Lo que hace apenas una década parecía un sueño inalcanzable hoy es una realidad contundente: España ha superado a Japón en PIB per cápita, según los últimos datos del Fondo Monetario Internacional y de medios como Financial Times, The Guardian y El Economista. La cifra no deja lugar a dudas: unos 35.000 dólares per cápita frente a los 32.500 de Japón.

Este “sorpasso” no es fruto del azar. Es el resultado de una estrategia económica moderna, inclusiva y valiente impulsada por Pedro Sánchez. Gracias a esas políticas, España creció un 3,2 % en 2023 y un 3,1 % en 2024, creando casi 500 000 empleos en el último año. Hoy lideramos el crecimiento de la eurozona, aportando casi la mitad del impulso económico de toda la Unión Europea.

España ha sabido adaptarse a las tendencias globales: el sector servicios representa ya más del 70 % del PIB, frente a modelos industriales predominantes en países como Japón o Alemania. Esta transformación nos ha consolidado como la 12.ª economía mundial y nos sitúa en ventaja sobre Japón, con previsiones de mantener ese liderazgo al menos hasta 2030.

El turismo ha sido clave: más de 44 millones de visitantes en el primer semestre de 2025, generando 58.700 millones de euros. A ello se suma una inmigración regulada que ha dinamizado el mercado laboral, elevado la renta per cápita y sostenido el sistema de bienestar.

Pedro Sánchez entendió antes que nadie este cambio de ciclo y lo potenció: subida del salario mínimo un 61% desde 2018, derechos laborales reforzados y caída de la temporalidad del 30% al 13%. Una combinación de crecimiento económico y justicia social que ha despertado elogios internacionales.

El Financial Times nos define como “la nueva estrella económica”. The Guardian nos llama “la economía más dinámica de Europa”. Libération, en Francia, describe a Pedro Sánchez como “el último mohicano” del socialismo europeo. Y la revista alemana Blätter für deutsche und internationale Politik, la más prestigiosa de la izquierda alemana, se rinde: “Pionero en política progresista en Europa y garante del Estado del bienestar”.

El FMI mantiene su previsión de crecimiento para España en un 2,5% en 2025, incluso en un contexto internacional complejo. Eso significa que lideraremos por segundo año consecutivo el crecimiento entre las economías avanzadas, duplicando la media de la eurozona.

La entidad financiera estadounidense Goldman Sachs también lo confirma en su informe “Cómo España se convirtió en la economía de mayor crecimiento de Europa”. Destaca la solidez de la recuperación y la fortaleza del sector servicios como motor de cambio estructural que nos asegura perspectivas de mejora sostenida durante los próximos años.

Frente a estos datos, la derecha española parece vivir en una realidad alternativa. Feijóo insiste en un discurso derrotista y promete “derogar el sanchismo” como si eso fuera un plan económico. Pero ¿qué es lo que pretende derogar exactamente? ¿La subida del salario mínimo? ¿La reforma laboral que ha reducido la precariedad? ¿La creación de casi tres millones de empleos desde 2018?

Feijóo no propone nada, solo repite consignas. Mientras España supera los 22 millones de ocupados en el segundo trimestre y la tasa de paro cae al 10,3%, evita hablar de empleo porque sabe que los datos desmontan su relato.

Por su parte Vox, cruza todas las líneas rojas al plantear la expulsión de 8 millones de inmigrantes. Una propuesta tan irreal como peligrosa: contraria a la Constitución, al derecho internacional y, sobre todo, a la humanidad. ¿Expulsar a quienes trabajan en nuestros hospitales, cuidan a nuestros mayores, pagan impuestos, alquilan, emprenden o crian a sus hijos aquí? Es un discurso de odio que ni entiende ni respeta la realidad de un país plural, diverso y abierto.

Mientras PP y Vox se enredan en la crítica estéril y el populismo destructivo, el Gobierno sigue sumando resultados: paro en mínimos históricos, récord de empleo femenino y juvenil, y un 90 % de contratos indefinidos. Y lo que es más importante: las previsiones apuntan a más. El Gobierno prevé un crecimiento del 2,6 % en 2025 y del 2,2 % en 2026, con medio millón de empleos adicionales y un paro por debajo del 10% en 2026.

Este es el verdadero legado de Pedro Sánchez: una España más fuerte, más justa y más reconocida internacionalmente. Una España que ya no mira con envidia a otros, sino que marca el paso en Europa.

España no necesita fantasmas del pasado ni nostalgias autoritarias ni recetas neoliberales fracasadas. Necesita más empleo digno, más crecimiento sostenible, más igualdad y más justicia social. Y eso es lo que representa hoy el proyecto que lidera Pedro Sánchez.

Feijóo seguirá atrapado en una oposición vacía y Abascal en su política del miedo. Pero mientras ellos gritan, España avanza. Avanza con datos, con hechos, con resultados. La mayoría social lo sabe: sabe quién construye y quién destruye. Sabe quién gobierna para todos y quién solo busca incendiar y dividir. España ha adelantado a Japón. Y lo ha hecho con un modelo propio, progresista y eficaz. Seguimos.

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