Quizás la renovación del PP consistía en pasar de ser el partido de los sobresueldos y los sobornos a ser el partido de los títulos universitarios sin dar un palo al agua. De la caja B a los títulos en B.

Y como en el caso de la Trama Gürtel, han optado por la huida hacia adelante. Cifuentes fue la que dio el pistoletazo de salida con su “no me voy. Me quedo. Me voy a quedar”. Ese día empezó el baile al que también se ha apuntado Pablo Casado. Un baile de salón, en los salones de la Universidad Rey Juan Carlos, al que solo puede acceder el grupo VIP, formado por gente del PP y gente relacionada con la propia Universidad.

La situación se ha tornado insostenible. Incluso los medios de comunicación afines al partido conservador pueden tirar la toalla. Ni siquiera los dioses peperos parecen arropar a Casado.

La exposición motivada de la jueza Carmen Rodríguez-Medel deja poco margen para la duda, aunque Casado insista en que él no está siendo investigado por ningún tribunal y que no ha recibido ningún trato de favor. También afirma que la ética la marca la ley, pero eso será por las prisas. Hacer la carrera de Derecho tan rápido no permite fijar bien los conceptos.

Y no, señor Casado, aunque lo diga una y mil veces, usted no ha dado suficientes explicaciones

Y no, señor Casado, aunque lo diga una y mil veces, usted no ha dado suficientes explicaciones. El contenido íntegro de su ordenador, si se es que se acaba conociendo, confirmará o descartará sus explicaciones. Entonces se podrá comprobar si le queda credibilidad. Una credibilidad que también ha quedado afectada por otras mentiras, como cuando la semana pasada habló de los inmigrantes. Ni hubo foto de Sánchez con la llegada del Aquarius, ni se ha propuesto “papeles para todos”, ni hay millones de africanos esperando para cruzar el Mediterráneo. El propio director de la Guardia Civil ha desmentido esta última información.

Casado dice que lo que le han hecho a él no se lo han hecho a nadie en este país. Quizá sea porque sería difícil encontrar a muchas personas que hayan conseguido sacarse la mitad de la carrera de Derecho en cuatro meses, hacer másteres en Aravaca-Harvard, que le convaliden 18 materias de 22, que saque sobresalientes sin cumplir las condiciones para hacerlo y que, encima, esté aforado.

Pablo Casado ha formado parte de un selecto círculo de privilegiados al que regalaban títulos académicos. Así lo cree la jueza y en ese sentido parecen ir todas las evidencias. Veremos si él “no se va. Se queda. Se va a quedar”. Algunos ya le llaman Pablo el Breve.