Sus recuerdos
Cuando hablemos de ella se recordará… su accidente en helicóptero, sus formas poco cristianas de salvarse del atentado en Bombay y sacar réditos de ello (luego cuestionan a Belén Esteban por hablar de su vida jajaja). La recordaremos enfrentándose junto a doscientos guardaespaldas a una pobre sindicalista que la increpaba en un hospital y sobre todo por su apoyo incondicional al juego, a lo lúdico, a ese gran aspecto humano y vitalizador de nuestras vidas que es la apuesta pura y dura. Qué sería sin ella, esas casas de apuestas en las que sin preguntas jugamos el dinero de nuestros hijos para que esos pobres empresarios puedan llevar un jornal a su casa, ella no sabe de ludopatía ni del daño que hace a las familias españolas. Ella sólo sabe de tierras de su marido en Guadalajara con AVE y de recortar los gastos superfluos que durante una década ella ha mantenido como inexcusables, en fin, comunidad de monos ya saben, ciegos, sordos y mudos.

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