El esfuerzo de Rubalcaba se centra en transmitir a la opinión pública que no sólo es posible, sino muy necesario para el conjunto de España, que la izquierda vuelva a sus orígenes y marque las políticas a seguir. Ello va dirigido, entre otros, a los izquierdistas sin siglas, o con siglas desgastadas, como le ocurre hasta cierto punto a IU después de venderse en Extremadura por un plato de lentejas. La pinza es una perversidad que mola y mucho a la derecha. Por algo será, ¿no?



La doctrina socialdemócrata
A  Rubalcaba –en su afán por no aguar, como tantas veces ha sucedido, la doctrina socialdemócrata- le ha salido, sin embargo, un aliado. Se trata de Emilio  Botín quien ayer mismo denigró el impuesto de patrimonio.  Parece lógico que el más relevante banquero de España, y hasta de muchos países extranjeros, no sea partidario de tal impuesto. Ni de éste y de ningún otro impuesto. Los poseedores de grandes fortunas y de inmensos patrimonios rechazan que el Gobierno intente fiscalizarles para que contribuyan a evitar –en la medida de lo posible- la debacle producida por la crisis económica y, por cierto, financiera. Botín es aliado de Rubalcaba porque el banquero es el modelo que gusta a la derecha y muy poco a la izquierda. ¡A ver si la izquierda de una vez se entera de qué va la vaina.

Sin parangón alguno
No quieren los multimillonarios reconocer que lo que ellos ganan no tiene parangón alguno con lo que cobran, si cobran, los millones de parados que hay en España, muchos de los cuales son jóvenes abocados a la desesperación. Cuando no pocos ciudadanos continúan diciendo que la derecha y la izquierda van de la mano porque son iguales, similares o bastante parecidos, habrá que advertirles que eso es una falsedad o una trampa saducea. ¿Por qué el PP se niega a que se apruebe el impuesto de patrimonio y coincide con el criterio de Botín?

¿Cuáles son sus razones?
Sería al menos ilustrativo que explicara Mariano Rajoy cuáles son sus razones para estar en contra de este impuesto y, en general, de los impuestos. Rajoy, aunque les parezca a algunos  lo contrario, no es menos neoliberal que Aguirre o Aznar. Prefieren la ley del más fuerte y repudian los impuestos que favorecen a los más débiles.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM