El principal hechicero de la tribu ultramontana, Jaime Mayor Oreja, ha anunciado que “ETA acaricia el poder”. Y agrega que el fallo del Constitucional es “beneficioso” para ETA de cara a las elecciones vascas, si no debilitan a España ante la banda terrorista. ETA –puntualiza este gurú de pitiminí- “da un salto adelante. ETA va a rentabilizar la crisis en términos políticos”.

En términos políticos
¿Pero por “rentabilizar la crisis en términos políticos” hay que ilegalizar a Sortu?  Otra cosa sería, obviamente, que la estrategia de ETA regresara a los atentados, a los secuestros, a los impuestos revolucionarios  y, en general a la violencia más abominable. Nada de esto parece que, a día de hoy, exista todavía.

Los halcones populares
¿Por qué, pues, están tan irritados los halcones populares? La respuesta a semejante pregunta es tan fácil como dolorosa. El adiós a las armas, el adiós de ETA a los asesinatos se forjó con enorme solidez durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero y con Alfredo Pérez Rubalcaba de ministro de Interior.

Lo que le duele al PP
Y eso es lo que le duele al PP, que hizo cuanto estuvo en su mano para boicotear sistemáticamente la política de los socialistas, basada en algo tan sencillo como es manejar adecuadamente el palo y la zanahoria.

Fundamentalistas mediáticos
Estamos en este país –para  desgracia de la mayoría de los ciudadanos- ante una cuadrilla o, mejor dicho, una secta numerosa de fundamentalistas mediáticos, que se dedica a emponzoñar e intoxicar a la opinión pública. A veces, como en esta ocasión, Esperanza Aguirre capitanea a la secta mencionada.

¿Día triste para la democracia?
En la presente coyuntura, la lideresa demagoga ha manifestado que debe plantearse nada menos que eliminar el Tribunal Constitucional, nutrido de políticos que se llaman magistrados, pero que no lo son”. “Hoy es un día triste para la democracia”, ha proclamado la presidenta de la Comunidad de Madrid en otro exceso verbal de los muchos que va acumulando sin freno alguno.

Una maldad a extinguir
Un día más que ETA continúa sin matar y que Sortu va avanzando por el carril de la política democrática, aunque con advertencia desde el Constitucional de que los miembros de este partido no deben tener comportamientos abusivos respecto a las víctimas, resulta que a la señora Aguirre le parece “triste”.  Todo lo que no le complace a ella lo convierte en una maldad a extinguir. La política de Aguirre recuerda a veces a  las tiranías.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM