Lugar de los hechos,  uno de los más conocidos restaurantes de A Coruña, el Pablo Gallego, en plena plaza de María Pita. Está comiendo nuestro testigo con otros conocidos cuando nota que se monta un pequeño revuelo. Y al instante encuentra explicación al jaleo: ante él ve desfilar, rodeados de la conveniente seguridad, a buena parte de la plana mayor del Partido Popular. O lo que es lo mismo en estos momentos, a buena parte del Gobierno.

Va tomando nota mental de los integrantes del cortejo: pasa la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría; con ella Ana Botella, “la alcalde” de Madrid -como dice que hay que llamarla según contamos aquí en EL INFILTRADO, su consorte.., exacto, “el alcaldesa”, José María Aznar, también presente-; el ministro de Justicia y predecesor por cierto de “la alcalde”, Alberto Ruiz Gallardón; las ‘Anas’,  o sea, Mata y Pastor, respectivamente  ministras de Sanidad y Fomento;  más el alcalde de A Coruña, Carlos Negreira  y el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez.

El ‘testigo’ curiosea ante el revuelo,  pero no se extraña. Poco antes ha sido el sepelio por Manuel Fraga, presidente de honor y fundador del PP.  Es normal que anden por allí los políticos. Pero como es de confianza en el restaurante, porque es cliente más o menos asiduo, al final de la comida no sólo se atreve a preguntar, sino que obtiene respuesta a un par de curiosidades.

Y así sabe que, aunque vienen de duelo, el marisco es la base de las comandas de los dirigentes populares. Quizás porque con pan…, y mejor aún con marisco, las penas lo son menos. Y que los vinos que se han pedido –la elección la ha hecho don José María, el expresidente y “alcaldesa” consorte- no desmerecen.  Resultado, “han salido a 100 euritos por cabeza”, le dijeron.  Lo que llevó a la pregunta clave del morbo –“oye, ¿y quién se ha quedado con la cuenta?”-, que obtuvo esta respuesta: “va a pagar la Delegación del Gobierno”.

Nuestro testigo no fue el único comensal que había allí rodeando a las fuerzas vivas populares gallegas y nacionales que debió obtener respuesta a su curiosidad a lo que se ve, porque la historia ha traído cola. Vamos, que se montó pequeño escándalo con la dichosa cuenta y por saber si la pagábamos a escote entre todos los contribuyentes, lo que en principio no parecería muy acorde a la ética impecable e implacable que había prometido el PP en su acceso al poder.

La delegación del Gobierno ha negado haber pagado. Así es que el PSOE y el BNG en el Ayuntamiento de A Coruña han trasladado la pregunta al alcalde, como ya hemos dicho, presente también en la comida: ¿quién pagó la cuenta de la comilona que siguió al sepelio de don Manuel?