La maniobra del partido popular, con la que se las prometían muy felices, porque, o bien seguían bloqueando la renovación del Tribunal Constitucional, o bien dejaban fuera de la presidencia a Cándido Conde-Pumpido, les ha salido, como diría Esperanza Aguirre, “rana”. Gracias a su propuesta, la de la exmagistrada progresista del Supremo María Luisa Segoviano, el TC no solo ha sido renovado sino que, su presunto mirlo blanco, ha votado Conde-Pumpido como presidente.

Desde que Segoviano fuera elegida como nuevo miembro del Tribunal de Garantías, desde Génova 13 se ha intoxicado sin cesar a los medios afines. “Lo de Balaguer está hecho” es lo más ‘ligth’ que se ha escuchado en los círculos cercanos al PP desde que acabara el pleno del Consejo General del Poder Judicial.

Sin embargo, ahí está la votación del pleno: Cándido Conde-Pumpido ha salido elegido presidente del órgano. Pero es que la ‘broma’ para el PP va más allá. Es que, gracias a su candidata, el TC tendrá por primera vez en su historia un presidente y una vicepresidenta progresistas. Eso por no hablar de que, este sector será el mayoritario durante la próxima década. Y esa mayoría no es baladí, de ahí la firme intención de seguir bloqueando la renovación que desde los despachos de Génova 13 casi ni se molestaban en esconder.

Una mayoría que resolverá en los próximos meses recursos de inconstitucionalidad tan polémicos como el de la Ley del aborto, o el de la Ley del Solo sí es sí. Ahora, con esta mayoría, es de prever que no se admita la inconstitucionalidad de ninguna de estas leyes, lo que deja a los pies de los caballos, política y jurídicamente hablando al PP. Pero sobre todo a Vox, quienes con sus 52 diputados y una mayoría ultraconservadora, han conseguido victorias políticas tan importantes como la de la inconstitucionalidad del estado de alarma.

El 11 de enero se ha convertido en un día negro para la derecha española. Sus apuestas en materia de Justicia se han vuelto en su contra. Ahora, y en los próximos diez años, el TC será de mayoría progresista. Pero es que, además, el presidente del órgano será el que, como fiscal general del Estado, admitió a trámite la denuncia de la Gürtel, algo que, desde Génova 13 ni olvidan ni perdonan.