dos o o tres habitaciones. Esta desproporción convierte el acceso a una vivienda en un lujo inalcanzable para la mayoría de los trabajadores locales, especialmente aquellos en sectores esenciales como la hostelería y la restauración.

El presidente andaluz del PP se niega a adoptar medidas para bajar los precios de los alquileres, perpetuando una crisis que podría aliviarse con voluntad política. Frente a ello, en Cataluña, por ejemplo, se aplica la Ley de Vivienda aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez con resultados positivos. En Barcelona, por ejemplo, los precios del alquiler han bajado un 8% en el último año gracias a la declaración de zonas tensionadas y la aplicación de límites a las subidas del alquiler. ¿Por qué Moreno Bonilla no hace lo mismo en Andalucía?

Además del problema de la vivienda, Marbella arrastra graves carencias por el abandono de la Junta de Andalucía. Moreno Bonilla no tiene interés en invertir en la mejora de la ciudad. No se destinan los recursos que merece el municipio y la alcaldesa, la señora Muñoz, calla, no alza la voz y protagoniza un silencio cómplice. Las únicas inversiones importantes de la Junta se han realizado con fondos Covid del Gobierno de España, como es el caso de la ampliación del Hospital de la Costa del Sol y también del nuevo instituto Cilniana.

En Marbella faltan infraestructuras educativas y sanitarias suficientes para una población que se multiplica cada año. En los centros educativos faltan profesores, faltan administrativos y falta mantenimiento. En el ámbito sanitario, la situación es dramática. Las listas de espera en especialidades como traumatología, ginecología o dermatología superan los límites tolerables y el colapso en urgencias es constante. En centros de salud como los de Nueva Andalucía, Leganitos o Las Albarizas, faltan médicos de familia, faltan médicos de atención especializada y faltan pediatras.

En resumen, Moreno Bonilla ha convertido Marbella en un escaparate de desigualdad: con lujos para unos pocos y abandono para la mayoría. Su modelo no solo excluye a las familias trabajadoras del acceso a la vivienda, tampoco garantiza unos servicios adecuados. Marbella no necesita mas hoteles de cinco estrellas, necesita escuelas dignas, centros de salud decentes y viviendas para quienes la hacen funcionar cada día.

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