José María Peñaranda Márquez fue un compositor nacido en Barranquilla (Colombia) a principios del siglo XX. Es famoso por una canción basada en un mítico hombre caimán pero que se ha entonado en países de todo el mundo de habla hispana con otro sentido, dedicada a esos jefes de Estado que se van, se van, pero ahí siguen y duran y duran… hasta que se marchan. Seguro que la han oído, el estribillo dice “se va el caimán, se va el caimán, se va pa’ la barranquilla”.

Los acontecimientos de los últimos días han llevado a que nuestro particular caimán, D. Mariano Rajoy Brey presidente del Gobierno y del Partido Popular parece que puede estar enfilando el camino, si no hacia esa alegre población caribeña, si al menos hacia su casa, a su pueblo o al registro de la propiedad de Santa Pola.

Ya le está bien. Tantos años negando la corrupción institucional de la que es parte su propia formación que ha tenido que ser dictaminada negro sobre blanco por sentencia judicial. Tantas argucias empleadas, como la intención de uso de jueces favorables “querida Concha” para evitar la sanción. Las arremetidas contra todos los magistrados que han entendido de este asunto, empezando por el instructor, señor Garzón, que ahí sigue inhabilitado o contra los que han llevado a puerto final la condena y que bien vapuleados se han visto sin misericordia en todo este tiempo. Una sentencia que, como ha dicho el líder socialista Pedro Sánchez ha dejado a la ciudadanía asombrada al conocer la demoledora fuerza de la realidad.

Ya le está bien. Tantos años negando la corrupción institucional de la que es parte su propia formación

La moción de censura del PSOE, ha supuesto un aliento de esperanza para los ciudadanos. Y si finalmente como está prevista esta moción de censura llega a buen puerto este viernes gracias al buen acuerdo del PNV y de los otros grupos que anhelan un cambio, se abre una etapa muy difícil, muy compleja, pero ¡caramba! Ilusionante.

Aitor Esteban portavoz del partido vasco firmó verbalmente la promesa ante el hemiciclo justificando su decisión en la demanda de la población de Euskadi y en un ejercicio de responsabilidad y reclamando que el dialogo prometido sea cierto. Pedro Sánchez, dio su palabra de cumplir. Cuando el líder del PSOE, bajó del estrado, en las noticias televisivas de la televisión nacional se daba cuenta de la subida de la Bolsa y de las buenas perspectivas del IBEX. 

Una recuperación milagrosa pues apenas unas horas atrás la misma TVE presentaba un paisaje catastrófico, en el que la prima de riesgo enseñaba su cara más fea y la economía nos engullía en el agujero negro de otra nueva crisis. ¿Dónde se fueron tales vaticinios? Están en la maleta del caimán camino de ninguna parte.