Feijóo se ha equivocado. El sueño del PP terminó en pesadilla, porque el PSOE aguantó. La derecha no se entera de que el PSOE es mucho PSOE. El expresidente gallego planteó las elecciones europeas como un plebiscito en clave nacional y ha perdido. Hace cinco meses las encuestas le daban 12 puntos y 8 escaños más que al PSOE, pero ha terminado ganando por la mínima, por solo dos europarlamentarios. Una pírrica victoria.

Feijóo se ha equivocado y se queda sin argumentos. Ha vuelto a tropezar. Y ya son demasiadas veces consecutivas. Tropezó en las generales cuando todas las encuestas le daban como presidente y se equivocó. Tropezó en Euskadi al pensar que el PP sería determinante para el gobierno vasco, se equivocó. Tropezó en Cataluña donde creyó que los independentistas sumarían y que Illa no tendría opciones de gobernar, se equivocó. Y se ha vuelto a equivocar en las europeas, con una campaña durísima, brutal, sin medida. Utilizando todos lo recursos de la derecha, incluso algunos poco o nada democráticos, pero ni por esas. El líder del PP ni ha despegado ni va a despegar. No será presidente del gobierno en su vida.

Feijóo se ha equivocado. La noche electoral debería haber salido a dar la cara, tratando de poner en valor su victoria, pero tuvo miedo, sabía que no había nada que celebrar. Por esto terminó saliendo Cuca Gamarra a insultar para valorar los resultados. La cara del aún líder del PP en Génova era todo un poema. Sabe que su liderazgo pende de un hilo, y se lo recordó una vez más Ayuso, que con el mayor de los cinismos se situaba a su lado, daba palmas y sonreía, con la misma sonrisa que le dedicó en su día a Casado. En el PP saben que Feijóo no tira y puede que no se coma los turrones en Génova.

Feijóo se ha equivocado porque su estrategia se ha basado en el bulo y el fango, una estrategia más propia de Trump, Milei o Bolsonaro. Y cuando se hacen estrategias de ultraderechas, termina beneficiándose la ultraderecha. Porque para votar la copia, hay ciudadanos que prefieren votar al original. Y el original de las políticas xenófobas, antieuropeas, de recortes en derechos y libertades ya las representa Abascal. Bueno, Abascal y ahora Alvise. Porque la derecha entró a las elecciones europeas con dos partidos y ha terminado con tres. Y ahora Feijóo ya no podrá pactar para futuras mayorías con un partido de ultraderecha, sino con dos. ¡De mal en peor!

Y Pedro Sánchez lo ha vuelto a hacer. Siempre se crece ante las dificultades y ha conseguido más de un 30% de los votos. Ha soportado y sufrido ataques durísimos a su persona y también a su familia, que son los que más duelen. Pero se ha levantado, ha apretado los dientes, y se ha convertido en el muro de contención de la ultraderecha en nuestro país. Sus convicciones, sus valores socialistas, su defensa de lo mejor para la ciudadanía de España le han dado fuerzas para resistir y continuar. Hay presidente socialista para rato, de hecho, hoy el PSOE es el primer partido socialdemócrata en Europa. ¡Casi nada!

Tras las elecciones es bueno hacer algunas reflexiones. Empezando por Cataluña, donde el PSC arrasa; Junts se hunde en Europa sin Puigdemont como candidato y ERC, aunque obtiene una segunda posición, pierde el 8% de los votos. Con este marco los independentistas no desean afrontar una repetición electoral y la presidencia de Illa está un poco más cerca.

Una segunda reflexión, es que la izquierda del PSOE, tanto Sumar como Podemos, deben dejarse de “niñerías de patio de colegio” y buscar acuerdos cuanto antes mejor. Sin duda es mucho más lo que les une que lo que les separa. Y lo más importante, es que si no se unen no podrán parar el avance de una ultraderecha creciente que pone en riesgo las libertades y los derechos de los españoles. Si esto no les parece suficiente, algunos y algunas deberían replantearse seriamente qué hacen en política.

Una tercera reflexión. En España frente a lo que ocurre en otros países de la Unión Europea, la ultraderecha no triunfa. Vox mejora resultados, es verdad, pero obtiene el 9,6% de los votos, bastante por debajo de lo que sacaron en las últimas generales, un 12,38%. Y además se dividen, con la irrupción de Alvise, que ha pasado de tener un canal de bulos en Telegram a conseguir 3 escaños y casi el 5% de los votos. Un personaje que pasó por UPyD, Cs y Vox; que se inventó que Manuela Carmena tenía un respirador en casa en plena pandemia; que publicó una PCR falsa de Salvador Illa y que compartió sin permiso fotos falsas de Abalos en el interior de su casa. ¡Este es el nivel!

Cuarta reflexión. La ultraderecha crece en Europa. Hoy la Unión Europea es más ultra que hace cinco años. Y esto no es una buena noticia para la sociedad española. La respuesta de los europeos y europeas a la pandemia y a la guerra ha sido un repliegue nacional, con menos normas, menos inmigración y menos Europa, especialmente en Francia y Alemania. Unas elecciones europeas que se ha llevado por delante al presidente francés Emmanuel Macron, que ha disuelto la Asamblea Nacional y ha convocado elecciones legislativas tras su derrota ante Le Pen y el primer ministro belga, Alexander De Croo se ha visto obligado a dimitir. Sin olvidar que en Alemania la ultraderecha ha subido al segundo puesto.

Y termino. A pesar del ambiente irrespirable y de división ciudadana que impone Feijóo, los bloques contra el gobierno y a favor del gobierno no se mueven. El 48,4% frente al 47,2%. La derecha no tiene fuerza suficiente para imponer nuevas elecciones. ¿Dónde quedó aquel titular de Feijóo en El Mundo en el mes de mayo: “Españoles, el PSOE ha muerto”? No solo no ha muerto, sino que está muy vivo, con un líder, Pedro Sánchez mas fuerte que nunca y con un líder de la oposición, Feijóo, más débil que nunca.

Se acaba un largo y extenso periodo electoral y ahora toca seguir trabajando, dar respuesta a los problemas de la gente y consolidar una España de avances y progreso, y todos saben que solo el presidente Pedro Sánchez es capaz de hacerlo, frente a un Feijóo que solo se preocupa de él y de su futuro.

Miguel Ángel Heredia Díaz