Bajo la amenaza de que nos van a intervenir, Rajoy y su equipo recortan y recortan sin reflexionar  y sin saber dar otras alternativas. En sus comparecencias públicas nos hablan de “crisis”, de “situación límite”, de que estamos “al borde del abismo” pero no acaban de explicar por qué. ¿Cuáles son esas conversaciones que De Guindos mantiene por Europa y el ministro de Hacienda por España?

España nos guste o no esta afirmación, está ya pre-intervenida. El mismo día de la aprobación  de los presupuestos en el Consejo de Ministros, éstos fueron examinados previamente por representantes europeos y ya con el visto bueno,  se lanzaron a una a rueda de prensa en la que  apenas dieron datos, solo generalidades. Hubo cambios a la baja de última hora.

Esta semana hemos visto como una numerosa comisión de la CDU, el partido de Merkel, ha venido a España a revisar, examinar y estudiar las políticas de Rajoy. A primera hora de la mañana el Gobierno, la directiva del partido y el propio Rajoy empalidecían con la visita, sólo respiraron cuando Volker Kauder dijo que iban por el buen camino.

Pero tampoco sabemos lo que el Gobierno le ha explicado al señor Kauder para que éste se vaya tan contento. El resumen es que a los españoles, votantes del PP o no, nos tratan como si fuésemos una pandilla de borregos, incultos y descerebrados.

Quizás piensen que no estamos a la altura de sus conversaciones o quizás y yo apuesto por esta segunda razón, es que sienten vergüenza, desazón, agobio y temor de decir realmente lo que piensan hacer con España en los próximos meses y en los presupuestos del próximo año.

Y lo que es peor, no saben cómo reactivar la economía y este punto es el más importante a la hora de una intervención a la griega o a la portuguesa. Sólo ahorrando, el país no se pone en marcha.

Simplemente han puesto España en venta. Nos dicen que es la única política posible y ellos saben que es mentira. Es la única forma de actuar  que le gusta al capital y a su representante Merkel. Hay otras formas de gobernar posibles, lo malo es que los actuales dirigentes europeos están en contra de ellas y Rajoy ni sabe ni quiere resucitar a una sociedad que se deprime por las esquinas.

Su política nos convertirá en un país colapsado y paralizado. Sin capacidad de reacción.

El presidente del Gobierno dice, siempre mirando al suelo (¡mala señal!) que lo que no han hecho los otros (o sea los socialistas) en ocho años, él lo va a hacer en meses. Quizás tenga un problema de confusión mental, pero lo que en realidad quiere decir Rajoy es que lo que se ha hecho en España desde el día siguiente de morir Franco, él se lo está cargando en quince días.

Los avances en políticas de empleo y de derechos sociales, los quiere eliminar de un plumazo. Molestan. Es más cómodo gobernar teniendo a la población atemorizada “por lo que se avecina” y al primero que proteste le envía al ministro del Interior con la porra en una mano y el crucifijo en otra.

El gobierno del PP no sólo ha puesto a la venta los edificios ministeriales, sino que también lo está haciendo con la sanidad, la educación, las infraestructuras, la cultura o la cooperación internacional o sea la ayuda al tercer mundo.

El que quiera ir al médico que se lo pague, al cole igual, en las autopistas que no pagamos, pagaremos, y a todo aquel que sea tan poca cosa que tenga una nómina o sea autónomo será perseguido hasta la tumba por Hacienda. Mientras tanto las Sicav seguirán cotizando un uno por ciento, los amigos del poder haciendo negocios con todos nosotros y los que han evadido dinero, amnistiados.

Porque además tienen la poca vergüenza de afirmar, con gesto adusto, que entre los amnistiados no estarán aquellos que su dinero negro lo hayan amasado con la compra-venta de  drogas o armas. Según el Ministerio de Hacienda les preguntarán cómo han hecho esas fortunas. De momento los inspectores de este ministerio ya han protestado por esta medida de perdón que les parece anticonstitucional.

¿Se imaginan por un momento la conversación entre un inspector de Hacienda preguntándole a un titular de cuentas en un paraíso fiscal cómo ha ganado ese dinero?

Además ¿cómo saben que con esta amnistía van a recaudar el 10% de 25.000 millones de euros? Ya lo han hablado con los evasores, ya saben quiénes son, ¿toman café con ellos?… ¿Por qué Hacienda no  ha intervenido antes?

Al final será que el dinero negro no era tan negro. Que ya se sabe dónde está, el nombre del titular, su domicilio y cómo lo ha conseguido y simplemente lo que ha ocurrido es que los que debían perseguir estos delitos miraban hacia el otro lado.

Menos mal que siempre nos quedará la imagen serena y reconfortante de Ana Botella, alcaldesa de Madrid y Rouco Varela viajando a Roma a darle las gracias al Papa por sus Jornadas de la Juventud.

Por cierto, ¿ya se han pagado los tres millones de euros que la Organización de estas jornadas debía a hosteleros y pequeños restaurantes?

Mercè Rivas Torres es periodista y escritora