Cómo lloraba la criatura, y luego su jefa le dice que no cuenta con él para gobernar y él muy digno se enfada y lo mandan a escardar cebollinos al Senado, al final la estocada definitiva, la muerte ignominiosa a quien ha vivido matando gozando, a quien se le ha visto el plumero en revistas y periódicos, sobre su pueblo, sus casas de millonario, sus campañas orquestadas, su reputación en el Interviú más que quebrantada, su coche quemado a nombre de un concesionario: la presi, la jefa, que dicen que se va, quiere como franquito, dejarlo todo atado y bien atado, vamos, dejar Gürtel con Correa, en los dos sentidos de la palabra y que nadie levante las faldas de la dignísima calcetines. ¡Granados no confían en ti, quien ríe el último…y te lo dije!

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