Este género de dialéctica -de carácter neofascista- no es una exclusiva del rey de los trajes impagados por él. Esta forma neofascista de hablar es cada vez más habitual o frecuente en la derecha española, la popular y la del Tea Party, que son tal para cual. Con motivo de la paranoica conspiración sobre la autoría del 11-M –complot que sigue su trayecto cargado de calumnias que algo queda- se han difundido por parte de la derecha extrema, la política y la mediática, las más graves acusaciones contra el Gobierno, contra jueces y fiscales, contra policías, guardias civiles y miembros del CNI.

Cierre de filas
En uno de los muchísimos actos de cierre de filas en torno a Camps, el tránsfuga Rafael Blasco, conseller pasado del PSOE al PP, manifestó nítidamente que el proceso judicial de Camps es un “montaje” y “es obra de la Policía, los fiscales y altas instancias del Estado”. La secretaria general del PP y ahora presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, calificó al Gobierno de “Estado policial”. Los más viles ataques, en estos últimos tiempos, han ido dirigidos contra Alfredo Pérez Rubalcaba.



Malvados o truhanes
El caso Faisan –al que sólo le pueden sacar tajada electoral los malvados, o, en general, los truhanes- se ha convertido en el banderín de enganche de los dirigentes del PP. También se le utiliza por los populares como paño de lágrimas tras el papelón de Camps. Esteban González Pons ayer comparaba a Camps con Rubalcaba. No se le ocurrió más que esta memez para castigar por malo a Rubalcaba: “Rubalcaba debería dar una chupadita de la medicina amarga que ayer se tomó Camps”.

Bildu
El discurso del PP acostumbra a ser mucho más antisistema que el de Bildu. No se han oído hasta el día de hoy las barbaridades que acumula la derechona en boca de los miembros de Bildu. ¿Cómo no van a decir lo que dicen los dirigentes del PP y sus voceros mediáticos? Tengamos en cuenta que  el presidente del partido y candidato a las generales, Mariano Rajoy, llegó a afirmar el 6 de mayo de 2010, en Onda Cero, respecto a Camps lo siguiente: “Yo voy a apoyarlo y va a ser el candidato a las próximas elecciones (…) Eso de los trajes, yo no me lo creo (…) Que diga la justicia lo que quiera”. O sea, sinfonía de oratoria neofascista en la ofensiva de la derecha contra Rubalcaba. Rajoy, ese falso centrista, se pasa a la justicia por el arco de triunfo.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM