Da la impresión, por tanto, de que el sentido común, el pragmatismo o la cordura se imponen en la cúpula de la UE, después de numerosos y peligrosos asedios por parte de la crisis internacional y sus compañeros de viaje: los mercados y las agencias de calificación. Las bolsas se han sumado al optimismo y, mientras, bajan su precio las primas de riesgo. Y es que otra recaída de Grecia hubiera podido provocar el efecto dominó: Irlanda, Grecia,  Portugal,  España e Italia. De momento.

Por enésima vez
Todo esto, que mejore la situación económica en España, tras haber afrontado José Luis Rodríguez Zapatero las duras reformas exigidas por la UE y organismos como, entre otros el FMI, es algo que no le gusta nada al Partido Popular y menos aún a Mariano Rajoy. El jefe de la oposición mayoritaria, el líder del PP,  ha cargado -por enésima vez- contra el Gobierno. Si los resultados de la citada cumbre hubieran sido negativos, Rajoy habría advertido que la culpa de tales resultados en España era de Zapatero y de Alfredo Pérez Rubalcaba.



Balance positivo
Pero aun habiéndose producido, por fin, un balance más bien positivo, el líder conservador ha insistido en sus obsesiones. Su apuesta como candidato –que consiste en lavarse las manos y no ayudar jamás al Ejecutivo hasta en las peores coyunturas- viene a ser incompatible con una sólida política de Estado.

No por méritos propios
¿Por qué? Porque sabe perfectamente que si la bonanza económica se estabilizara –lo que está todavía por comprobar a fondo-, las elecciones podrían cambiar bruscamente de rumbo. La alianza de Rajoy con la crisis  ha sido muy favorable para los populares. El PP ha crecido en las encuestas, y en las urnas del 22-M, gracias al desgaste de Zapatero y su Gobierno. No ha crecido la derecha por méritos propios –que no los tiene-, sino por el huracán de la crisis, que  casi  se ha llevado al Gobierno Zapatero. Rajoy, con su pasividad de coraza, ha logrado poner contra las cuerdas a los dirigentes del PSOE.

Castillos de arena
El objetivo aquí y ahora es Rubalcaba. Le temen porque puede darles un susto en las elecciones, cuando menos se lo esperen. Y si la economía tendiera, en efecto, a recuperar el tiempo perdido, al PP se le caerían  de pronto sus castillos de arena, ensoñaciones hasta ahora protegidas en función de la maldita crisis. Hay partido y puede haber sorpresas.

Rescatemos África
PD.- Los países más desarrollados han echado capotes, en esta crisis, a países no tan potentes, que corrían el riesgo de quedarse tirados en la cuneta. Es el caso de Grecia. Pero es urgente, mucho más urgente, que la UE, la ONU y otros organismos mundiales  rescaten a África. Estamos ante una injusticia estructural y, por ello, monstruosa y duradera.  La sed y la hambruna se han apoderado de Somalia –país sin Gobierno, a la deriva total-, de Kenya, de Etiopía y de tantos territorios de hambre, de sed y de muerte. Hombres, mujeres, niños, niñas, dolor y muerte. ¡Rescatemos África del hambre y de la muerte!

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM