La huelga general del 14 de noviembre es, quizás, la huelga general de la democracia que más motivos tiene. Está en juego el modelo social en Europa y en España. Por eso, se enmarca en la Jornada de Acción y Solidaridad Europea (habrá otra huelga general de 24 horas, en Portugal, un paro general, de 4 horas, en Italia; de tres horas en Grecia; y distintas acciones y movilizaciones según la situación y la idiosincrasia de cada país); y también, por eso, en España, esta huelga va más allá del ámbito laboral y cuenta con el respaldo de más de 150 organizaciones representativas de la sociedad civil. Trabajadores, con empleo o sin él, del sector público o privado, pensionistas, consumidores, estudiantes… todos podremos alzar, el 14 de noviembre, nuestro “No rotundo” a estas políticas de recorte y austeridad, que lejos de suponer una senda reformista, nos llevan a un camino de perdición.

Las medidas que ha adoptado el Gobierno en España, cuyo máximo exponente son los Presupuestos Generales del Estado para 2013, ahondan en la recesión, en el paro, en la desigualdad social y en la injusticia. Son unos presupuestos inútiles que, lejos de aportar confianza, siembran más incertidumbres sobre nuestro futuro, dentro y fuera de España. Estas políticas afectan prácticamente al total de la población: recortes en sanidad, en educación, en dependencia, subida del IVA, etc.

El Gobierno, con la reforma laboral, ha tirado a la basura el II Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, que firmamos los sindicatos y la patronal en enero de este año (que contempla contención de salarios y flexibilidad interna, para precisamente evitar despidos). Todavía recuerdo cuando el Sr.Rajoy decía en campaña electoral que la mejor política social era la creación de empleo. Pues ha hecho justo lo contrario, ha impuesto una normativa laboral que es una máquina letal de destrucción de empleo y la ha acompañado, además, con una política de recortes, que deteriora la protección social justo cuando más se necesita. También, ha menospreciado y desatendido la petición de celebrar un referéndum sobre estas políticas de recorte, que repito no figuraban en su programa electoral.

La huelga general del 14-N puede ser una buena oportunidad para que el Gobierno escuche por fin el clamor social y rectifique una política que nos conduce a la ruina. Si no lo hace será su fracaso.

Cándido Méndez es secretario general de UGT