¿Cuándo el trabajo de austeridad sobre los costes y el trabajo valiente sobre los ingresos no basta? Cuando uno trabaja en sectores donde la imaginación es un activo imposible de valorar.

Comprendo que para los expertos en finanzas este planteamiento es una provocación. Lo es. Les quiero decir a los financieros (personajes imprescindibles) que ellos son muy útiles para vivir pero no son suficientes para triunfar.

Si yo tuviera una empresa que trabajase en campos como los nuevos materiales, la biotecnología, las nuevas energías o las tecnologías de la información, tendría a mi lado siempre a un financiero, pero jamás le nombraría director general. Esas empresas, esos sectores tienen que evitar disparates fnacieros, pero tienen que apoyar la imaginación y la creatividad.

Todas las tecnologías de los últimos años están ya tan maduras que la competencia está en los precios. ¿Y qué está pasando? Pues que los chinos (por ejemplo) son capaces de hacer lo mismo pero más barato.

Los países y las empresas que quieran supervivir en este mundo globalizado tendrán que usar un activo sorprendente para un contable bien educado: la imaginación.

Las cosas no es que estén cambiando, es que han cambiado ya. ¿Qué pasaría si Google comprase Vodafone? Pues que medio mundo (o más) pasaría por ese conglomerado de servicios y redes a precios sorprendentes. Y entraríamos en lo que va a ser la realidad del siglo XXI: sin imaginación no habrá dividendos.

Luis Solana es militante socialista y promotor de Nuevas Tecnologías
www.luissolana.com