El ciudadano Sánchez tiene toda la libertad para desear que los socialistas no gobiernen Madrid hasta el fin de los siglos o durante “muchos años”. Nos da igual. Pero quien es director general en ejercicio no debe jamás divulgar, con evidente desfachatez y provocación, sus vinculaciones políticas. Claro que esperar, cuanto menos, de este periodista afín al Partido Popular un equilibrio formal es lo mismo que pedirle peras al olmo.

Antonelli, transexual
Su comportamiento con rasgos de fascista quedó todavía más reforzado cuando, dirigiéndose a la diputada de la Asamblea de Madrid Carla Antonelli, habló deliberadamente como si ella fuera un hombre. Antonelli es transexual y su condición sexual tiene que ser siempre respetada, salvo que quien así actúe lo haga bajo la presión de una ideología de carácter ultramontano.

“¿Un evento “menor?”
Su censura a trasmitir la fiesta del Orgullo Gay no hace más que confirmar la dimensión propia de un fascista del director general de Telemadrid. Acogerse a que el Orgullo Gay es un evento “menor” sólo puede interpretarse como un brindis al sol del cinismo. O bien de que, aparte de su cercanía al fascismo, Sánchez es un ignorante. Este multitudinario festejo, que moviliza a 110 millones de participantes en todo el mundo, aporta  además unos ciento siete millones de euros a la capital de España. ¿Esto puede calificarse como un evento “menor”?

Excelentes profesionales
La Jornada Mundial de la Juventud, con el Papa Benedicto XVI de protagonista, celebrada en Madrid hace casi un año, fue divulgada con todo esmero por Telemadrid, cuyos trabajadores mayoritariamente son, por cierto, excelentes profesionales. El despliegue televisivo fue entonces extraordinario. Esperanza Aguirre y su director general continúan anclados en el nacionalcatolicismo. Éste fue uno de los elementos fundamentales de la dictadura franquista. O de la dictadura fascista, si se prefiere.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM